martes, 16 de septiembre de 2008

Piedras claves en política española VIII

Siguiendo un poco con esta sociología de andar por casa, es interesante señalar que el censo electoral, ha pasado de casi 27 millones en 1979 a 32 millones y medio en 1996, casi 34 millones en 2000 y más de 35 millones en 2008.

La población en este mismo periodo ha pasado de casi 38 millones de españoles a 46 millones en términos absolutos.

En este periodo de 30 años han muerto, más o menos unos 8 millones de españoles, por lo que hay unos 19 millones de españoles nuevos desde 1979 más los 27 millones que ya estaban en 1979, unos adultos y otros niños como en mi caso, lo que quiere decir, que en breve, la mayor parte de la gente solo habrá conocido la democracia tal como la conocemos, con sus deficiencias y virtudes, es decir, con la situación actual.

Y para conocer esa España que es y fue, nada como estar paseando por Madrid, el Madrid andaluz que se siente en las calles San Vicente o Palma, o el porteño sin mar en las calles Cádiz, Victoria, Fernández y González y Echegaray, o el canario en los aledaños del cine Doré, o el levantino de la calle Cartagena, o el norteño de Ferraz hacia arriba, o el cosmopolita de la Gran Vía, donde te sales y vuelves al pasado, por la calle Valverde o por la Corredera Baja de San Pablo, por la calle Colón, Madera, Jesús del Valle, por la del Pez o la del Tesoro, por la calle Noviciado o la Travesía de Conde Duque, por Vallehermoso o Blasco de Garay, por Eloy Gonzalo o por Cardenal Cisneros, tranquilo como en la calle y plaza de Álvarez de Castro y la calle García Paredes, o bélico en los búnker de Ciudad Universitaria o amoroso en el césped de las facultades, o en la Calle Mayor viendo a los mamelucos cargar sobre los madrileños. Viendo las noches blancas, los días luminosos, el aire entre la gente.

En palabras de Laín Entralgo, Madrid es "con su peculiaridad actualizadora, actualidad y recuerdo de España, compendio, espejo y símbolo de España".

Con un plano urbanístico, como la historia de España, sin plan o más bien el sucesivo capricho de sus hacedores de hacer un nuevo plano, que como norma han evitado conocer la existencia y la viabilidad de los anteriores. Como en todo acto humano siempre se cuenta con el futuro, luchando por mantenerse en el futuro, pero que siempre ocurre que la peculiaridad actualizadora nos lleva a empeñarnos en desconocer a los anteriores.

Entre el Museo del Prado, Cibeles, la Bolsa, cerca del Congreso de los Diputados, nos encontramos, "españoles, con el corazón tan en el centro del tiempo que han logrado evadirse de él, llena el alma de una íntima sensación en la cual se mezclan extrañamente la plenitud y el anhelo".