lunes, 26 de diciembre de 2011

Ruido de fondo

Me acabo de terminar la historia de un periodista de éxito, con pasado ultrasur que oculta a su público y que por azar se encuentra con unos amigos, que no tardan en complicarle la vida, la clave del libro se basa en qué valorar más, si los valores de su juventud ultra o su vida actual. Ser responsable o poner una excusa. La novela me ha gustado, realista, en cierto modo, aunque le falta algo de política. La novela se llama Ruido de fondo de David Gistau (Ediciones B, 2008).

Y en relación a esta historia, donde se plantea una dualidad entre dos amigos, pienso en cómo las decisiones determinan vidas distintas y distintas formas de ambición por el poder, y que cada uno, cree que su opción es la mejor.

Y no deja de sorprenderme, cómo esa dualidad puede ser paradójica, como en el caso de dos compañeros de la selección de balónmano, un tal Errekondo, portavoz de amaiur e Iñaki Urdangarín, mientras que uno que tenía muchas posiblidades de acabar en el trullo se ha convertido en diputado, el otro, con una boda que lo tenía todo asegurado, se ha convertido en una persona totalmente repudiada y con ciertos futuros problemas con la justicia, así el presunto es el yerno, mientras que el presunto se convierte en "respetable" diputado.

Bueno, la vida da sorpresas, y pasado tiene todo el mundo, mientras que de algunos lo más atractivo parece ser su pasado, en algunos casos, lo único bueno, en otros, de valer algo, será su futuro o nada.

En algunos casos, el éxito determinó su futuro, luego el miedo cambió su vida, en otros la violencia, aunque siendo estrictos, la violencia será una reacción de algunas personas frente al miedo, a la soledad, a la debilidad, en otros, un sistema de poder.

En el fondo sur, la mayoría de los que allí paraban eran buenos chicos, luego se puso de moda y entraban muchos grupos de neo malotes, en realidad, neonazis tampoco había tantos. Propiamente, ultrasur con carnet del grupo había unos 200 y con carnet de socio, pocos, pero allí se juntaban más de 1000 chicos, la mayoría iban por ahí porque era más divertido, los chungos chungos no eran tantos y muchos terminaron en la cárcel o muertos, la unión estaba en torno al equipo, a la ultra derecha, y la implicación era más por conocidos y amigos que otra cosa, los "viejos" del asunto eran pandilleros en toda regla que se peleaban con los similares del Atleti u otros equipos, casi un juego. Muchos chicos pasaron y pasarán porque no es más que una etapa, una cierta forma de ser adolescente, algunos se quedaban, pero la mayoría crecía y se hacía mayor. Al final, un recuerdo, simplemente.

Y sobre la violencia y el miedo, el asunto no es tenerlo o no tenerlo, que todo el mundo tiene, sino cómo reaccionas, hay el que reacciona tipo gazapo, que se queda quieto quieto y lo puedes capturar pisándolo con el pie, hay el que reacciona como los antílopes de la Sabana, que huye deprisa o incluso se enfrenta de forma defensiva para proteger a sus crías y el que se enfrenta. De los que se enfrentan los hay de manada, que solo lo hacen si es así, los hay como los ciervos machos que se enfrentan por el poder y para que les vean, y los hay como los toros, que son tranquilos hasta que embisten. En los humanos, tampoco hay más variedades, lo que sí se nota es lo expertos que sean en el uso de la violencia, como el torero, la técnica importa y la superioridad que tengan, y aquí es donde se ve con quién hay que ir o no, ves a los cobardes, a los valientes, a los traicioneros, a los malvados, cada cual como es. La mejor técnica: ¡¡Correr!!