miércoles, 27 de enero de 2010

Faisán

Y de pájaros va la cosa, pero no de los que vuelan bajo, si no de pájaros de altos vuelos, que avisaron a los terroristas de ETA que la policía les iba a detener, y esto es un claro caso de traición, colabrando con los enemigos de la Nación, por lo que no se puede caer más bajo, algo que no se puede admitir de ninguna manera, y si no se depuran responsabilidades inmediatamente y si no se castiga severamente estaremos ante el hecho más ignominioso del siglo XXI en España, junto al 11-M, que tiene las mismas trazas que lo anterior, y así nos va.

Si hubiera oposición, ya estaríamos con varios altos cargos dimitidos, incluyendo al ministro del Interior, y la convocatoria de elecciones generales para este año, pero los tíos y tías que tristemente nos representan están a otra cosa, a las encuestas, a sus sueldazos, a su mamoneo.

Que este sistema no es democrático es evidente para cualquiera, pero que ni siquiera las oligarquías gobernantes tengan un mínimo de amor por sus nacionales y por la Nación, nos deja en el camino de la anarquía o de la tiranía, que se traduce en esa forma de gobernar calamitosa a la que parece que nos hemos acostumbrado, donde la pobreza va calando poco a poco en los ciudadanos, donde las esperanzas se ponen en el amiguismo o en la suerte, donde las clases medias cada vez soportan más desafueros y más impuestos, mientras la "aristocracia" celebra fiestas, compra coches de lujo, hace viajes y disfruta del privilegio a costa de los ciudadanos, en forma de guardaspaldas, de sitios reservados, de sueldos que se conceden por los servicios personales a tal o cual poderoso, cuando no pasan directamente al latrocinio consensuado.

Por todo esto, pido justicia y elecciones generales ya, y una renovación inmediata de todos los partidos y sus líderes y una reglamentación democrática para los partidos inmediatamente. El jefe del Estado debería intervenir, aunque parece más bien cautivo del miedo a acabar como alguno de sus antepasados, pero si se fijara en cómo actuó Alfonso XIII, entre la dejación y la falta de respeto a la ley, entre los aduladores y los traidores, quizá no actuaría como lo está haciendo.