miércoles, 1 de abril de 2009

Teléfono rojo

-Zapatero, please?
-No, sorry, I´m a person of personnel of cleanliness.
-Can you tell him that I am waiting for him?
-Do not worry, it has been a pleasure to greet yourself.

-¿Quién era, paco?
-El presidente Obama.
-Me lo temía, menos mal que tú hablas inglés. ¿qué decía?
-Que le estaba esperando.
-Bueno, ya le llamaré, cuando venga mi traductora.
-¿Y si es una llamada urgente, qué va a hacer?
-Hago que no estoy y punto.
-Bueno, presidente, le dejo, que tengo que seguir limpiando otros despachos.

La instalación de un teléfono rojo de contacto directo entre Obama y Zapatero es una gran oportunidad para todos los españoles que hablen inglés para practicar, ya que es improbable que el presidente Zapatero le saque provecho, pero qué se le va a hacer, ya que en España, se exige el conocimiento del inglés para los trabajos más insospechados, salvo para ser político y mucho menos para ser presidente del Gobierno.

Ayer veía en Libertad Digital Tv la presentación del Informe Recarte donde se comentaban las principales conclusiones del libro, entre ellas, Federico Jiménez Losantos decía que para cambiar el sistema productivo español, es decir, para hacernos competitivos, era vital que reformásemos la educación y la justicia, así como que había que fortalecer las instituciones, para poder salir de la crisis y no reptar en el fango años y años.

En distintos campos se está haciendo, es muy importante el trabajo del Instituto Cervantes promocionando el español como idioma internacional, pero además es vital que los españoles aprendamos desde pequeños a hablar bien inglés.

Porque nuestro futuro está en "vender" profesionales cualificados, en dar servicios turísticos, así como que todo nuestro sistema educativo esté enfocado a tener buenos profesionales de la empresa, de informática, de todos aquellos campos que permitan a España estar por todo el mundo, de tener plazas para la demanda, no como ahora que está lleno de gente que se reconvierte a la fuerza, pero con carencias formativas, gente que no se reconvierte y sufre muchos años frustrada por no poder desarrollar su vida profesional en lo que ha estudiado, gente que sale con titulaciones de las que desconoce casi todo de la realidad de su actividad, gente que cree que con un máster va a entrar de director general y se queman porque cuando tienen el primer trabajo resulta que no les pagan o les pagan poco y les tienen haciendo fotocopias.

Tampoco es raro ver camareros que no saben tirar una caña, ni es raro ver gente con titulación superior hacer trabajos de peón, ni gente con la formación de un peón hacer labores directivas, en realidad, lo que ocurre es que estamos ante una sociedad muy desorganizada, donde tampoco es raro oir a la gente que quiere ser funcionario, por el horario, por las ventajas que dan para conciliar la vida profesional con la familiar, por la seguridad en los ingresos, en el puesto de trabajo, asimismo, es habitual oir a los funcionarios quejarse de sus bajos ingresos, de las diferencias abismales que hay entre ellos y los cargos políticos que son sus jefes, tampoco es raro oir a los políticos (salvo diputados y eurodiputados) comentar lo bajos que son sus sueldos, en relación con lo que manejan, eso mismo podrían decir los que trabajan en bancos y cajas, pero a ellos no les pasa ¿por qué?, quizá por la equivalencia más o menos adecuada entre puesto de trabajo, formación y sueldo.

Pero lo que sí que es raro en España, no raro, rarísimo, es oir a nadie que quiera montar su propio negocio, que quiera ser comercial, que quiera ser autónomo, que quiera ser agricultor, pescador, armador, ganadero, que quiera montar una empresa.

Descolgando el teléfono o acercándote a ver a alguien que pueda necesitar tus servicios descubres por qué, porque las caras afables se vuelven más tensas, porque la gente tiende a creer que vender es una actividad menos digna que aquellas que se desarrollan automáticamente, sin mediar decisión propia y responsable, porque la gente teme el cambio, porque hace falta una aceptación social previa para la toma de decisiones que convierten cualquier propuesta en una presión incómoda, porque el trato entre iguales expertos haría más fácil las cosas, pero como tenemos a esta sociedad descolocada no ocurre, porque todos en un puestecillo nos sentimos "poderosos" frente al que vende, porque nos hemos vuelto tan egoístas que no entendemos de qué va un mundo hecho de relaciones de colaboración, de intercambio y porque al final, nuestras relaciones comerciales están dando círculos en un terreno pequeño, demasiado pequeño y estrechándose, necesitamos salir fuera, pero para ello hay que competir, como mínimo, en inglés. ¿podemos o no podemos?