miércoles, 24 de septiembre de 2008

Política, medios de comunicación y Guerra Civil

Leo en El Mundo de hoy, unas palabras de Pedro Solbes: "Nosotros no hemos negado nunca la crisis", y si España fuera un país serio, este tío dimitía hoy mismo, pero como somos una excepción a las reglas de la lógica, habrá que creérselo, para poder entender lo que nos digan los próximos días.

Soy un oyente radiofónico habitual, generalmente alterno la COPE, con Ondacero, ya que a Federico Jiménez Losantos le escucho a primera hora y las tertulias, sobre todo los días en los que está Pedro J. Ramírez y de vez en cuando, otra radio, la SER o Intereconomía, pero no por las mañanas.

Desde hace un tiempo, Ondacero, se está posicionando cada vez más cercana a los planteamientos de la SER, tanto en formatos, como en estilo y muy curiosamente en posicionamiento político. No Carlos Herrera, claro, pero sí con la nómina de contertulios que trae, Calleja, Sopena, como máximos exponentes. Y esto creo que se debe a que por un lado se quieren diferenciar mucho de la COPE y por otro que prevén que el Régimen Zapaterino va a durar mucho tiempo, yo también lo creo, mientras siga Rajoy como candidato del PP, por lo menos.

Por las tardes, Julia Otero, con su acento catalán, típico de Lugo, que antes no tenía y que ahora fuerza con un deseo de hacerse ver más catalana, ya que vive en Barcelona desde pequeña, cosa que no es único de ella, porque es habitual últimamente. El programa está muy bien, sobre todo cuando está Sánchez Dragó, mejor con mucho que el de Cristina López, que no soporto la verdad, ni ese rollo que se traen con los planteamientos ultracatólicos que me aburren.

Aunque para ver imitaciones, prefiero a Gemma Nierga, la del dialoguemos ¿con ETA de nuevo?, manteniendo como "sabio" a Carrillo, un presunto genocida (más de 4.000 niños, jóvenes y adultos masacrados en Paracuellos, por ser sospechosos o declarados derechistas) de libro (hay que protegerse de la "justicia española" con algo y el presunto, para cualquier cosa, consultar las fuentes que presentan pruebas: Pío Moa y César Vidal, entre otros), aunque yo en una ocasión le oí justificarlo de la siguiente manera (y agradecería a quién encontrase el documento sonoro), donde decía algo así como "cómo íbamos a dejar en la retaguardia un batallón", ya que, pensaron que Madrid, iba a caer inmediatamente, luego quedó para el final, pero sino se opta por liberar Toledo, hubiera podido ocuirrir aquello.

Mientras hay que seguir escuchando lo de la Memoria Histórica, que o es memoria o es histórica, respetable en lo personal, para nada en lo legal, absolutamente un disparate en lo judicial. Si quieren recuperar a García Lorca, que se lean unos poemas, aunque si lo encontraran, el espectaculo que van a dar en homenajes políticos y demás, no hay que perdérselo. Y sobre todo, en las interpretaciones, donde la cagada fue importante ya en su época, dicen que dijo Queipo de LLano al enterarse reconociendo la importancia del error de su muerte, no al revés, como dice Ian Gibson. Estoy empezando a leer Quiepo de Llano: memorias de la Guerra Civil de Jorge Fernández Coppel y parece interesante, con el prólogo de José Alcalá-Zamora y Queipo de LLano, catedrático de Historia y nieto del general y del presidente de la República, una curiosidad más de la historia de España, paradójica como siempre.

Precisamente, la figura de Queipo de Llano tiene mucho que ver con la Radio, con sus charlas radiofónicas que tanto asustaban al bando enemigo y a los enemigos en la zona nacional, pionero en el conocimiento del poder bélico de los medios de comunicación audiovisuales. Si, porque tener una patrulla de apenas unos soldados dando vueltas en camiones en Sevilla, para hacer parecer que eran más, también es bastante ocurrente.

En fin, los medios de comunicación, tienen mucho que ver con el ejercicio del poder y la convivencia, control y crítica a los poderosos, los juicios contra Jiménez Losantos han tenido sus inmediatos efectos, por un lado, la fortaleza de los ultracatólicos en la COPE, dejando en gran medida limitada la línea política que seguían César Vidal y Federico Jiménez Losantos, por otro, Ondacero se prepara para otra época interminable como el Felipismo, moderando el tono al gusto del poder político. Pero espero que no lleguemos a mayores, pese a coartar claramente la libertad de expresión mediante la domesticación de los medios de comunicación y del único partido de la oposición con alguna posibilidad de gobernar, aunque cada vez más escasa.