jueves, 15 de abril de 2010

Memoria estúpida

El tiempo pasa, pero descubres cuánta gente desconoce ese hecho, tan evidente para muchos otros, en fin, un desastre aumentado, si muchos de ellos están a la cabeza de las instituciones del Estado.

Así nos encontramos con miles, quizá millones de cretinos que reivindican la II República como un supuesto paraíso terrenal, un régimen donde algunos de sus más destacados promotores fueron detractores poco después, donde la supuesta libertad política que es su máxima fortaleza no fue más que una farsa, donde la supuesta democracia que canalizaría la convivencia en España, se convirtió en un conjunto de atropellos, que partió con una Constitución sectaria y una debilidad evidente, donde no hubo estabilidad política ninguna, algo necesario para un sistema político, donde la alternancia pacífica en el poder no existió, con un golpe de estado en 1934 contra el Gobierno por parte de la oposición, donde el partido más votado no formó gobierno por miedo a la reacción anteriormente citada de los partidos opositores, donde las siguientes elecciones fueron dudosamente legítimas, donde se asesinó por fuerzas de seguridad del estado al mando del ministro de Gobernación de entonces al jefe de la oposición yéndole a buscar a su propia casa, donde otros dirigentes políticos como José Antonio Primo de Rivera estaban encarcelados por "fascistas", y un largo etcétera en tan solo 5 años, que desembocarían en una guerra civil, donde luchaban visiones políticas contrapuestas.

Y donde ganó un bando, que más de 70 años después nadie parece reivindicar, algo raro, pero lógico, ya que el mundo occidental ha aceptado en su mayoría la democracia liberal y las posiciones extremas como las que combatieron entonces están ampliamente denostadas en Europa, salvo en España, donde los gestos y leyes del Gobierno de Zapatero parecen querer repetir el error de imponer visiones totalitarias por el hecho de ganar unas elecciones generales en democracia, sin saber que la base de la misma es respetar al adversario, respetar la división de poderes y respetar la ley, igual para todos, con la libertad política necesaria para disentir, sin ser perseguidos y sin querer legislar retroactivamente, algo que también se está haciendo estúpidamente y sin más fin que afianzar el poder temporal que deben creer amenazado por un régimen que falleció hace más de 30 años y sus dirigentes que por ley natural han fallecido la mayoría sino todos.

Así, nos encontramos con estos fantasmas que no aceptan el paso del tiempo, como la serie de Cuatro "Entre fantasmas", empeñados en seguir con viejas ideas, con viejas disputas, con unas maneras dudosamente democráticas para defender a un juez, que presuntamente ha vulnerado la ley vigente, no la del régimen de Franco, ni la de la república sino la que actualmente es de obligado cumplimiento para todos los habitantes de España y que precisamente este señor por ser juez debe conocer mejor que los demás, ya que se dedica a aplicarla, pero que no parece que crea que él mismo debe cumplirla, asunto de por sí preocupante, más aún cuando los que defienden su supuesta vulneración de la ley son miembros del Gobierno, los sindicatos mayoritarios, diputados y demás, dando una sensación de desasosiego y desconfianza a ciudadanos como yo, que no compartimos en nada esa visión política y que visto lo visto, podemos temer el comportamiento que podrían tener todos esa gente y sus seguidores si consiguen imponerse por encima de la ley o logran tergiversar la ley para que deje de ser democrática y puedan repetirse esos sucesos históricos ya pasados, que tanto parecen anhelar y que tan malos resultados les dieron a sus partidarios en aquella ocasión hace más de 70 años.

Visiones históricas erróneas, memorias estúpidas y vulneración de la ley, junto con posiciones políticas totalitarias no suelen llevar a buenos resultados, ya que ahora, como entonces, habría que recordarles un viejo refrán castellano, que donde las dan, las toman. Y que si bien nadie es franquista ahora mismo, tampoco conozco que hubiera ningún franquista en junio de 1936.