domingo, 9 de febrero de 2014

Shalom Sefarad

Por una vez estoy de acuerdo con Gallardón. La decisión del Gobierno de conceder la nacionalidad española a todos los sefardíes es una buena noticia http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/22/espana/1353599031.html, reparando una injusticia cometida contra sus antepasados el 31 de marzo de 1492, cuando se decretó la expulsión de los judíos de los Reinos de Castilla y Aragón.

La decisión alcanza a 250.000 sefarditas aproximadamente, y "repara" simbólicamente esa ignominia que se produjo hace más de 500 años. En años anteriores a 1492, según Luis Suárez hubo unos 200.000 judíos en España organizados en 200 aljamas.

La expulsión de los judíos de los reinos cristianos no fue idea de los Reyes Católicos, ni fue la primera, ni la última, mucho antes se había producido la expulsión de los judíos del Reino de Francia, en 1182, o de Inglaterra en 1290, y en otros reinos más pequeños, pero la significación y recuerdo de la expulsión de España fue más allá.

Las razones que han hecho de esta expulsión algo distinto han sido varias, pero creo que los principales motivos han sido el mantenimiento de ese recuerdo doloroso en la historia de España, porque los que optaron por la conversión al Cristianismo, fueron muchos, sobre todo los notables (ricos, rabinos y nobles), que sin duda mantuvieron el recuerdo, y que han tenido un papel importante en la cultura española según Luis Suárez (La expulsión de los judíos: un problema europeo), también por la existencia de la Inquisición, que se dedicó a perseguir a los falsos conversos, y que también daría lugar a una parte de la Leyenda Negra, esa imagen negativa de España que se ha mantenido en la visión en el tiempo de los extranjeros y aún de los nacionales.

También es una razón importante de ese mito, la realidad estudiada por Caro Baroja donde los falsos conversos existieron en la España de los siglos XVI y XVII, incluso XVIII, apareciendo como judíos cuando salían de los Reinos españoles, y por último, el recuerdo y mantenimiento de tradiciones y la lengua por parte de los que salieron de España en la época de la expulsión y de sus descendientes, dando lugar a este grupo conocido por sefardíes o sefarditas.

Los aspectos que han generado odio entre los cristianos a lo largo de la Historia son fundamentalmente la supervivencia de su religión original frente al Cristianismo, la pervivencia de comunidades cohesionadas dentro de una mayoría hostil, y el mito, aunque también realidad de su dedicación a actividades como el comercio, la usura y otras profesiones relacionadas como la recaudación de impuestos y arrendamiento de las propiedades reales y eclesiales. Si bien, la mayor parte de la población judía tuvo profesiones diversas, como médicos, escritores, pelaires, juboneros, birreteros, barberos, tintoreros, curtidores, drogueros, corredores de oreja, como nos cuenta Menéndez Pelayo en la Historia de los Heterodoxos Españoles.

Y aparte de esto, el judaísmo, ha tenido y tiene un elemento vital para la sociedad occidental, que es precisamente, lo que les ha ocasionado un grave perjuicio a lo largo de la historia, porque ha generado odio entre el pueblo y entre sus pastores temporales y religiosos que también lo han fomentado y es que genera un tipo de pensamiento "heterodoxo", primero porque todos saben leer (algo que hace siglos era minoritario en los cristianos), porque precisamente como poseedores de la "hebraica veritas" rivalizan y rivalizaron en conocimiento e interpretación con los poderes de la Iglesia, y porque como minoría culta, e internacional, les ha hecho los primeros ciudadanos del mundo de facto, al no tener una religión con jerarquía religiosa como la Católica, han permitido en su seno casi todas las variantes posibles de vivir la religión, y claro, de vivir fuera de la religión, así como destacar en otras ramas del conocimiento sin las trabas mentales que otras estructuras impedían, con algunos casos de gran creación y otros no tanto.

Pero quizá la visualización de su minoría, y la red de contactos que supone, también ha sido y es la base de la percepción negativa que se tiene hacia ellos y es equivocada y temida, al ver en eso una fuente de poder "enemigo" de las naciones. Cuando la mayoría de los judíos, tanto los sefarditas, como los demás, han sido un pueblo pobre y menestral, y solo algunos han llegado a tener una relevancia o un poder real. Pero por la identificación colectiva, el mal se generaliza y el bien se individualiza.

En este caso, yo me alegro del bien general que supone esta decisión, y espero que el aporte sefardí, nos amplíe la heterodoxia a la hora de enfrentarnos a los problemas del mundo de hoy. Lejaim!!