miércoles, 16 de enero de 2008

Yo tenía un camarada

Acabo de terminar el libro de César Alonso de los Ríos, Yo tenía un camarada (Barcelona: Altera, 2007), donde el autor trata la metamorfosis de los creadores ideológicos del Movimiento, y creo que debía comentarlo antes de olvidarme de la impresión que tengo de lo leído.

El autor habla sobre una serie de personalidades de la política, el pensamiento y la literatura española como Laín Entralgo, Ridruejo, Aranguren, Tovar, Torrente Ballester, entre otros. De ellos se citan obras y contribuciones intelectuales a la formación del Régimen franquista, pero además, analiza la evolución ideológica de estos autores hacia posiciones de oposición más o menos abierta al mismo, y de la influencia de los mismos en los grupos opositores posteriores.

Lo más destacado, en mi opinión, está en tres aspectos, en el intento consciente de borrar y ocultar su pasado falangista, en la gran influencia que este grupo más o menos homogéneo tuvo en la formación de las élites posteriores (socialistas, social-demócratas, conservadores, nacionalistas, incluso comunistas) y el sustrato totalitario con que este pensamiento ha impregnado toda la política española en la Democracia.

Aceptando, por supuesto, la libre evolución de cada uno en su pensamiento político, creo que la ocultación de sus seguidores (consciente e incionscientemente) de las raíces de sus concepciones sobre España, sobre el gobierno, sobre la libertad y los objetivos políticos que tienen, han creado las bases de la actual situación histórica. Ya que no se admiten los modelos reales que se están usando para gobernar España, las Comunidades Autónomas y la organización de los partidos políticos.

Como ejemplo, podíamos ver el carácter personalista de los partidos, el caciquismo en las CC.AA., la negación interesada de la Nación española, en favor de las "indiscutibles" naciones regionales, o la orfandad de gran parte de la derecha política española durante muchos años, al no entender cómo conciliar sus sentimientos, concepciones y afinidades políticas, sociales e históricas con las explicaciones dadas sobre el pasado anterior a la etapa democrática.

En esta misma línea, La Leyenda del César Visionario, novela de Francisco Umbral, donde se describe la importancia de estos autores en la Guerra Civil, que en una lectura sin estos datos, parece una revancha entre literatos, se convierte en un intento de recrear una época, con el objetivo de resaltar esta incoherencia, que amenaza nuestra democracia, con comportamientos y justificaciones supuestamente demócratas y realmente totalitarios.

Gracias a este autor y a otros (a los que intentaré ir reseñando en este blog), que poco a poco, han hecho una labor pedagógica, también en muchos casos con una evolución política muy radical, descubriendo el liberalismo, como forma política mucho más saludable para la convivencia en democracia.

Sin más. un saludo.