miércoles, 26 de noviembre de 2008

España no puede ir mejor

Con este título no quiero decir que vaya bien, sino que no puede ir mejor, es imposible, los años de Aznar fueron una ilusión, una ficción, una fantasía, basados en la creencia errónea que realmente éramos un país desarrollado, europeo, moderno y tal, nada más lejos de la realidad.

España tiene una serie de planos superpuestos que aparentan coherencia, así, distinguimos los siguientes planos fundamentales: histórico, económico, lingüístico, socio-cultural, administrativo, entre otros.

En el plano histórico se podría pensar que es un Estado nacional que ha evolucionado desde los primitivos reinos cristianos de la Edad media, unificados en el matrimonio de los Reyes Católicos y sus herederos, conocida como Monarquía Hispánica y que pese a disensiones y guerras civiles, a partir de 1812, ya convertida en Estado Nacional evoluciona a Monarquía Parlamentaria, según la Constitución de 1978, pero esto solo es en lo formal, ya que si vemos que el existente Estado de las Autonomías, difiere bastante, más bien mucho de ser un Estado, siendo más bien, una amalgama deforme y anárquica de administraciones, aparentemente democráticas, pero realmente caciquiles, muy parecidas a la preexistente estructura caciquil, anterior a la II República española, periodo conocido como Restauración, que tenía como principal impulsor a Cánovas del Castillo.

Tras el intento fallido de suplantar al Estado y a la Nación por parte de algunos miembros de la estructura caciquil, derivando en revolución socialista-comunista y a la vez, en guerra civil, el bando vencedor, denominado nacional, pasó a formar un Estado nacional autoritario, dictatorial en lo político, pero continuando con la estructura caciquil, que en forma de transición política, pasó a tomar el poder poco a poco, llegando a 2008, con un Estado nacional inexistente, desvertebrado, desigual y caciquil.

En el plano económico, todos vivimos con nuestra economía familiar, basada en unos ingresos diversos, con unas realidades absolutamente diferentes, aunque se mantienen las formas sociales, no tienen nada que ver los ingresos de un funcionario, de un trabajador por cuenta ajena, de un aútonomo u otro profesional liberal o de un empresario. Realidades distintas procedencias distintas, preocupaciones distintas. Aparte estarían todos aquellos que viven del poder y de su corrupción en sus distintas variantes locales, autonómicas, estatales o empresariales.

Actualmente, el tema lingüístico es un plano más, donde España ha dejado de existir y toda esa amalgama lisgüístico política crea una diferenciación social, territorial, política y económica, que para verla es interesante considerar los trabajos de Krugman, premio Nobel de Economía, sobre geografía económica.

En el aspecto socio-cultural, plantearíamos como base del análisis la diferencia de clases marxista, pero entremezclado con tradiciones familiares, con el origen social y cultural de cada familia, dando lugar a unas realidades tan distantes, como invisibles. Aumentadas con los distintos programas educativos que han existido, con las diferencias de los centros públicos o privados, religiosos o no, y donde estén ubicados dentro del territorio "nacional".

El aspecto administrativo, deja atrás con mucho Las Doce Pruebas de Axterix, y por esto venía mi blog(post)-escrito de hoy, ya que intentar hacer un contrato de trabajo, me ha llevado semana y media, me ha llevado a tragarme mis pensamientos y mis palabras durante todo este proceso, me ha llevado a ver la dificultad de llevar a cabo esto, a reflexionar la dificultad de emprender, de trabajar, de vivir en España, descubriendo lo difícil que son todos los pasos, lo complicado, lo complejo, lo absolutamente absurdo del proceso.

Por todo ello, después de mis estudios, tanto en centros privados como públicos hasta el tercer ciclo formativo, después de un servicio militar, después de muchos trabajos gratificantes y otros que no, después de unas prácticas en centros de investigación del Estado, después de muchísimos cursos y cursitos, después de aprender y enseñar, después de leer y ver lo visto, después de pensar sobre España, de viajar por España y por fuera, después de ser padre, tras mucho más de ser hijo, tras treintaycinco años de español, creo que estamos en el punto álgido de lo que podemos llegar a ser, a partir de aquí, no nos queda más que empeorar, para ello, y por no dilatar lo inevitable, reforcemos nuestro apoyo al gobierno, mantengamos a Rajoy como jefe de la oposición, mantengamos nuestra Constitución como está, mantengamos una firme adhesión al Rey y confiemos en nuestras leyes y nuestros gobernantes. Non Plus Ultra. In God We Trust. Una, Grande y Libre. ¡Arriba España!. El Señor es mi pastor, nada me falta.