lunes, 17 de noviembre de 2008

Televisión y felicidad

Leo en elmundo.es, la noticia de que hay un 30% más de consumo televisivo en las personas infelices que en las que son felices, y lo explican porque influye negativamente en personas con pocas habilidades sociales, y que a la larga produce miseria, por estar asociada a los comportamientos adictivos, ya que no exige demasiado esfuerzo.

Bien, lo único que no dicen cuál es la medida de los felices, aunque podríamos pensar que cuanto menos televisión mejor, más feliz, creo que bien podría ocurrir con otros medios de comunicación, cuantas menos noticias negativas, más felices, y quizá sea así, pero yo creo, que aunque parezca así, no es así, es un falso silogismo, solo aparente.

Lo que ocurre, por un lado es que si baja tu motivación, tu capacidad, tu energía, lo más a mano es la televisión y si no te repones, la vida junto a la televisión no ayuda, ya que todo o es ficción o casi.

Donde lo que ves es generalmente una magnificación de lo real, empequeñeciendo muchas veces al televidente que se puede frustrar al ver cómo ha perdido oportunidades o simplemente cómo no las tiene, aparentemente.

Para mí, la televisión, se parece bastante a los curriculum vitae, que el otro día escuchaba, que el 40% de ellos llevan datos falsos, y ahí incluiría al 60% restante, no con datos falsos, pero si modificados para que parezcan más atrayentes, tan falsos los que mienten como los que dicen medias verdades.

Un poco como lo que hablaba el otro día sobre la Masonería: si alguien te dice: "te voy a descubrir los secretos de las artes y de las ciencias, que poseemos y nos trasmitimos desde hace varios milenios", parece acojonante.

Pero yo también te puedo transmitir aquello, regalándote los "Diálogos" de Platón, la "Retórica", la "Poética" o "Moral a Nicómaco"de Aristóteles, por menos de 50 euros, o con un solo libro, decirte que los textos incluyen la sabiduría de generaciones, por lo que han vivido, creído y muerto mucha gente, actualmente cientos de millones de personas, dejándote "La Biblia".

Y sin mentir, mis afirmaciones dejarían expectantes a muchos, habría gente dispuesta a considerarme una autoridad por el hecho de decirlo en televisión, sin la necesidad de que yo haya leído estas obras, ya que en ningún momento lo he dicho, aunque lo haya hecho, y sin ser evidentemente, una autoridad sobre éstas, porque en la vida real, hace falta más que decirlo para serlo, en televisión, no, basta con que ponga debajo "Experto en ...." o "Presidente de la International Associattion of ....", "consultor de ....".

Ese lado aparente, que tiene la televisión puede provocar infelicidad, pero no creo realmente que influya demasiado, lo que creo es que es un refugio alternativo a una infelicidad real, que por supuesto, no se soluciona viendo la televisión.

Por otro lado, las personas "felices", ven menos televisión, quizá porque tienen más cosas que hacer, más personas que reclaman su presencia, una vida más llena que se dice, que tienen intereses en cosas concretas a las que dedican su atención.

Por lo que ven menos televisión, que aquel que no sabe lo qué hacer, que se siente débil, confuso, aburrido, sin fuerzas más que para ir viendo programas estúpidos, aunque si ves los programas de "La tarde con Cristina", no puedes más que sentirte feliz, ya que tal cúmulo de gente desgraciada en dos horas cada tarde, es difícil de agrupar, y a poco, a cualquiera le va mejor.

También es verdad, que como en la película protagonizada por Tom Hanks, en "La milla verde", donde el personaje Coffey absorbe el mal y el sufrimiento, algo así nos ocurre a todos viendo noticias horribles de sucesos que ocurren en el mundo (pobreza, hambre, muertes de millones de seres humanos, siendo los niños los que nos hacen sufrir más, accidentes, asesinatos, y un larguísimo etcétera), y que desconectando nos sentimos mejor, así desconectando la televisión, ¿seremos más felices?. No lo sé, quizá.