miércoles, 31 de diciembre de 2008

Occidente resistente

Desde hace más de 3000 años, Occidente se ha ido desarrollando desde la influencia de Egipto, Fenicia, Grecia y Roma, pasando por el tamiz del Cristianismo, hasta convertirse en lo que es hoy, un mundo generalmente próspero, con una clara división entre el poder temporal y el espiritual, con unas leyes más o menos justas, con unos sistemas más o menos democráticos, pero no ha llegado a ser de una sola manera, sino de muchas, entre otras razones, porque siempre existió el otro, dentro de nuestra sociedad, el otro que pensaba diferente, desde los paganos, que se resistían a adoptar al Cristianismo, a los judíos, que se resistían aún más, asimismo, dentro del Cristianismo, siempre existieron distintas visiones, unas cortadas como heréticas, otras ninguneadas como sectarias, pero así y todo, ha habido cismas, que han creado varias concepciones importantes del Cristianismo y por lo tanto de Occidente.

Además, en tiempos cercanos, la política ha llegado a las masas, el pensamiento superficial ha hecho estragos en nuestra sociedad, el nacimiento de las ideologías de masas, una estética no crea un pensamiento individual, pero lo parece, desde el socialismo y el comunismo, al nacional-socialismo, han sido avatares criminales que se resisten a desaparecer, pero que no dejan de asombrar por lo inmunes que son al cambio, siempre hay un capullo, dispuesto ha realizar el verdadero socialismo, el auténtico, el que nos salvará a todos, pero esto no era mi tema de hoy.

Mi tema de hoy, va sobrelas distintas formas de Occidente, que yo divido en tres, la "Imperialista", en forma de Estados Unidos o incluso Rusia (modalidad oriental de Occidente), la europea, tolerante y medrosa, todo por el bienestar y la combativa o resistente, de Israel.

La forma principal de la imperialista, sería la formada por todos aquellos disidentes de la Europa despótica, que crearon una nación democrática, expansiva, multicultural, pero basada en la supremacía protestante, aunque dejando libertad de culto, con vocación de superpotencia, con un desarrollo permanente.
En el caso de los rusos, su característica es más totalizante, más centralista, con su variedad de Crisitanismo Ortodoxo, con su forma de ejercer el poder más oriental, con 70 años de comunismo en medio, que indudablemente marcan, un avatar más drástico, pero imperialista y con vocación de potencia al fin.

La forma europea, que originariamente se comportaba como la anterior, sea España, Gran Bretaña, Francia, Alemania, pero que con el tiempo han tendido como el Imperio Austro-húngaro, a la disgragación nacionalista, al estado del bienestar, al miedo al otro, llegando al nihilismo total de nuestra Europa actual, que como caso paradigmático, tiene al siempre diferente, optimista, feminista y multiculturalista, el aspirante a masón, el proto francés Zapatero, Messié Cordonnier.

Y la tercera forma, la del Estado de Israel, combativo y resistente, que ataca al terrorismo islamista sin tregua, que se defiende sin rendirse, a pesar de los medios de comunicación que no dudan en sacar las imágenes más espantosas, cuando es Israel, quien ataca, pero que dudan en poner cualquier efecto de un atentado terrorista, porque hiere la sensibilidad de los lectores o televidentes, es verdad, que ver niños embalsamados no gusta, pero, ¿quién tiene la culpa?, ¿los que usan escudos humanos intencionadamente para sus bases terroristas, los que usan a niños o jóvenes como carne de cañón, los que adoctrinan en el odio que dure generaciones o quiénes se defienden como pueden?.

Para mí, está claro y esta forma de Occidente, la de los judíos, ese otro resistente, a veces, impertinente, a veces, creativos, a veces, ladrones como Madoff, a veces, revolucionarios, a veces, héroes, es la mejor forma de Occidente que nos queda.