jueves, 31 de enero de 2008

Buscando a Cadmo

Este blog, toma su nombre del héroe legendario Cadmo, hijo del rey fenicio Agénor, que según la mitología griega fue el fundador de Tebas y el introductor del alfabeto en el mundo griego, si, un fenicio, que además era hermano de Europa y Cilix, si Europa, otra fenicia, la que raptó Zeus, en forma de toro, esto es en algunas interpretaciones, en barco con proa en forma de toro, se la llevó a Creta, con Zeus concibió a Minos, legendario rey de Creta, asimismo el nombre Europa pasó con el tiempo a denominar la zona norte del Mediterráneo.

También existen varios mitos relativos a un toro, buey o vaca identificándolos con un rey, héroe, pueblo o dios. Dentro las múltiples interpretaciones que tenemos, está la de Gerión en Tartessos como pastor de bueyes, podemos ver incluso al propio Cadmo relacionado con una vaca, para elegir el emplazamiento de Tebas.

Cadmo, mató al dragón de Ares (dios de la guerra y de la destrucción), y con sus dientes surgieron los espartos. Se casó con Harmonia (diosa de la armonía y de la concordia), hija de Zeus (dios máximo, del cielo y del trueno) y Afrodita (diosa del amor y de la belleza).
Como en cualquier actividad relacionada con el conocimiento, todo te va llevando a cada paso a muchos más datos que se interrelacionan, constantemente hay que elegir, todo lo que eliges, supone que dejas apartado un sinfín de conocimiento.

Por ejemplo, Ares, dios de la guerra aparece en esta narración mitológica en dos momentos como dueño de la fuente que protege el dragón que Cadmo mata y como padre de la esposa de nuestro héroe.
A su vez, Ares, es hijo de Hera y Zeus. Hera, en algunos aspectos de su culto parece ser un vestigio de la «gran diosa» pregriega, comparable a las poderosas divinidades femeninas del panteón minoico, o de algún pueblo prehelénico no identificado.

En el mito del nacimiento de Heracles, es la propia Hera quien se sienta a la puerta, retrasando el parto de Heracles hasta que su protegido, Ificles, nace primero. Hera conspiraba a menudo contra la descendencia mortal de Zeus.

Heracles, Hércules, en un ataque de locura provocado por Hera, Heracles mató a sus propios hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Cuando recuperó la cordura y advirtió lo que había hecho se aisló del mundo, marchándose a vivir solo a las tierras salvajes. Fue hallado por su hermano Ificles y convencido de que visitase el oráculo de Delfos. En penitencia por esta execrable acción, la sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de diez trabajos que dispusiera Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odiaba.

En sus trabajos, Heracles era a menudo acompañado por su amigo (un erómeno), según algunos Licimnio y según otros su sobrino Yolao. Aunque se suponía que sólo tenía que realizar diez trabajos, esta ayuda hizo que tuviera que sufrir dos más. Euristeo no tuvo en cuenta el trabajo de la Hidra (donde Yolao le ayudó) ni el de los establos de Augías (porque se le pagó a cambio o, según otras versiones, porque fueron los ríos quienes hicieron el trabajo), por lo que ordenó dos más, haciendo un total de doce.

El orden tradicional de los trabajos es:
1. Matar al león de Nemea y tomar su piel
2. Matar a la hidra de Lerna
3. Capturar a la cierva de Cerinia
4. Capturar al jabalí de Erimanto
5. Limpiar los establos de Augías en un día
6. Matar a los pájaros del Estínfalo
7. Capturar al toro de Creta
8. Robar las yeguas de Diomedes
9. Robar el cinturón de Hipólita
10. Robar el ganado de Gerión
11. Robar las manzanas del jardín de las Hespérides
12. Capturar a Cerbero

Tras su significado aparente y literal, los mitos griegos siempre ocultaban una tradición mística oculta, y de esta forma los trabajos podían ser interpretados como símbolos del camino espiritual. Esto resulta especialmente evidente en el análisis del undécimo, en el que Heracles viaja al jardín en el que crece el manzano que da la fruta mágica, el árbol de la vida, guardado por un dragón y unas hermanas, un paralelismo con la leyenda bíblica del jardín del Edén donde una serpiente animaba a comer la fruta del Árbol de la Ciencia, lo que otorgaba el conocimiento del bien y del mal.

En el primer trabajo, Nemea es famosa en la mitología griega por habitar en sus bosques un famoso león, que fue muerto por Heracles como uno de sus famosos doce trabajos. También se menciona esta ciudad por ser allí donde Ío fue transformada en vaca.

En el segundo, donde Hércules mata a la Hidra de Lerna, después como Plutarco (Sobre la adoración de Isis y Osiris) sabía, Dioniso era invocado como Bugenes, ‘hijo del toro’ con una extraña trompeta arcaica llamada salpinx, mientras se arrojaba un cordero a las aguas como ofrenda para el «Guardián de la Puerta» del Inframundo, es decir, la Hidra.

En el tercer trabajo, camino hacia Erimanto, Heracles hizo una parada para visitar a su amigo el centauro Folo, quien en memoria de tiempos lejanos compartió con él su comida y su vino. Pero los otros centauros, al oler el vino que estaba especialmente reservado para ellos se enfurecieron de tal manera que atacaron a Heracles, quien primero los rechazó y luego con sus flechas envenenadas mató a varios de ellos mientras los demás se retiraban, en accidente también moriría su amigo.

En el cuarto trabajo, quería capturar a la Cierva de Cerinia, Pero la cierva era muy veloz y no le fue fácil atraparla, por lo que la persiguió día y noche sin descanso hasta el país de los Hiperbóreos. De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como gigantes.

En el quinto trabajo, doce toros que le había regalado su padre Helios defendían al resto de la manada, haciendo que el ganado de Augías tampoco sufriera bajas por las fieras de los alrededores. Eran conocidos sus establos, que nunca habían sido limpiados hasta que lo hizo Heracles en un solo día en cumplimiento de su quinto trabajo. Euristeo le encargó esta extraña misión con el fin de humillarle y ridiculizarle, pues tal era la cantidad de excrementos acumulados en los establos que era prácticamente imposible limpiarlos en un sólo día.

En el sexto trabajo, los pájaros del Estinfalo eran unas aves que tenían picos, alas y garras de bronce y cuyos excrementos venenosos arruinaban los cultivos. Poblaban la región y el bosque alrededor del lago Estínfalo. Euristeo comandó entonces a Heracles que acabase con la amenaza de dichas aves, como parte de Los doce trabajos de Heracles, ya que en ocasiones atacaban al ganado o a la población.

En el séptimo trabajo, el toro, el que Poseidón hizo salir del mar cuando el rey Minos prometió sacrificar al dios; pero Minos lo encontró tan hermoso que lo incorporó a sus rebaños y el dios, enfurecido, hizo que la reina Pasifae se enamorara del animal y concibiera de él un hijo, el
Minotauro, tras lo cual hizo enloquecer al toro.

En el octavo trabajo, Hércules funda Abdera, ciudad fenicia en el sur de España, identificada con Adra. El octavo de los doce trabajos de Heracles consistía en capturar a las cuatro Yeguas de Diomedes, que comían carne humana. Éste las tenía atadas con cadenas y las alimentaba con la carne de sus inocentes.

Heracles se presentó a Minos que le autorizó para capturar al toro si podía. Heracles consiguió subir a lomos del animal y lo condujo, a través del mar Egeo, hasta Micenas. Euristeo, al ver al hermoso animal lo quiso ofrecer a Hera, pero la diosa lo rechazó al ver la ferocidad del toro por lo que Euristeo lo dejó libre.

En el noveno, en una versión de la historia, Hipólita se enamoraba de Heracles y le daba el cinturón voluntariamente.

Los tres últimos trabajos de Heracles suelen ser considerados metáforas sobre la muerte.
El décimo trabajo de Heracles consistió en robar el ganado de Gerión. Mientras viajaba hacia allí, cruzó el desierto libio (Libia era el nombre genérico de África para los griegos) y quedó tan frustrado por el calor que disparó una flecha a Helios, el sol. Helios le rogó que parase y Heracles pidió a cambio la copa dorada que el dios usaba para cruzar el mar cada noche, de oeste a este. Heracles usó esta copa dorada para llegar a Eritia. Gerión vivía en la isla Eritia (‘la roja’, como una de las Hespérides), más allá de las columnas de Hércules al oeste Mediterráneo, ya en el curso del Océano.

Heracles intentó robar el ganado y mató primero a Ortro y luego a Euritión. Cuando llegó Gerión, en algunas versiones tras haber sido informado por Menecio, el pastor del Hades, Heracles le mató, desgarrando su cuerpo en tres partes. Heracles tuvo entonces que arrear el ganado hasta Euristeo. En las versiones romanas de la historia, Caco robó en el monte Aventino de Roma parte del ganado de Gerión a Heracles mientras éste dormía, haciendo que las reses caminasen de espaldas para no dejar nuevas huellas, una repetición del truco del joven Hermes.
Según algunas versiones, Heracles pasó con el resto del ganado frente a una cueva donde Caco escondía las reses robadas. Heracles mató entonces a Caco y, de acuerdo con la mitología romana, fundó un altar en el lugar donde el Forum Boarium, el mercado de ganado, se celebraría
posteriormente.

En la undécima, el Jardín de las Hespérides es el huerto de Hera en el oeste, donde un único árbol o bien toda una arboleda daban manzanas doradas que proporcionaban la inmortalidad. Los manzanos fueron plantados de las ramas con fruta que Gea había dado a Hera como regalo de su boda con Zeus. Según diferentes fuentes, había tres, cuatro o incluso siete hespérides, pero normalmente se consideraba que eran tres, como las demás tríadas griegas (las Cárites, las Greas, las Gorgonas y las Moiras). Entre los nombres que se les daban están Egle, Aretusa, Eritia, Hesperia, Héspere, Hestia y Hesperetusa. A veces se les daba los nombres de Doncellas de Occidente, Hijas del Atardecer o Diosas del Ocaso, todos aparentemente alusivos a su imaginada situación en el lejano oeste.

El último de los doce trabajos de Heracles fue capturar a Cerbero. Viajó primero a Eleusis para ser iniciado en los misterios eleusinos y aprender así cómo entrar y salir vivo del Hades, y de paso para absolverse a sí mismo de la culpa por haber matado a sus hijos. Encontró la entrada al inframundo en Tanaerum. Atenea y Hermes le ayudaron a traspasar la entrada a la ida y a la vuelta. Gracias a la insistencia de Hermes y a su propio aspecto fiero, Caronte le llevó en su barca a través del Aqueronte.

Tantas referencias, tantos puntos geográficos posibles, tenemos a Hermes, Mercurio romano, también relacionado con los fenicios, las islas Hespérides, Canarias o Cádiz, el Ocaso, Gerión, el misterio de la vida y de Occidente, Hera, era la esposa y hermana mayor de Zeus, hijo de Crono y Rea, era el más joven de sus descendientes y esposo de Hera. Mucha mezcla, bastante lío y como os decía todo tiene relación con todo desde sus mitos más antiguos.

Casi todo lo que os he contado está basado en la Teogonía de Hesíodo, pero, en este caso, he usado Wikipedia, gran invento, que con sus links ilustra muy bien lo que quería decir, todo conocimiento está relacionado, a veces es falso, otro tiene errores, otras veces está bien interpretado, otras no, pero en cualquier caso todo el rato puedes ir por tantos caminos diferentes, que sería imposible seguirlos todos, no obstante, todo conocimiento, buscan lo mismo, la Sabiduría. La sabiduría es una habilidad que se desarrollada con la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, lo bueno y lo malo. Algunas veces se toma el concepto de sabiduría como una forma especialmente bien desarrollada de sentido común. Es lo opuesto a la tontedad, la estupidez y la locura.

En un sentido, la sabiduría es el cúmulo de conocimiento que toda persona posee sobre los temas que domina. Sabiduría deriva de saborear. La palabra no estaba ligada en sus orígenes con la posesión de conocimientos, sino que significaba simplemente saborear, gustar y gozar de la verdad. Para obtener la sabiduría es necesario desearla.

Al final, este bolg, no es más que mi simple deseo de buscar el conocimiento, la sabiduría o por lo menos de intentarlo.

Las doce pruebas de Asterix

Vivir en Madrid, a veces se convierte en un hándicap, el precio de los pisos, es una ciudad más cara que el resto de las españolas, mucha gente en todos los sitios, más competitividad, no sólo eso, renovar la tarjeta de Residente S.E.R., me diréis has cambiado de coche: NO, de domicilio: NO, y entonces qué pasa, nada, todo igual, pero he estado desde las 9 horas hasta las 12 para hacer el mismo trámite que el año pasado con los mismos papeles, pero este año no ha podido ser, todavía.
Como ciudadano del centro de Madrid, siempre he pensado que tenía ciertas ventajas, pero en cuestión de coche, hay que llevar uno oficial con chófer y aparcamiento del Ayuntamiento, que somos todos ¡Ja!, como el Excelentísimo Alcalde y su ilustre familia, de la que me estoy acordando.
Por supuesto, nuestros funcionarios, a los que pagamos para que nos hagan la vida más difícil, nuestras fuerzas de seguridad, que se ocupan de que no infrinjamos las normas los ciudadanos medios, ya que si no tienes papeles, ni seguro, ni mil cosas más, no pasa nada porque hay unos 400.000 según nos informan, ni que decir tiene que los chorizos de Puerta de Sol, son conocidos por todos los que pasan por ahí, que en la zona azul seas de donde seas, vivas donde vivas tienes que pagar siempre, que el impuesto de circulación te lo pasan perfectamente a tu domicilio, pero ojo!, te falta un papel o diecisiete, un cambio de no se qué o una leche en bote.
Las historias de Asterix y Obelix, que me leí en mi infancia, son unas buenas historias, te enseñan los defectos de las personas, pero ahora me estoy acordando de Las Doce Pruebas de Asterix, donde la prueba final es en un lugar de la administración, lleno de funcionarios que solicitan formularios inexistentes, que tienen como requisito tener el mismo, para continuar, Asterix, lo soluciona inventándose uno nuevo, cuando todos creíamos que iba a recurrir a la poción mágica, como es lo que suele ocurrir cuando se pierde la paciencia, infinitamente necesaria para estos menesteres. ¡Por Tutatis! ¡Por Júpiter!. Hoy los funcionarios solicitaban la presencia permanente de seguridad de la policía, porque sino no podían trabajar, estarían soliviantados, pero al resto de ciudadanos, ¿quién nos protege de los funcionarios, de los que ponen las normas, de los que crean formularios imposibles, de los que ponen en la información, de los que hacen que la vida de los demás sea más difícil?
Voy a respirar y contar hasta 10, voy a planificar un par de mañanas perdidas, más la de hoy y pensaremos que en el pecado llevan la penitencia, hoy siento pena por nuestros funcionarios anclados a un sistema incompetente, protegidos mediante la fuerza coactiva del Estado, y a lo mejor se me olvida que a todos desde el alcalde, a los concejales, a los directivos de cualquier administración, a los funcionarios de todas las categorías y funciones, los que tengan alguna, les pago yo y que las colas que me esperan son para pagar una tasa, impuesto, multa o lo que sea que la Providencia nos depare.

miércoles, 30 de enero de 2008

La Sombra del Viento

Ruiz Zafón, La Sombra del Viento. Gran novela, que me regaló un compañero mío que trabajaba en Planeta, en una Feria del libro, sabían que iba a tener éxito y lo tuvo. El almacén de los libros perdidos, gran hallazgo. El amor adolescente, el mal, el bien, bien escrita. Una Barcelona también emocionante. ¿De dónde habrán salido Pujol, Carod-Rovira, Mas, Maragall, Montilla, Iceta, y otros tantos , que se creen que aman más que nadie a su tierra y la perjudican más que nadie?. Quizá del país de la ignorancia y del resentimiento, quizá de la tierra de la estupidez, o como dice José García Domínguez, ¿quieren que su Matrix nos lo creamos?.

La Catedral del Mar

Cuando me leí La Catedral del Mar, escribí esto: El nacionalismo catalán intenta una deconstrucción del proceso histórico de la historia de España, lo cual llevaría a su población y a sus votantes a un auto perjuicio, porque si pasamos de la democracia liberal, hacia una oligarquía parlamentaria, luego a un despotismo ilustrado, después a un autoritarismo, llegando al feudalismo, como culminación de los deseos del poder y la eliminación de las libertades individuales, la creación de aristocracias que detentan ese poder en zonas geográficas independientes, pero que se prestan mutuo apoyo si les tratan atacar los oprimidos del sistema, pero que no dudarán en guerrear internamente por parcelas de poder o geográficas del poder. Pudiendo eliminar adversarios, instaurar de nuevo derechos como el de pernada, podrían volver gracias a los propios ciudadanos catalanes que lo piden con sus votos.

Asimismo, la negación de la bandera de España, símbolo de la expansión de la Corona de Aragón, adoptado por Carlos III, como enseña nacional, ya que era un elemento por lo que los italianos nos conocían y nos distinguían, no iría en realidad contra las otras partes de España, sino contra la idea de expansión de España, universalmente y conceptualmente, lo que sería una negación de su propia historia, con la que han contribuido y con la que no se identifican, llegados a un resultado actual, totalmente autolesivo.

Un par de párrafos que reflejan el proceso deconstructivo que lleva a una sociedad democrática real a una pesadilla, que podría ser ciencia ficción, si rectifian a tiempo. Aparte, la novela se lee muy bien, describe una ciudad maravillosa como Barcelona, su casco antiguo y su mundo rural más atrasado, como ahora, que detentan y apoyan a un poder que revertirá en ellos mismos los primeros.

En otras novelas ambientadas en Barcelona, podemos disfrutar de la ciudad, en lo dramático: La Guerra del General Escobar, en el reportaje en Tres días de julio de Luis Romero, en lo satírico con Eduardo Mendoza: Sin Noticias de Gurb, para saber de Gurb, recomiendo ir a la Catedral, en lo esotérico: la Ciudad sin tiempo de Morel, en lo memorial: La Ciudad que fue, de Federico Jiménez Losantos. Y muchas más, la última: de Esther Tusquets, Habíamos ganado la guerra, duras memorias de infancia, pero bastante descriptivas.

lunes, 28 de enero de 2008

Libros varios

Comentando libros, recomiendo todos los del comisario Brunetti, de Donna Leon, aunque hay alguno mejor que otro, están muy bien, la mujer muy progre, lo cual es cosa de ricos, como dice Federico Jiménez Losantos, pero bueno, Venecia es una maravilla, el personaje es muy humano, disfrutan de la comida y de la bebida, se preocupan de sus hijos y de los problemas del mundo, sin más , tampoco los solucionan, pero bueno, nos sentimos bien, en sentirnos mal, no?.
España, perdiste, de Hernán Casciari, un argentino gracioso, que vive en Barcelona y que no conoce casi españoles, sólo su mujer, que es barcelonesa, comenta que a los españoles lo de dar besos a los hombres no es que no les guste, es que les da asco, que el dulce de leche para los argentinos es como las espinacas para Popeye, y la vida en el baño y hablar de Borges, también está bien, pasas un buen rato.
El finlandés Arto Paaslinna, con El Bosque de los zorros, hace una historia increíble, interesante y amena, pero extraña. Por su parte, Michel Houllebecq, en Plataforma, escribió un novela provocadora en el lenguaje y los contenidos, interesante y sorprendente, que revuelve a nuestra sociedad hipócrita, que no busca placer, sino justificación, no busca reproducirse, sino el fin. Yo confío en los nuevos españoles, en los inmigrantes nacionalizados, quieren y aprecian más nuestros valores, nuestra historia, que los apáticos europeitos, deseosos de buscar una nueva religión, una secta con el Sentido de la Vida, unos indígenas con el saber perdido, un grupo de música con las canciones inolvidables que no entienden y olvidan, un ecologismo y su consiguiente cambio climático, por si cambia. Hay un autor llamado Robert Ardrey, La evolución del hombre: la hipótesis del cazador, donde se dice que la especie humana evolucionó por el consumo de carne, los cambios morfológicos de la mujer, dentro de un periodo interglaciar, cíclico cada 15.000 años como el que estamos terminando, por lo que el calentamiento del planeta, sería una prórroga de la siguiente glaciación. Para vaticinio terrible este, la glaciación ha llegado y es ineludible, puedes conducir, echarte desodorante o fumar sin remordimientos.
Un saludo.

Cuaderno de viaje II: Sevilla

En cualquier viaje, uno espera contar algo interesante, pero no siempre es fácil, algunos cuentan historias exóticas, otros trolas, algunos cuentan historias de miedo en Colombia, Afganistán o Irak, otros paraísos sexuales en Brasil o Cuba. Yo no he viajado más que en Europa y sobre todo en España.
En mi cuaderno de viaje, que nunca hice, mi segunda parada es Sevilla, Sevilla, No-Do, ciudad con duende, con un color especial, con su Feria, su Semana Santa, con su maravillosos barrios de Triana, de Remedios y de Santa Cruz, su barrio de centro, con la calle Sierpes y Feria, llegando a la Macarena ¡Guapa, guapa y guapa!, gran procesión con tantísimos romanos y nazarenos, el Gran Poder! y el de los estudiantes en Mateos Gago, de rodillas y las saetas, la de los Gitanos cruzando el puente de Triana, la salida de la Borriquilla, qué aperitivo, queé elegancia, la recogida de la Virgen de Cinta, qué emoción, el paso de todas por la Catedral, al Cielo!, cómo bailan, cómo andan sobre el mar de gente, qué silencio, las del silencio, qué bandas las que las llevan, también cuando prepararan por el río, la calle Betis, con sus bares y garitos. Las calles de la judería, los Alcázares, los jardines de Murillo, la Plaza de España, los jardines de María Luisa, los coches de caballos, los puentes, la antigua Tabacalera, facultades de Humanidades, el rastro, las columnas de Hércules, el prado de San Sebastián, la puerta de la Feria, en Remedios, los Sagrados Corazones, y la gente simpática, graciosa, no tanto, y el invierno qué frío, más que en ningún lado, porque no acostumbran más que unos días.
En Sevilla, cuesta encontrar un tablao, pero la Carbonería, puede valer, el la plaza de la Cruz de hierro en Santa Cruz, donde la Piel de Tambor de Pérez Reverte, hay uno, y está bastante bien, en Triana, algunos más hay, aunque yo no los encontré, pero bares hay y buenos.
La Expo, fue, la vimos y venció, para mi con el Canguro, ahora han abierto varios programas con el mismo criterio, al malo, le hundimos más, qué risa. También con el pabellón polaco, guapas camareras, agradable, buenas vistas, sin colas, olé. El pabellón del Descubrimiento, joder qué pantalla, pero se quemó, no estaba mal de discoteca, desangelada. Un hielo en el de Chile o en otro, unas maderas en el de Japón, en Marruecos, una jaima, en el de España, todavía estoy haciendo cola, y muchos más, unas pantallas, unos documentales acojonantes, unos paseos, agua que te ducha, comer y beber caro carísimo, estuvo muy bien. Sevilla Olé y olé. Manque pierda.
En fin, un saludo.

Cuaderno de viajes I: Madrid

Cuando recuerdo los viajes que he hecho a lo largo de mi vida, lo que me viene a la memoria son pequeños flashes, en donde evoco una sensación de lo que vi y viví, o quizás algún sentimiento relacionado con ello. Los viajes de trabajo, comprimen aún más estas sensaciones, ya que lo lúdico es más reducido, por lo que no voy a hacer una guía de viajes, ni nada parecido, sino una descripción de las sensaciones que tuve.
El primer viaje, empieza en Madrid, mi ciudad, donde los recuerdos infantiles que guardo hacían que pequeñas distancias me parecieran muy grandes, una sensación de calor como cuando se pone uno al Sol en primavera, una ciudad luminosa y acogedora, una especie de domingo por la mañana permanente, sensación que repito cada vez que vuelvo, cada vez que un rayo de Sol me alcanza al mediodía.
Para mí, esta ciudad, aunque en invierno hace bastante frío, siempre te permite esos momentos, y pese a que parece que la velocidad, el trabajo, las compras, las gestiones varias te llevan, el alma de la ciudad es cálida y tranquila.
Sus bares, tabernas y restaurantes te trasladan a un mundo humano, de conversaciones abiertas, de familiaridad, no muy distintas a la de un pueblo pequeño. Aunque al salir, puedas disfrutar de una amplia oferta de interesantes oportunidades, que tu recoges si puedes y quieres. Puedes ver el Palacio Real, sus jardines, la Plaza de Oriente, sus gentes, la calle Mayor, su historia, las calles pequeñas, sus plazuelas, la Plaza Mayor y la Puerta del Sol, sus turistas, sus vendedores y sus cacos, el Congreso, la fuente de Neptuno, los hoteles y la Bolsa, la Estación de Atocha, Lavapiés o el Rastro, la Puerta de Toledo, el Calderón, el río que ha vuelto entre excavadoras, la Puerta de San Vicente, la Estación del Norte o Argüelles, más compras en Princesa, la Plaza de España, Conde Duque y la Gran Vía, tan cerca y tan lejos, los bulevares que no hay, que te llevan a Colón, pasando por la Audiencia Nacional, llegando a la Biblioteca Nacional, al Museo Arqueológico, al Prado, al Retiro, la Cibeles, donde puedes seguir comprando en Serrano, Goya, Velázquez, o ir a los toros a Las Ventas o al Palacio de los Deportes, un concierto o un partido, o seguir hacia el Bernabeu.
La Castellana que cruza, pero no divide, Madrid es igual en todas sus calles, en unas hay más corbatas, en otras más anises, en Cuatro Caminos, más gente, hacia la Plaza de Castilla, con sus juzgados y el Canal, con sus exposiciones, las torres Kio, las torres nuevas, puedes ir al Pardo, con sus palacios, sus cuarteles y sus fantásticos merenderos, o a Moncloa con sus presidentes, sus facultades, los maceteros....
En Madrid, puedes ir a Carabanchel, a Aluche o a Batán, a la Casa de Campo o a Aravaca. Puedes ir a Fuencarral, a Ciudad Lineal, a Moratalaz, a Vallecas o Entrevías, a Coslada o a Vicálvaro, pequeños pueblos, grandes barrios, mucha gente joven y vieja, muchas historias.
En fin, un saludo.

martes, 22 de enero de 2008

Jon Juaristi

Ha comenzado hoy, un nuevo diario digital llamado El Imparcial.es, en homenaje al que fundara el abuelo de José Ortega y Gasset, el gran fillósofo español autor de La Rebelión de las Masas, de La España Invertebrada y de otras grandes obras, que dirigiera su padre Ortega y Munilla, periodista y escritor, de lo cual me alegro mucho.
Además de ser una buena noticia en sí, uno de los colaboradores es Jon Juaristi, uno de mis autores favorito, autor de El Linaje de Aitor, Sacra Nemesis, El Bucle Melancólico, La Tribu Atribulada, La Caza Salvaje, El Reino del Ocaso, así como articulista interesante, dedicado habitualmente a escribir sobre y contra el nacionalismo vasco, desde la perspectiva ideológica del mismo, a través de la literatura, tiene como autor de referencia a Unamuno, aunque hace un repaso por todo tipo de escritores menores y mayores para intentar explicar el dislate del nacionalismo en una sociedad industrial, pudiente y burguesa en Occidente como la vasca.
En su obra, suelen estar presentes muchos elementos autobiográficos, ya que procede de una familia de tradición nacionalista, y dentro de sus familiares hay varias figuras destacadas del movimiento nacionalista, asimismo, por su paso por ETA, trata de ver cuáles son los elementos formativos del movimiento y sus fuentes. Se rebela contra su pasado, contra su infancia, contra una ideología que ha rechazado y dentro de lo curioso está su conversión al judaísmo, que yo no he leído nada donde trate de ello, pero que me gustaría.
Dentro de sus obras, El Reino del Ocaso, no trata de nacionalismo, sino del origen de las tradiciones y leyendas sobre la Ciudad de Cobre, la Mesa de Salomón, el origen de España, en el ámbito medieval, atendiendo a la tradición oral medieval, a la musulmana y otras fuentes.
Su primera novela, publicada La Caza Salvaje en 2007, es muy interesante, combinando un antihéroe, la mitología y la novela histórica.
El Bucle Melancólico, Premio Nacional de Ensayo, tuvo mucho éxito, se lee muy bien, indaga en lo cíclico del discurso victimista de los nacionalistas vascos y la construcción a partir de una ideología destructora y recurrentemente violenta.
Otro tema que trata Juaristi es el "invencionismo", como género literario, cómo inventar tradiciones, historias, memorias históricas, con cuentos, relatos, novelas, etc, con gran éxito en nuestras autonomías. Una amiga me contaba una vez, que en San Sebastián estuvo en una fiesta de la sidra o del txakolí o algo así, le preguntó a una chica que de cuándo era esta fiesta, le respondió que "de toda la vida", y más tarde vio que en los carteles se leía "V edición de la fiesta de lo que sea". Así se puede ver que el invencionismo en las tradiciones populares es fácil, viendo a la población celebrando la entrada de los soldados españoles, como si fuera un elemento de afirmación nacionalista.
En fin, una buena noticia.
Un saludo.

Un hombre de paz

Sucedió en el AVE, de Victor Salterio, es una novela breve, que plantea el problema moral entre lo justo y lo legal, a través de la ejecución de dos etarras, por parte de un particular con sus razones.
El desenlace, que no voy a contar, hace pensar en algo que se oye de vez en cuando, que si la ley no cumple la función de resarcir a las víctimas, al final las víctimas se tomarán la justicia por su mano.
Creo que habría que reformar las leyes para que la población y sobre todo las víctimas tengan un mínimo consuelo. Y que no haya que ver espectáculos tan lamentables como oir del presidente del Gobierno que Otegui es un "hombre de paz".

lunes, 21 de enero de 2008

La República de Azaña

Este libro de Juan Carlos Girauta trata de Manuel Azaña en la II República española, personalidad política e intelectual de principios del siglo XX, destacó sobre todo por presidir la República en dos momentos, de octubre a diciembre de 1931, y de mayo de 1936 hasta su muerte en Francia en noviembre de 1940, y presidente del Gobierno de diciembre de 1931 a noviembre de 1933 y de nuevo de febrero de 1936 a mayo de 1936.
El personaje ha sido referente de las izquierdas como figura política e intelectual de primer orden, y a su vez fue considerado por el Régimen de Franco como el primer responsable de la Guerra Civil.
En el libro de Girauta, se hace un acercamiento al personaje, desde sus concepciones políticas, antes de la caída de la Monarquía de Alfonso XIII, a través de un discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid, el cual presidía, el 20 de noviembre de 1930, donde Azaña hace un repaso bastante superficial de los ateneístas del siglo XIX y expresa un visión histórica de España, que el autor analiza y descubre como revelador de su comportamiento político posterior.
Asimismo, en este acercamiento al personaje, Girauta, evidencia la complejidad del personaje como hombre, escritor, intelectual, político y sus trasuntos literarios, además de señalar la supervivencia de imágenes del mismo, indeseables, en políticos actuales como José Luis Rodríguez Zapatero, actual presidente del Gobierno.
Aunque por suerte para nosotros, las circunstancias políticas y sociales han cambiado tanto, que la receta utilizada en aquellos años para cambiar la sociedad española sería inútil en este momento, ya que la fe en ideologías ha mermado mucho en la población, la precariedad de las clases más desfavorecidas, no llega a la desesperación que podría tener en otras épocas, el poder de los sindicatos es más limitado, también su representación, y la libertad de prensa, cuenta con Internet como refugio.
Pero, no obstante, el resorte del descontento lo siguen dominando bien (véase el No a la Guerra), asi como la estigmatización como fascista a toda persona que cree en la libertad individual, en la libertad de empresa, en el derecho a la propiedad, en la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), en la libertad de conciencia y en la necesidad de unas leyes iguales para todos los ciudadanos, que sólo se alteren con una mayoría cualificada, sobre todo si se habla de las reglas básicas de juego (Constitución de 1978) y la igualdad de oportunidades.
Fallan y fallarán en la realidad, que se resiste a ser como cada iluminado quiere que sea, fallan y fallarán en la percepción del conjunto que forman, ya que salvo que aceptan líderes temporalmente, ninguno es capaz en hacer realidad todas y cada una de las ensoñaciones que tiene estos grupos, fallan y fallarán en la gestión económica, ya que el capitalismo, basado en el libre mercado es y será mucho más eficaz para resolver las necesidades de la población, fallan y fallarán en y sobre todo en su percepción de la naturaleza humana, tan amable y cooperativa, como feroz y egoista, tan desigual como creativa, tan violenta como valiente, tan justa como injusta....
En fin, seguiré otro día. Un saludo.

domingo, 20 de enero de 2008

Un día de partido

Un día de partido cerca de un estadio de fútbol significa no mover el coche, ya que si lo haces te espera una hora o dos para aparcar en el quinto pino, vale, cuando te compraste la casa, el estadio ya estaba, pero que todas las normas de tráfico, de aparcamiento y en general de urbanismo, se olviden, para mí, no es justificable.
Coches en las aceras, en los pasos de cebra, en medio de la calle dos filas de aparcamiento, por supuesto todas las esquinas y huecos, fenomenal.
Aparte de eso, el ambiente es muy alegre, la gente que le gusta el fútbol, baja con sus bufandas, toma el aperitivo, dispuesta a ver a su equipo ganar, a veces, como debe ser, buen rollo.
Para malos rollos, la política española, que no mejora, seguimos con nacionalistas que se empeñan en hacer que los ciudadanos de otra parte de España, estemos preocupados y ocupados en ellos todo el tiempo. Si algún día en España se hace un referendum, sobre la independencia de algún territorio, espero que se haga con todos los españoles, y si en el resto de España, votamos que si queremos que se independicen y en dichos lugares que no. ¿Qué pasa?.
No creo que ocurra, ya que todo este coñazo, se basa en sacarnos dinero a todos, en ser los caciquillos de sus territorios, en ningunear a su población, que por otra parte se lo está buscando y en mantener las ventajas de ser un Estado fuerte para unas cosas y para otras una minoría llorica, con su cultura oprimida por los demás, que somos muy malos. Puro rollo.
En fin, otro día sigo, un saludo.

jueves, 17 de enero de 2008

Un día normal

Un día normal para unos, es haber estado tranquilos, razonablemente felices, sin noticias relevantes, haberlo pasado más o menos bien, siempre y cuando no se lea el periódico, ni se escuche la radio o la televisión, ya que, en tal caso, sufrirá angustia, miedo, pena, tristeza por todos esos pobres niños que desaparecen sin más, por cualquiera de las múltiples guerras o catástrofes que no relatan los medios, o una banda de atracadores, asesinos, violadores, terroristas o todo a la vez que ha actuado en nuestra ciudad o en cualquier otra que conocemos.

Entonces, intentamos razonar, pero no es fácil, cómo puede haber gente así, tan malvada, tan estúpida. En el libro de Carlo María Cipolla, "Allegro ma non troppo", el autor trata de explicar de un modo humorístico las conductas humanas mediante dos coordenadas, en una la sociedad, en otra el individuo, si se hace bien a si mismo y a la sociedad, estamos ante la conducta inteligente, si te haces bien a ti mismo y mal a la sociedad, estamos ante una conducta malvada, si el bien es a la sociedad, pero el individuo se perjudica, estamos ante el incauto, y si se perjudica a la sociedad y a uno mismo, estaremos ante el estúpido.

Con todas la variantes, podríamos explicarnos muchas conductas, pero hay que introducir en este razonamiento, la creencia equivocada en estar haciendo bien a uno mismo y a la sociedad, destacando como caso extremo el terrorista, que creyéndose salvador de la sociedad o mártir, incauto (en algunos casos), es en realidad un absoludo estúpido, el malvado es todo aquel que le educa, incita, protege, justifica para mantener su seguridad, estatus, poder en la sociedad que los sufre. Pero tan estúpido y tan dañino es el legislador y juzgador, que favorece dichas conductas con criterios garantistas (penas bajas, permisos, trato excesivamente agradable, triquiñuelas legales admitidas) sólo para el delincuente, no para la víctima.

Dicho lo cual, esperemos que nuestra sociedad busque a personas intelegentes para ejercer el gobierno, legislar o juzgar, y no estúpidos, como muchas veces me parece que ocurre.

miércoles, 16 de enero de 2008

Yo tenía un camarada

Acabo de terminar el libro de César Alonso de los Ríos, Yo tenía un camarada (Barcelona: Altera, 2007), donde el autor trata la metamorfosis de los creadores ideológicos del Movimiento, y creo que debía comentarlo antes de olvidarme de la impresión que tengo de lo leído.

El autor habla sobre una serie de personalidades de la política, el pensamiento y la literatura española como Laín Entralgo, Ridruejo, Aranguren, Tovar, Torrente Ballester, entre otros. De ellos se citan obras y contribuciones intelectuales a la formación del Régimen franquista, pero además, analiza la evolución ideológica de estos autores hacia posiciones de oposición más o menos abierta al mismo, y de la influencia de los mismos en los grupos opositores posteriores.

Lo más destacado, en mi opinión, está en tres aspectos, en el intento consciente de borrar y ocultar su pasado falangista, en la gran influencia que este grupo más o menos homogéneo tuvo en la formación de las élites posteriores (socialistas, social-demócratas, conservadores, nacionalistas, incluso comunistas) y el sustrato totalitario con que este pensamiento ha impregnado toda la política española en la Democracia.

Aceptando, por supuesto, la libre evolución de cada uno en su pensamiento político, creo que la ocultación de sus seguidores (consciente e incionscientemente) de las raíces de sus concepciones sobre España, sobre el gobierno, sobre la libertad y los objetivos políticos que tienen, han creado las bases de la actual situación histórica. Ya que no se admiten los modelos reales que se están usando para gobernar España, las Comunidades Autónomas y la organización de los partidos políticos.

Como ejemplo, podíamos ver el carácter personalista de los partidos, el caciquismo en las CC.AA., la negación interesada de la Nación española, en favor de las "indiscutibles" naciones regionales, o la orfandad de gran parte de la derecha política española durante muchos años, al no entender cómo conciliar sus sentimientos, concepciones y afinidades políticas, sociales e históricas con las explicaciones dadas sobre el pasado anterior a la etapa democrática.

En esta misma línea, La Leyenda del César Visionario, novela de Francisco Umbral, donde se describe la importancia de estos autores en la Guerra Civil, que en una lectura sin estos datos, parece una revancha entre literatos, se convierte en un intento de recrear una época, con el objetivo de resaltar esta incoherencia, que amenaza nuestra democracia, con comportamientos y justificaciones supuestamente demócratas y realmente totalitarios.

Gracias a este autor y a otros (a los que intentaré ir reseñando en este blog), que poco a poco, han hecho una labor pedagógica, también en muchos casos con una evolución política muy radical, descubriendo el liberalismo, como forma política mucho más saludable para la convivencia en democracia.

Sin más. un saludo.