jueves, 19 de diciembre de 2013

Cataluña: pensamiento mítico pero no democrático

Estoy leyendo El Mito del Estado de Ernst Cassirer (1874-1945), y empieza haciendo una reflexión sobre el concepto de Mito. Entre otras cosas habla de las teorías de Sir Edward Burnett Tylor (1832-1917), donde este autor trató los mitos en su obra Cultura primitiva, ahí según Cassirer se trata la dicotomía entre "civilizado" versus "primitivo" que luego se transformó en Occidente en "lógico" versus "ilógico".

Y este pensamiento ilógico, es decir, que no es racional, basado en un elemento emotivo, es lo que creo yo, que caracteriza al nacionalismo catalán, quizá a todos los nacionalismos, pero este en concreto más. Y Mas como iluminado mayor.

Leyendo a Boadella, que escribió un libro Adiós Cataluña donde decía su opinión de forma implacable y que en una entrevista decía que “cree que muchos catalanes se han amparado emocional y patrimonialmente en un territorio abonado por unos estafadores especializados en falsificaciones sentimentales, y no se han atrevido a decir no” (Expansión 18/10/2007). Y estoy de acuerdo.

Asimismo en su blog (http://www.elsjoglars.com/blog.php?start=20&order=&ascdesc=&post=298) dice que el único hecho diferencial “dentro de España, y que resulta decisivo, está en que Cataluña es una comunidad nada religiosa y radicalmente anti-mística”. “Y que la incredulidad en lo intangible es total y absoluta, y esto ha provocado una necesidad de compensación espiritual que ha derivado en el nacionalismo como una religión laica cuyo objetivo es un supuesto nirvana terrestre”. “Como todas las religiones la racionalidad es algo secundario ante el poderío que proporciona la fe en lo desconocido.”

Pero a lo que iba, y es que según entiendo del libro de Cassirer, no hay posible diálogo entre ese pensamiento primitivo, mítico con el pensamiento racional. Pero hay un elemento que nos puede llevar a engaño y es que, aunque el mito sea irracional, las personas que lo defienden lo expresan mediante el lenguaje en forma racional y ellos mismos lo entienden racionalmente, con sus silogismos falsos (si hemos sido una nación medieval podemos volverlo a ser, si España nos roba y no nos quiere, pues nos separamos, si no saben apreciar nuestra cultura pues nos vamos, y así hasta aquí).
En el momento en que nos encontramos, que es igual en gran medida a otros tantos momentos que nos han brindado en estos últimos 40 años los nacionalistas catalanes, donde no hay solución racional a un conflicto planteado como una consulta sobre si deben ser estado o no, o si deben de ser independientes o no, ya que de permitirse se daría un elemento más en esa “construcción nacional”, que más bien parece “destrucción irracional”.

Si no se permite la consulta, se verá una vez más la visión victimista de los nacionalistas. Si se permite y votan que No, la mayoría de los catalanes, tampoco tendríamos asegurado el fin del problema y si votan que sí, el problema seguiría aumentando.

Bajo mi punto de vista, hay dos soluciones lógicas:

A/ Buscar un acuerdo final para que se independicen y así descansaremos, tal como dice Boadella: “Tenemos que hacer una asociación que se llame Que se larguen de una puta vez porque me parece que dura demasiado esta historia y ha contaminado el conjunto de la política española desde hace mucho tiempo.” (Periodista Digital 14/12/2009)

B/ Suspender la autonomía, mediante el artículo 155 de la Constitución Española de 1978, hoy vigente:
“TITULO VIII, Capítulo III, Art. 155.1. : Si una COMUNIDAD AUTÓNOMA no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la APROBACION POR MAYORÍA ABSOLUTA DEL SENADO, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento FORZOSO de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Art. 155.2.: Para le ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.”

Y lo primero que tendría el Gobierno que hacer es enseñar en las escuelas, en los institutos la realidad de España y de Cataluña para revertir esta situación de engaño masivo a la sociedad civil catalana, evitar que se esté haciendo una subversión desde los poderes públicos frente a la ley y la racionalidad más evidente, evitar que se esté haciendo desde los medios de comunicación públicos (TV3, radios locales,…) y desde la calle mediante un matonismo permanente una coacción a los ciudadanos de expresar libremente su pensamiento, que está ocurriendo, con absurdos tan grandes como que no se pueda hablar, ni aprender en español en muchos ámbitos de la vida pública catalana, lo más grave, en la educación pública, con sentencia del Tribunal Supremo que no se acata. Y más, y más, y Mas.