jueves, 31 de enero de 2008

Buscando a Cadmo

Este blog, toma su nombre del héroe legendario Cadmo, hijo del rey fenicio Agénor, que según la mitología griega fue el fundador de Tebas y el introductor del alfabeto en el mundo griego, si, un fenicio, que además era hermano de Europa y Cilix, si Europa, otra fenicia, la que raptó Zeus, en forma de toro, esto es en algunas interpretaciones, en barco con proa en forma de toro, se la llevó a Creta, con Zeus concibió a Minos, legendario rey de Creta, asimismo el nombre Europa pasó con el tiempo a denominar la zona norte del Mediterráneo.

También existen varios mitos relativos a un toro, buey o vaca identificándolos con un rey, héroe, pueblo o dios. Dentro las múltiples interpretaciones que tenemos, está la de Gerión en Tartessos como pastor de bueyes, podemos ver incluso al propio Cadmo relacionado con una vaca, para elegir el emplazamiento de Tebas.

Cadmo, mató al dragón de Ares (dios de la guerra y de la destrucción), y con sus dientes surgieron los espartos. Se casó con Harmonia (diosa de la armonía y de la concordia), hija de Zeus (dios máximo, del cielo y del trueno) y Afrodita (diosa del amor y de la belleza).
Como en cualquier actividad relacionada con el conocimiento, todo te va llevando a cada paso a muchos más datos que se interrelacionan, constantemente hay que elegir, todo lo que eliges, supone que dejas apartado un sinfín de conocimiento.

Por ejemplo, Ares, dios de la guerra aparece en esta narración mitológica en dos momentos como dueño de la fuente que protege el dragón que Cadmo mata y como padre de la esposa de nuestro héroe.
A su vez, Ares, es hijo de Hera y Zeus. Hera, en algunos aspectos de su culto parece ser un vestigio de la «gran diosa» pregriega, comparable a las poderosas divinidades femeninas del panteón minoico, o de algún pueblo prehelénico no identificado.

En el mito del nacimiento de Heracles, es la propia Hera quien se sienta a la puerta, retrasando el parto de Heracles hasta que su protegido, Ificles, nace primero. Hera conspiraba a menudo contra la descendencia mortal de Zeus.

Heracles, Hércules, en un ataque de locura provocado por Hera, Heracles mató a sus propios hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Cuando recuperó la cordura y advirtió lo que había hecho se aisló del mundo, marchándose a vivir solo a las tierras salvajes. Fue hallado por su hermano Ificles y convencido de que visitase el oráculo de Delfos. En penitencia por esta execrable acción, la sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de diez trabajos que dispusiera Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odiaba.

En sus trabajos, Heracles era a menudo acompañado por su amigo (un erómeno), según algunos Licimnio y según otros su sobrino Yolao. Aunque se suponía que sólo tenía que realizar diez trabajos, esta ayuda hizo que tuviera que sufrir dos más. Euristeo no tuvo en cuenta el trabajo de la Hidra (donde Yolao le ayudó) ni el de los establos de Augías (porque se le pagó a cambio o, según otras versiones, porque fueron los ríos quienes hicieron el trabajo), por lo que ordenó dos más, haciendo un total de doce.

El orden tradicional de los trabajos es:
1. Matar al león de Nemea y tomar su piel
2. Matar a la hidra de Lerna
3. Capturar a la cierva de Cerinia
4. Capturar al jabalí de Erimanto
5. Limpiar los establos de Augías en un día
6. Matar a los pájaros del Estínfalo
7. Capturar al toro de Creta
8. Robar las yeguas de Diomedes
9. Robar el cinturón de Hipólita
10. Robar el ganado de Gerión
11. Robar las manzanas del jardín de las Hespérides
12. Capturar a Cerbero

Tras su significado aparente y literal, los mitos griegos siempre ocultaban una tradición mística oculta, y de esta forma los trabajos podían ser interpretados como símbolos del camino espiritual. Esto resulta especialmente evidente en el análisis del undécimo, en el que Heracles viaja al jardín en el que crece el manzano que da la fruta mágica, el árbol de la vida, guardado por un dragón y unas hermanas, un paralelismo con la leyenda bíblica del jardín del Edén donde una serpiente animaba a comer la fruta del Árbol de la Ciencia, lo que otorgaba el conocimiento del bien y del mal.

En el primer trabajo, Nemea es famosa en la mitología griega por habitar en sus bosques un famoso león, que fue muerto por Heracles como uno de sus famosos doce trabajos. También se menciona esta ciudad por ser allí donde Ío fue transformada en vaca.

En el segundo, donde Hércules mata a la Hidra de Lerna, después como Plutarco (Sobre la adoración de Isis y Osiris) sabía, Dioniso era invocado como Bugenes, ‘hijo del toro’ con una extraña trompeta arcaica llamada salpinx, mientras se arrojaba un cordero a las aguas como ofrenda para el «Guardián de la Puerta» del Inframundo, es decir, la Hidra.

En el tercer trabajo, camino hacia Erimanto, Heracles hizo una parada para visitar a su amigo el centauro Folo, quien en memoria de tiempos lejanos compartió con él su comida y su vino. Pero los otros centauros, al oler el vino que estaba especialmente reservado para ellos se enfurecieron de tal manera que atacaron a Heracles, quien primero los rechazó y luego con sus flechas envenenadas mató a varios de ellos mientras los demás se retiraban, en accidente también moriría su amigo.

En el cuarto trabajo, quería capturar a la Cierva de Cerinia, Pero la cierva era muy veloz y no le fue fácil atraparla, por lo que la persiguió día y noche sin descanso hasta el país de los Hiperbóreos. De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como gigantes.

En el quinto trabajo, doce toros que le había regalado su padre Helios defendían al resto de la manada, haciendo que el ganado de Augías tampoco sufriera bajas por las fieras de los alrededores. Eran conocidos sus establos, que nunca habían sido limpiados hasta que lo hizo Heracles en un solo día en cumplimiento de su quinto trabajo. Euristeo le encargó esta extraña misión con el fin de humillarle y ridiculizarle, pues tal era la cantidad de excrementos acumulados en los establos que era prácticamente imposible limpiarlos en un sólo día.

En el sexto trabajo, los pájaros del Estinfalo eran unas aves que tenían picos, alas y garras de bronce y cuyos excrementos venenosos arruinaban los cultivos. Poblaban la región y el bosque alrededor del lago Estínfalo. Euristeo comandó entonces a Heracles que acabase con la amenaza de dichas aves, como parte de Los doce trabajos de Heracles, ya que en ocasiones atacaban al ganado o a la población.

En el séptimo trabajo, el toro, el que Poseidón hizo salir del mar cuando el rey Minos prometió sacrificar al dios; pero Minos lo encontró tan hermoso que lo incorporó a sus rebaños y el dios, enfurecido, hizo que la reina Pasifae se enamorara del animal y concibiera de él un hijo, el
Minotauro, tras lo cual hizo enloquecer al toro.

En el octavo trabajo, Hércules funda Abdera, ciudad fenicia en el sur de España, identificada con Adra. El octavo de los doce trabajos de Heracles consistía en capturar a las cuatro Yeguas de Diomedes, que comían carne humana. Éste las tenía atadas con cadenas y las alimentaba con la carne de sus inocentes.

Heracles se presentó a Minos que le autorizó para capturar al toro si podía. Heracles consiguió subir a lomos del animal y lo condujo, a través del mar Egeo, hasta Micenas. Euristeo, al ver al hermoso animal lo quiso ofrecer a Hera, pero la diosa lo rechazó al ver la ferocidad del toro por lo que Euristeo lo dejó libre.

En el noveno, en una versión de la historia, Hipólita se enamoraba de Heracles y le daba el cinturón voluntariamente.

Los tres últimos trabajos de Heracles suelen ser considerados metáforas sobre la muerte.
El décimo trabajo de Heracles consistió en robar el ganado de Gerión. Mientras viajaba hacia allí, cruzó el desierto libio (Libia era el nombre genérico de África para los griegos) y quedó tan frustrado por el calor que disparó una flecha a Helios, el sol. Helios le rogó que parase y Heracles pidió a cambio la copa dorada que el dios usaba para cruzar el mar cada noche, de oeste a este. Heracles usó esta copa dorada para llegar a Eritia. Gerión vivía en la isla Eritia (‘la roja’, como una de las Hespérides), más allá de las columnas de Hércules al oeste Mediterráneo, ya en el curso del Océano.

Heracles intentó robar el ganado y mató primero a Ortro y luego a Euritión. Cuando llegó Gerión, en algunas versiones tras haber sido informado por Menecio, el pastor del Hades, Heracles le mató, desgarrando su cuerpo en tres partes. Heracles tuvo entonces que arrear el ganado hasta Euristeo. En las versiones romanas de la historia, Caco robó en el monte Aventino de Roma parte del ganado de Gerión a Heracles mientras éste dormía, haciendo que las reses caminasen de espaldas para no dejar nuevas huellas, una repetición del truco del joven Hermes.
Según algunas versiones, Heracles pasó con el resto del ganado frente a una cueva donde Caco escondía las reses robadas. Heracles mató entonces a Caco y, de acuerdo con la mitología romana, fundó un altar en el lugar donde el Forum Boarium, el mercado de ganado, se celebraría
posteriormente.

En la undécima, el Jardín de las Hespérides es el huerto de Hera en el oeste, donde un único árbol o bien toda una arboleda daban manzanas doradas que proporcionaban la inmortalidad. Los manzanos fueron plantados de las ramas con fruta que Gea había dado a Hera como regalo de su boda con Zeus. Según diferentes fuentes, había tres, cuatro o incluso siete hespérides, pero normalmente se consideraba que eran tres, como las demás tríadas griegas (las Cárites, las Greas, las Gorgonas y las Moiras). Entre los nombres que se les daban están Egle, Aretusa, Eritia, Hesperia, Héspere, Hestia y Hesperetusa. A veces se les daba los nombres de Doncellas de Occidente, Hijas del Atardecer o Diosas del Ocaso, todos aparentemente alusivos a su imaginada situación en el lejano oeste.

El último de los doce trabajos de Heracles fue capturar a Cerbero. Viajó primero a Eleusis para ser iniciado en los misterios eleusinos y aprender así cómo entrar y salir vivo del Hades, y de paso para absolverse a sí mismo de la culpa por haber matado a sus hijos. Encontró la entrada al inframundo en Tanaerum. Atenea y Hermes le ayudaron a traspasar la entrada a la ida y a la vuelta. Gracias a la insistencia de Hermes y a su propio aspecto fiero, Caronte le llevó en su barca a través del Aqueronte.

Tantas referencias, tantos puntos geográficos posibles, tenemos a Hermes, Mercurio romano, también relacionado con los fenicios, las islas Hespérides, Canarias o Cádiz, el Ocaso, Gerión, el misterio de la vida y de Occidente, Hera, era la esposa y hermana mayor de Zeus, hijo de Crono y Rea, era el más joven de sus descendientes y esposo de Hera. Mucha mezcla, bastante lío y como os decía todo tiene relación con todo desde sus mitos más antiguos.

Casi todo lo que os he contado está basado en la Teogonía de Hesíodo, pero, en este caso, he usado Wikipedia, gran invento, que con sus links ilustra muy bien lo que quería decir, todo conocimiento está relacionado, a veces es falso, otro tiene errores, otras veces está bien interpretado, otras no, pero en cualquier caso todo el rato puedes ir por tantos caminos diferentes, que sería imposible seguirlos todos, no obstante, todo conocimiento, buscan lo mismo, la Sabiduría. La sabiduría es una habilidad que se desarrollada con la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, lo bueno y lo malo. Algunas veces se toma el concepto de sabiduría como una forma especialmente bien desarrollada de sentido común. Es lo opuesto a la tontedad, la estupidez y la locura.

En un sentido, la sabiduría es el cúmulo de conocimiento que toda persona posee sobre los temas que domina. Sabiduría deriva de saborear. La palabra no estaba ligada en sus orígenes con la posesión de conocimientos, sino que significaba simplemente saborear, gustar y gozar de la verdad. Para obtener la sabiduría es necesario desearla.

Al final, este bolg, no es más que mi simple deseo de buscar el conocimiento, la sabiduría o por lo menos de intentarlo.

Las doce pruebas de Asterix

Vivir en Madrid, a veces se convierte en un hándicap, el precio de los pisos, es una ciudad más cara que el resto de las españolas, mucha gente en todos los sitios, más competitividad, no sólo eso, renovar la tarjeta de Residente S.E.R., me diréis has cambiado de coche: NO, de domicilio: NO, y entonces qué pasa, nada, todo igual, pero he estado desde las 9 horas hasta las 12 para hacer el mismo trámite que el año pasado con los mismos papeles, pero este año no ha podido ser, todavía.
Como ciudadano del centro de Madrid, siempre he pensado que tenía ciertas ventajas, pero en cuestión de coche, hay que llevar uno oficial con chófer y aparcamiento del Ayuntamiento, que somos todos ¡Ja!, como el Excelentísimo Alcalde y su ilustre familia, de la que me estoy acordando.
Por supuesto, nuestros funcionarios, a los que pagamos para que nos hagan la vida más difícil, nuestras fuerzas de seguridad, que se ocupan de que no infrinjamos las normas los ciudadanos medios, ya que si no tienes papeles, ni seguro, ni mil cosas más, no pasa nada porque hay unos 400.000 según nos informan, ni que decir tiene que los chorizos de Puerta de Sol, son conocidos por todos los que pasan por ahí, que en la zona azul seas de donde seas, vivas donde vivas tienes que pagar siempre, que el impuesto de circulación te lo pasan perfectamente a tu domicilio, pero ojo!, te falta un papel o diecisiete, un cambio de no se qué o una leche en bote.
Las historias de Asterix y Obelix, que me leí en mi infancia, son unas buenas historias, te enseñan los defectos de las personas, pero ahora me estoy acordando de Las Doce Pruebas de Asterix, donde la prueba final es en un lugar de la administración, lleno de funcionarios que solicitan formularios inexistentes, que tienen como requisito tener el mismo, para continuar, Asterix, lo soluciona inventándose uno nuevo, cuando todos creíamos que iba a recurrir a la poción mágica, como es lo que suele ocurrir cuando se pierde la paciencia, infinitamente necesaria para estos menesteres. ¡Por Tutatis! ¡Por Júpiter!. Hoy los funcionarios solicitaban la presencia permanente de seguridad de la policía, porque sino no podían trabajar, estarían soliviantados, pero al resto de ciudadanos, ¿quién nos protege de los funcionarios, de los que ponen las normas, de los que crean formularios imposibles, de los que ponen en la información, de los que hacen que la vida de los demás sea más difícil?
Voy a respirar y contar hasta 10, voy a planificar un par de mañanas perdidas, más la de hoy y pensaremos que en el pecado llevan la penitencia, hoy siento pena por nuestros funcionarios anclados a un sistema incompetente, protegidos mediante la fuerza coactiva del Estado, y a lo mejor se me olvida que a todos desde el alcalde, a los concejales, a los directivos de cualquier administración, a los funcionarios de todas las categorías y funciones, los que tengan alguna, les pago yo y que las colas que me esperan son para pagar una tasa, impuesto, multa o lo que sea que la Providencia nos depare.