viernes, 6 de marzo de 2009

Ideas contra la crisis

Cuando yo era pequeño, todos los barrios tenían un ultramarinos de capa caída, con un dueño con chaquetilla, de aspecto medio triste, con un escaparate más triste aún, con todos los productos en el almacén o en unas estanterías muy bonitas para una biblioteca, pero poco atrayentes. El hombre en cuestión, se quejaba de que el negocio iba de mal en peor, que si los grandes alamacenes, que si los supermercados se estaban comiendo su negocio, cuando no intervenía la mujer, que estaba ahí para charlar, como en el salón de casa en zapatillas y bata, fíjate maruja y mira que desastre de hijo, patatín.

El caso es que con los años, solo unos pocos de esos han sobrevivido como delicatessen, a base de tener un aspecto impoluto, calidad máxima y también precios máximos, buenos sitios sin duda.

Algunos años después, mientras esos tenderos languidecían, empezaron las tiendas Seven Eleven y las de las gasolineras, un boom fracasado en el caso de las primeras, y más sostenidas en las otras, y poco después: los chinos.

Y resulta que el negocio de toda la vida del ultramarinos, ¡funcionaba! ¿Cómo? Teniendo lo que el cliente quería: lo que sea, al día siguiente lo tienen. Eso básicamente es marketing. Cercanos, con horarios para los clientes, producto necesario, y más caro que los supermercados, pero la cerveza fría y así.

Aparte de esto, no estaría de más bajar tendiendo a cero la seguridad social de contratos de media jornada, de los primeros contratos temporales para jóvenes y parados, no como ahora, que las bonificaciones son una birria, que tienes que pagar más a la seguridad social que al trabajador, por lo que un servicio auxiliar, como no puede ser otra manera cuando contratas a un inexperto, desconocido y de prueba, se hace prescindible si es muy caro, o si no tiende a ser economía sumergida.

Por supuesto, aunque parezca recurrente es el abaratamiento del despido, porque lo que no puede ocurrir es que una empresa genere una deuda con su personal cuando no genera beneficio, es absurdo.

En general, abaratar el coste de la seguridad social, que es bestial, cuando a la empresa que lo paga no le da ningún beneficio, solo gasto, gasto aumentado con lo que tienes que gastar en que te lleven esa gestión, que hay que ser muy experto para manejarse con ellos.

Y los que no puedan sobrevivir, adiós, los que tenían unos precios inflados para timar a los incautos, adiós, los que dan un producto peor y más antipático como esos ultramarinos (no todos, muchos), adiós, como los malos bares, los malos restaurantes, los malos cualquier cosa, adiós.....