jueves, 20 de marzo de 2008

Y si habla mal de España...

Me estoy leyendo el libro de Sánchez Dragó, Y si habla mal de España...es español (Barcelona: Planeta, 2008). En él, Fernando Sánchez Dragó, introduce varias ideas interesantes en nuestra permanente reflexión sobre España como problema, una de ellas es la traslación de la confesionalidad católica a la democracia laica, otro aspecto interesante en la línea de O. Fallaci, la estupidez del multiculturalismo, haciendo también referencia al libro de Gustavo Bueno, Zapatero y el pensamiento Alicia, donde Bueno, pone distintos ejemplos de la poca lógica con que se aceptan proposiciones ideológicas o políticas absurdas en nuestra sociedad actual, no sólo por parte de los socialistas y Zapatero.

Sánchez Dragó expone su opinión, sobre los tres pecados capitales de los españoles: la envidia, la picaresca y la chapuza. Como causa principal de la corrupción de la sociedad y de la convivencia. Sobre la envidia, estoy de acuerdo, sobre la picaresca, también, pero la chapuza, en realidad creo que se basa en el intento de arreglar con el menor coste, las exigencias estúpidas de nuestra sociedad, nadie puede exigir un trabajo perfecto, pagando como si fuera una ganga, exigiendo poco tiempo y si hay éxito es para otros y las broncas, fracasos y responsabilidad van a resultar igual de satisfactorios que los éxitos, inexistentes para el español de a pie.

Ser chapuza es una forma de resistencia y de supervivencia, y en cierto modo, de eficacia. Aparte de lo dicho, el mismo S. Dragó, dice que prefiere la flexibilidad, a los fanáticos, dogmáticos y gente que se cree por encima del bien, y en realidad, la España chapucera, chusquera, tiene un punto de razonable, de sobornable, y de negociadora, que hace del mundo, un lugar más libre.

Todavía me quedan unas páginas por leer, así este comentario, tiene también un poco de chapuza, pero cuando lo acabe en un día o dos, estaré pensando en otra cosa, ya que la vida española, es mejor cuando más a lo tuyo vas, ese individualismo, nos define, también por necesidad, ya que la envidia, te hace tanto daño, como el desdén, como el ataque directo, como la burla, aunque es más cercana, más mortífera.

Pero sin los demás ni se vive, ni se disfruta, por lo que hay que mantener un término medio contra aristotélico, ya que entre el bien y el mal, si que hay término medio. Lo regular, la chapuza, el ir tirando como manifiesta esperanza de vivir, de transigir lo malo, para conseguir un poco de felicidad.

En España, hay muchos salvadores, está lleno de hipócritas, llenito de tontos, pero mal que bien, hay que vivir con todos, sin la escopeta, aunque a veces, viene bien, que sepan que la tienes y cargada. Un saludo.