lunes, 7 de abril de 2008

Cuaderno de viajes X

Para mí, el mejor medio de transporte es el tren, ya no sólo por las estaciones, el jaleo, las maletas, la vida de aqui para allá, sino por la tranquilidad que transmite, las buenas relaciones que se generan entre los pasajeros, justo lo contrario que el avión.

En las cafeterías de los trenes se puede hacer amigos, charlar, mejor antes, cuando se podía fumar, pero qué se le va a hacer. Tomar un café y una copita, ya que no tienes que conducir, leer el periódico, un libro, hasta hablar por teléfono en algunos tramos. Incomunicado, pero no del todo.

En coche, cuando llegas, tienes que encontrar la dirección donde vas o el hotel, aunque todo esto ha mejorado mucho con el navegador, pero tienes que aparcar, ver si hay parking, si te lo cobran, o si hay zona de pago en la calle, líneas azules o verdes. Llegas cansado, el viaje ha sido largo, en tensión, porque algún capullo que te ha puesto en peligro siempre encuentras en la carretera, pese a haber tenido sueño, no has descansado, comiste poco, para evitar la somnolencia tras la comida, hay que buscar algo cerca, ya que no vas a mover el coche ahora, cenas lo que sea, en donde sea prácticamente por no volver a coger el coche.

Del avión, ni hablamos, entre los taxis de ida y de vuelta, la tarifa "low cost" se ha ido al garete, a veces piensas que en vez de un taxi maloliente típico has alquilado una limusina, por el precio lo digo. Carga con el ordenador portátil, quítate los zapatos, el cinturón, el reloj, etc,...No sé cuantos ataques a aviones habrá habido con reloj y cinturón, cogiendo una hebilla letal y rodeando el cuello del piloto con el cable del portátil, en fin.

Las bajadas en burro, si habéis ido a Santorini, tienen su gracia, las de los camellos en el Teide, más o menos, los paseos en carroza por Sevilla, así así, como la góndola en Venecia, exclusivo para guiris, medio bobos, con ánimo de gastar dinero.

El patinete de la playa, también da mucho placer, es lo más marinero que consigue estar un turista medio de interior, con nivel, los hay con barco o con amigos con él, o puedes coger unos de transporte, los que van a las islas (como en Galicia), los que recorren la bahía y el puerto (como en Barcelona, Valencia, Santander, Calpe,...) o los que cruzan de uso diario como "El rápido del Puerto", que va del Puerto de Santa María a Cádiz. No son baratos, tampoco caros, pero como la góndola, ya que estás ahí. Los ferrys, suelen estar bien, cuidado con los del tercer mundo, parece que la conservación y el número de pasajeros no lo respetan, por lo que se ve en las noticias.

Si eres un turista de libro, hay que coger un autobús turístico de los que andan proliferando por España, por qué no, o si vienes a Madrid, a Barcelona, o a una ciudad con Metro montar en él, el de Londres, merece la pena, aparte que es lo más rápido y cómodo. Los autobuses de línea, tienen un problema, es más fácil equivocarte, se te ve que eres turista antes, puedes cogerlo en dirección contraria, puedes no encontrar la parada.

Cuando vas en coche en una ciudad desconocida, al final, pasas más tiempo en el coche que fuera de él, no disfrutas casi nada, te acaban poniendo una multa te pongas como te pongas, y cuidadín con que no te den un golpe, por tu evidente torpeza, que te han hecho notar el resto de conductores, autobuses, motos y peatones, que te insultan.

En cuanto a la bicicleta, hay que haber previsto anteriormente: 1- si estás en forma, 2-si llevas la ropa adecuada, 3-si la ciudad en cuestión está enclavada en una zona montañosa o en un llano (algo que no suele ocurrir, sólo en Holanda). Aparte de ello, te va a costar como un coche, entre fianza, luces y batería nocturna, chaleco reflectante, si te la pegas, que será bastante probable, aparte de los pantalones nuevos, acabarás pagando la bicicleta entera, así como tiritas, si no acabas conociendo las instalaciones sanitarias del lugar. Yo no la recomiendo, allá cada cual.

Por último, el crucero, comedor fantástico ambulante, con salas de fiestas excesivamente retro, con un conjunto de paletos dentro, entre los que yo me incluyo, visitando sitios muy bonitos, en unas horas, entrando por mar a las ciudades, también es muy bonito y el resto es un rollo, la navegación en un edificio de 12 plantas que se mueve es horrorosa, las bolsas están en cada esquina a disposición del consumidor, las actividades de los animadores, sólo animan a las animadoras y a sus abuelitas, realmente, pese a los simulacros que te hacen, si hay un naufragio, date por jodido, en el casino no juega nadie, en la piscina no hay quien coja hamaca, como te pases de la hora de comer o cenar, estás perdido, pizza o pizza, pero bueno hay que probar.