jueves, 27 de febrero de 2014

Estamos locos

Los ingresos en psiquiátricos o en la cárcel de varias personas del mundo del corazón, por sus conflictos familiares, por el consumo o tráfico de drogas, por el mal consumo de alcohol al volante de un coche o con la ley (como el marido de la Infanta y su socio por presuntamente cambiar de lugar un dinero público y después gastárselo o blanquearlo supuestamente) o por intentar hacer fraude, malversar,…, o por todo a la vez, han convertido nuestros programas del corazón, en programas de sucesos.

Lo que no me explico es que no hayan aumentado los casos en la misma proporción entre el público, porque la pérdida de valores está llegando a admitir pulpo como animal de compañía, política a eso que vemos desde Mas a las camisetas en el Congreso, donde a un cretino que no saluda al Príncipe, poco después es entrevistado por varias cadenas, donde los héroes se nos descubren como villanos cutres, pobre gente que roba, o lo que sea por tener una casa del arquitecto Joaquín Torres, para codearse entre gente sin cultura, paletos totales y horteras de bolera, donde lo máximo es la zona vip de una discoteca, o de un club, donde la Revista de Occidente para ellos es el Hola!, en fin.

Y es que la falta de referentes en la sociedad española, está basada en la sobre exposición de figuras sin fuste y en la ocultación de cualquier persona que tenga buenos argumentos y formación y una trayectoria verdaderamente admirable, o su confusión, mezclando churras con merinas, haciendo del Follonero o de Mercedes Milá, periodistas de investigación, a Belén Esteban o Rosa Benito, tertulianas, a Mª José Campanario, invitada a un programa de actualidad, “nombrando” a gente sin escrúpulos como maestros de ética televisiva, donde los peores no son los personajes que aparecen, sino los directores de programas, directivos varios de todo eso que respaldan y fomentan, como Berlusconi, ejemplo donde los haya.

Y sí, creo en las teorías de conspiración, nadie puede pensar, si quiere tener cierto orgullo de la sociedad en donde vive, que esto ha sido el devenir espontáneo de España, lo lógico es pensar en una conspiración para destruirnos a todos, el futuro y cualquier inteligencia que quede en la tierra.

Yo creo que la exposición continua sin criterio en los medios de comunicación genera problemas graves sociales y psicológicos, para las personas expuestas y para la sociedad que los ve.

Así, después de haber visto muchos Sálvame, pese a los ingresos millonarios que parece que tienen los que trabajan en ese y otros programas similares, lo que siento es pena, no obstante, como espectáculo de destrucción es bestial, cualquier cosa que se pueda imaginar tarde o temprano sale en la televisión, desde toreros destruidos por su mujer y sus ex, la mujer barbuda, hombres, mujeres y viceversa o todo lo contrario o lo que sean o no, personajes que saltan de un programa a otro, de concursantes a informadores, de supuestos informadores a novelistas, periodistas como Ánson o Ónega, que resultan ser farsantes, aunque es cierto que ya lo suponíamos, y que además tienen a toda la familia en los informativos, que eso no es conspiración sino relación, usar bien los contactos, el networking, las relaciones públicas, la propiedad conmutativa.
Estamos locos si dejamos que esto siga así.