martes, 14 de junio de 2011

La ciudad de Bronce o el Reino del Ocaso

La sentencia del Tribunal Constitucional que decía que Bildu podía considerarse un partido legal porque no era ETA, a través de anular una prueba, por lo visto sin competencias para hacerlo, con el voto de unos magistrados "secuestrados", que por lo que dicen estaban en ese puesto ilegítimamente y según parece ilegalmente ha sido el mayor error de todos los desastres y tropelías que han cometido Zapatero, Rubalcaba y su gobierno de mequetrefes.

Algo tan desafortunado como indigno, tan estúpido como perjudicial para todo el sistema democrático, y si además se ha cometido mediante fraude de ley, a sabiendas de que no tenían capacidad para revocar una sentencia del Supremo, estamos ante un delito y una traición, que los españoles no debían haber permitido si no estuvieran oyendo siempre el canto de las sirenas, que los confunden, los duermen, los hacen llevar el barco a pique, a morir en un naufragio, solo conscientes del desastre en el último momento cuando ya no tiene solución.

Pero aquí las sirenas, las quimeras no tuvieron a un Orfeo que las derrotara como los argonautas en busca del Vellocino. Nuestras sirenas en la ciudad de Bronce, lograron confundir a todos y el rey Rodrigo, orgulloso y temerario, acuciado por las deudas, sin respetar las prohibiciones que la tradición dictaba, sin escuchar a los nobles que le prevenían de la maldición, acudió al Palacio encantado, bajó a las cuevas de Hércules, pasó por todas las salas que guardaban los tesoros mágicos de la antigüedad, descerrajó los siete sellos que habían puesto sus antepasados, quizá fueron 12, de un golpe y sin pensárselo los rompió, abrió el arca luminosa, y descompuesta, no halló nada, solo un tapiz descolorido, quizá carmesí convertido en morado, con letras verdes, que no se dejaban leer, pero cuando se hizo la luz con el fuego que empezaba a quemar todo se vio una inscripción que ponía: "Cuando la mano del tirano abra la puerta del palacio y profane su secreto, guerreros como éstos penetrarán en España y se apoderarán del reino". Y a partir de ahí, fueron 7 siglos de gobernantes extranjeros, quizá fueron 12, y la prosperidad soñada se cayó, y vino la muerte y la guerra, la pobreza y la miseria, y solo algunos quedaron en otras cuevas en Asturias, en las Vascongadas, en los Pirineos soñando restaurar el antiguo y fabuloso reino hispánico.

Y dicha felonía, parece repetida, conseguida por los "guardianes de la Constitución", entregando el Reino, usurpando un poder que no era suyo, negando la tradición y la ley, con la sentencia contraria a la del Tribunal Supremo, que a su vez había aceptado las pruebas de la Guardia Civil y de la Policía, algo que todo el mundo sabía, por otro lado, que había declarado a Bildu como una nueva marca de ETA-Batasuna, por tanto una banda terrorista, por tanto ilegal para presentarse a las elecciones municipales, por tanto se preservaba la ley de Partidos, que a su vez había sido el gran logro de conseguir poner a los terroristas en su sitio y a la democracia española, por fin, en una verdadera senda de justicia, sin complejos de legitimidad ante delincuentes y totalitarios que socavan la democracia y las libertades que se aprovechaban de las lagunas de la Transición. Y ahora es tarde. Creíamos que estábamos ante el traidor conde Don Julián, pero nuestro matarife y presidente del Gobierno era el verdadero traidor, el artífice de los desastres al deshonrar a su hija Florinda la Cava.

"Don Rodrigo, aterrado por la maldición que había leído en el tapiz, se apoyó temblando en el muro de piedra. Una tenue claridad penetraba a través del vestíbulo abierto. El rey comenzó a avanzar lentamente hacia la puerta con la espalda apoyada en la pared. El sudor le corría por todo el cuerpo empapando sus ropas. En la oscuridad casi completa se sentía perdido. No sabía dónde se encontraba y caminaba a tientas hacia la débil luz. Debía haber atravesado ya la segunda sala cuando empezó a escuchar pequeños ruidos metálicos. Era como si unas botas claveteadas dieran pasos en la dirección en que él se encontraba. "Deben ser mis hombres, que vienen en mi busca", pensó."*

"Luego su vista se fue nublando, confundiendo en su desquiciado cerebro la visión borrosa de las estatuas con la aparición amenazante de los fantasmales caballeros.

Los acompañantes, al oír los gritos del rey, penetraron en el interior y le hallaron tendido en el suelo y sin sentido. Le llevaron a su palacio y tardó varios días en recuperarse. Los médicos que le cuidaban decían que se había vuelto loco; su ojos miraban ausentes al infinito y, por las noches, le acometían espasmos y convulsiones que dejan a su cuerpo maltrecho durante horas."*

De la pérdida de España
fue aquí funesto principio
una mujer sin ventura
y un hombre de amor rendido.
Florinda perdió su flor,
el rey padeció el castigo;
ella dice que hubo fuerza,
él que gusto consentido.
Si dicen quien de los dos
la mayor culpa ha tenido,
digan los hombres la Cava,
y las mujeres Rodrigo.**


PD: En las leyendas, se asimila a España con Florinda la Caba, con el tesoro de Toledo o con la ciudad de Bronce o de cobre.
*De https://sites.google.com/site/leyendastole/palacio-encantado
**(fragmento del Romance de la Cava Florinda), de http://poemas.pastranec.net/otros/anonimo/an007.htm