miércoles, 30 de marzo de 2011

Faisán

La transición política de la dictadura de Franco a la democracia fue un éxito del que los españoles nos sentíamos orgullosos, habíamos evitado la repetición de la Guerra civil de 1936 a 1939, habíamos conseguido reflotar al país, los cambios económicos con la paz habían transformado a la sociedad española, verdaderamente existían clases medias, y en masa, las clases medias urbanas accedieron a la universidad, pese a las crisis económicas fuimos convirtiéndonos en un país equiparable al resto de los europeos occidentales, el mundo rural también subió el nivel de vida, aún con muchas deficiencias, lo habíamos conseguido.

Es verdad, que algunos puntos negros quedaban en el camino y otras manchas se fueron extendiendo, los terroristas de la ETA y otros grupos (GRAPO, Terra Lliure), los nacionalistas totalitarios excluyentes (PNV, CIU, EA, Esquerra Republicana, etc,...), las izquierdas políticas resentidas, grupúsculos de ultraderecha, pero el panorama en general era bueno. Paz social, mejora económica, cierto sentimiento democrático, libertad de prensa, parecía que la democracia iba cuajando en España, con capítulos oscuros como el 23-F, el GAL, donde se quisieron hacer atajos y el poder político quiso actuar apartándose de la ley y de los ciudadanos, de un modo más despótico que democrático, también se intentó y quizá se tuvo más éxito monopolizando los medios de comunicación y el poder económico por parte de unas oligarquías de poder, pero pese a todo, teníamos una sensación de estar mejorando y de tener un sistema bastante democrático.

Desde el 11-M hasta este momento, esa formalidad democrática ha desaparecido, la sensación de control ciudadano de la vida política se ha desvanecido, fundamentalmente por dos motivos, uno básico que es la impunidad y la oscuridad de toda la investigación y proceso judicial del atentado del 11-M, donde los intereses del poder han traspasado todos los controles, estando probado la alteración de pruebas, la injerencia política dando lugar al encubrimiento de hechos y de los autores intelectuales del delito. Asimismo se ha producido un deterioro en la confianza de los ciudadanos en la Justicia y en los órganos que la administran cayendo en el absoluto descrédito para la mayoría, unidos a una negociación oficial con la banda terrorista ETA, más que discutible en sus métodos e intenciones, junto al enrarecimiento del clima social por ciertas políticas del Gobierno (Memoria Histórica, aborto y matrimonio homosexual, estatutos de autonomías), que han radicalizado posturas y enfrentado a amplios sectores sociales que hasta ese momento parecían aceptar posiciones intermedias de convivencia. Y otro, el alejamiento de los partidos políticos y de sus direcciones de la ciudadanía convirtiéndose en oligarquías de poder.

Por otro lado, ha ocurrido algo muy grave que ha sido el cambio de comportamiento de la oposición, que por miedo, por creer que así fomentaban la paz social y política o por desidia de sus dirigentes, han dejado sin respuesta y sin control a un Gobierno empeñado en actuar cada vez más despóticamente y han dejado desprotegidos a una gran masa social, que es la derecha política española, representados únicamente por medios de comunicación bastante polarizados en unos temas, no necesariamente compartidos por la generalidad, como única vía de escape y opinión.

Asimismo, la crisis económica, unida a la crisis democrática (por la escasa democracia interna de los partidos, la baja calidad de la justicia, el excesivo poder de las oligarquías regionales, nacionalistas o no, la sectarización de la universidad,...) han barrido la confianza de muchos ciudadanos en nuestro sistema democrático, ya de por sí tocado, haciendo que el desánimo cunda entre toda la ciudadanía, incluso los votantes de izquierda y nacionalistas que han visto que ese deterioro también les afectaba a ellos.

Y como guinda a nuestro sistema, un faisán, la demostración de que a nuestros políticos, de que a nuestro Gobierno, las leyes y una mínima moralidad democrática les son ajenas. Llegando al extremo inaudito e inadmisible de avisar a los terroristas de que venía la policía a detenerlos desde el propio ministerio, por parte de funcionarios y políticos que supuestamente sirven al Estado y a los ciudadanos. Y lo peor no es esto, que es muy grave, lo peor es que sabemos que no les va a pasar nada, que no van a pagar por su delito, como en otros casos hemos visto, lo peor es que los ciudadanos estamos callados, desactivados, miedosos, incrédulos, ignorantes muchos de que nuestra democracia ha muerto, de que las leyes no se cumplen y que los representantes que tenemos son indignos, cuando no unos traidores o unos delincuentes. En fin, esto es lo que hay.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Resistencia antipática

Esta mañana estaba paseando y pensaba en los miembros de la Resistencia francesa que hemos visto en las películas, esos camaradas, héroes y heroínas con los que se identifica todo el mundo y he llegado a la conclusión de que para la mayoría de la gente en aquella época realmente resultarían antipáticos, porque hacer algo que comporte un riesgo alto como lo que ellos hacían y que además vaya contra las leyes vigentes, no gusta a las sociedades acomodaticias en las que vivimos, donde resistir resulta desagradable para el conjunto.

Con miradas de desaprobación, cuando no la denuncia como ocurre actualmente con el tabaco, así como marcaban a los judíos con la estrella de David y a partir de ese momento eran parias y el rechazo era generalizado, considerando que el Estado tenía sus buenas razones para actuar así, así como la mayoría de judíos obedecía creyendo que esa era la mejor actitud y que no les pasaría nada, y todo aquel que se resistía pasaba a ser una persona non grata, un problemático que iba buscando problemas y a otros como él.

Esta sociedad en la que vivimos, al igual que la de hace 80 años, es cobarde, parece adormecida, ya nos pueden decir una cosa y lo contrario, ya nos pueden decir que nos han dado la libertad con la democracia cuando es obvio que no pintamos nada, más que como figurantes y poniendo caras creemos opinar, siempre del lado del poder, ahora no a la guerra, ahora guerra que no es guerra, ahora terremotos, ahora las noticias y como con indiferencia, ahora no se fuma pues desaprobación, y mientras nada, paro, educación aborregada, vidas mecanizadas entre semana casa-metro-trabajo-casa-tv-dormir, hoy es viernes casa-coche-cenar-copas-casa-dormir la mona, y así pasan los días. Y sigue sin haber oposición, ahora son todos del mismo partido, el futuro de Un mundo feliz de Huxley ya está aquí.

Y la verdad prefiero que me miren con cara de desaprobación, porque eso significará que todavía no estoy muerto como nuestra sociedad y la mayoría de nuestros conciudadanos. ¡Buenos días, buenas noches tarugos!

jueves, 3 de marzo de 2011

EN MEMORIA DE PEPE

Hoy se me ha muerto un amigo, Pepe Serrano, un viejo amigo, un buen amigo, ingeniero, facha, del atleti, socarrón, un buen tío como tiene que ser, auténtico, gordo desde que le conozco, sincero desde que nació, un fenómeno, muy mala suerte, yo siempre le he querido, me cago en tó.

Podría contar su alegría y lo que yo me he reído con él, podría contar muchos ratos de diversión, pero voy a contar que lo que más me gustaba de mi amigo era su fidelidad, su amistad, su humanidad.

Mi amigo Pepe además era un padrazo. Yo le vi, un padre querido, ojalá esa niña, Alejandra, cuando sea mayor sepa quién fue su padre. Ojalá no olvide su vida, su historia y no se olvide del amor de su padre.

Pepe, adiós amigo, sabes que te tengo siempre en mi corazón, y que tus amigos no te olvidan...................

¡Qué alegría Pepe!