lunes, 21 de julio de 2008

72 años después

Han pasado 72 años después del comienzo de la Guerra Civil, Tres días de julio de Luis Romero, explica cómo fueron esos tres días, que caían como este año en viernes, sábado y domingo, la gente a verlas venir, las calles se hicieron campos de batalla, desde Barcelona con el Coronel Escobar (leer La Guerra del General Escobar de José Luis Olaizola) hasta Sevilla (no está mal La Señorita de Juan Eslava Galán), de Oviedo (El Sitio de Oviedo, con prólogo del Coronel Aranda, no recuerdo el autor, publicada en 1937, tampoca está mal) a Madrid (Madrid: De Corte a Checa, de Agustín de Foxá, imprescindible).

Hoy en día, en el Cuartel de la Montaña, está el Templo de Debod, turistas, niños, indigentes viviendo y gente paseando, leyendo, haciendo deporte, mejor que andar a cañonazos y morir en la plaza de armas de un cuartel.

Franco, en África, todavía no está al mando, es un pronunciamiento militar, al estilo de los que había habido en el siglo XIX, dirigido por Mola, desde Navarra, en la plaza del Castillo de Pamplona, que tras los sanfermines empieza el movimiento, el Movimiento no había surgido todavía, ni siquiera estaba en la mente de nadie. España dividida entre las derechas, con los golpistas y las izquierdas, pidiendo armas y mando para responder o comenzar la revolución, el Gobierno y mucha gente, no saben a qué carta quedarse, depende donde estuviera cada uno. Casi todo el mundo está en esa carta, pero la división es un hecho.

Y comienzan los ajustes de cuentas, los paseos, las detenciones. Las batallas y la política en la guerra.

Sobre la Guerra Civil, podemos leer a De la Cierva, Pío Moa, Stanley Paine, Eslava Galán, Tuñón de Lara, Tussel, Preston, Salas Larrazabal, y muchísismos más, según los gustos, conviene ver distintos puntos de vista, como en todo.

Cuando escribí sobre falangistas y socialistas, me equivoqué en realidad, otro día rectifico mi opinión al respecto, hay mucho que contar, ya que mi opinión negativa, ha variado en gran medida, ya que las muchas personas que intervinieron hacen de la realidad diferente.

Sobre la violencia, la verdad, no sé qué decir, pero, últimamente y por medio de Sánchez Dragó y Mircea Eliade, cada vez estoy más convencido que somos todas las personas potencialidades, para bien y para mal, y que las personas, las almas no mueren sino que van renaciendo a través de los genes o de lo que sea, siempre los mismos o parecidos, en distintas situaciones, circularmente. Hagámoslo bien esta vez.