domingo, 12 de octubre de 2008

Cuestión de confianza

La confianza (esperanza firme que se tiene de alguien o algo) es vital en la economía, muchos lo acaban de descubrir, ¡enhorabuena!, vamos avanzando aunque despacio, ahora se darán cuenta porqué cuando los índices de confianza del consumidor y de las empresas, decían que algo no iba bien, no iba bien.

En la amistad, cuando se usa en plural, significa lo contrario, tomarse excesivas confianzas, una libertad excesiva, se considera una agresión y generalmente no acaba bien, la mesura está en tratar a los amigos como a los jefes, con respeto y confianza, pero sin excesiva familiaridad. Me acuerdo de la segunda novela de la Trilogía Templaria de Nicolas Wilcox, Las Trompetas de Jericó, que el protagonista un profesor judío teme las confidencias de su vigilante nazi, ya que después sabe que se arrepentirá de haber confiado en él, pudiendo costarle la vida. Es peligroso confiar, aunque Lao Tse, decía que es más vergonzoso desconfiar de los amigos, que ser traicionado por ellos. Por lo cual, confianza, también es la base de la amistad, pero como el honor, una vez perdido, jamás se recupera.

En política, como en la vida misma, podríamos encontrar, que la confianza como seguridad que alguien tiene en sí mismo o como ánimo, aliento y vigor para obrar es muy positiva, es necesaria y vital para existir, pero puede convertirse en la cruz, si es en realidad, presunción y vana opinión de sí mismo.

Cuando veo a Rajoy y a Zapatero, no puedo evitar pensar que ambos tienen una opinión de sí mismos muy alta, que quizá no se corresponde con sus cualidades reales,.

Más preocupante para la confianza general del país, la falta de cualidades de Rajoy, un hombre con fama de perezoso, de escaso vigor, inoperante, desleal, tirando a cobarde, que nos demuestra a cada momento su incapacidad (la deserción de los más que derechistas de UPN, en favor de Zapatero, no es un problema menor, si atendemos a la importancia que tiene supuestamente Navarra para España, si hiciéramos caso al Rajoy de la anterior legislatura) y su renovada estupidez al soltar la frase sobre el "coñazo" del desfile, inadmisible en alguien que ha ido de adalid de la defensa nacional, que ha criticado la falta de corrección de Zapatero cuando en el desfile de 2003 no se levantó ante la bandera estadounidense, que reclama cada día el respeto a los símbolos nacionales. Y en cuanto muerte de la confianza en el futuro de la alternativa democrática que representa.

Cualquiera puede pensarlo, pero decirlo supone una diferencia cualitativa, por un lado, para mí, se convierte en una persona que no es de confianza, ya que sus palabras públicas, no corresponden ni con su pensamiento, ni con sus opiniones a nivel privado, y esa incoherencia, que llevo advirtiendo unos meses (siento mucho no haberlo hecho antes), le descalifica como candidato a presidente del Gobierno y desde luego como representante de tantas y tantas personas que nos identificamos sinceramente con esos valores y símbolos, que tan "coñazo" le resultan al pijo registrador éste.

En confianza, yo suelo ser optimista, pero ante la falta de confianza que me sugieren nuestros dirigentes, la escasa confianza de los consumidores y de las empresas, con miedo de abusar de su confianza, les diría, que todo en la vida es cuestión de confianza, pero que andar por la vida confiadamente suele ser una buena opción vital, pero seguir confiando en quien te ha engañado, es como cavarse la tumba y hacer el nudo de tu soga, una mala idea.

Si quieren fiarse de estos tipos allá ustedes, pero es mejor desconfiar, y no estaría de más que dejen una fianza, por si no cumplen, tanto ellos como todos esos a los que se está prestando el dinero que han desperdiciado y mal fiado hasta ahora. Con fe y esperanza, tengamos caridad.