jueves, 7 de abril de 2011

Casualidades

Cuando uno trabaja normalmente los éxitos cuestan y los fracasos están a la orden del día, en cambio, hay gente, que aparentemente todo lo que toca es oro, montan una agencia de lo que sea y le llueven los contratos, con lo que la colaboración con grandes profesionales bien pagados y la apariencia de dignidad como buenos trajes, bonitos despachos, viajes, buenos restaurantes, buenos coches, en fin, el éxito está asegurado. Y los que no consiguen esto y no saben conseguirlo siguen trabajando con la conciencia de ser más torpes o de no hacer todo lo posible.

De repente, aparecen unas noticias como las de los hijos del vicepresidente del Gobierno de España y presidente del PSOE, unos fenómenos, qué chavales, sin terminar la carrera y ya son apoderados de grandes empresas o presentando un informe sobre el pasado, presente y futuro del aceite de oliva les pagan 28.000 euros, que es tan habitual como que le paguen 28.000 por recoger olivas en el campo, a los andaluces de Jaén.

Pero lo normal es pensar que se lo han ganado con su esfuerzo y no que son tráfico de las influencias conseguidas por su padre en política como vicepresidente o como ex Presidente de Andalucía, ex ministro, no, no y veintiochomil veces no.

Qué manera de difamar a unos jóvenes altamente preparados, profesionales sin tacha en lo suyo, de acreditada valía y de carrera intachable jalonada de éxitos sin fin. Desde elpluralpuntocom queremos dejar claro esto, desde la Ser queremos hacernos eco de esta protesta, desde Público queremos denunciar este atropello.

Asímismo, la gente puede pensar erróneamente que el candidato a rector José Carrillo, habiendo hecho 30 años de servicio a la universidad y a las matemáticas, que no creo que cuente con apoyos externos, será elegido por su carisma entre los compañeros y sin duda por su tolerancia democrática indiscutible, cuidadito con quien lo dude.

Y después lo celebramos con unas hogueras, a qué sí. A qué no hace falta decir qué quemar hablando de universidades, después de la magnífica gestión de Berzosa y sus huestes independientes, pero sobradamente preparadas que irán al paro, éstos sí, salvo los jefecillos que conseguirán también por sus méritos una plaza bien ganada en la Universidad.

Pero el tráfico de influencias en España es lo más natural, es networking, es trabajar la red de contactos, no pasa nada, quien tiene un enchufe tiene un tesoro, así se puede llegar más lejos, y sin ello es probable no llegar.

Otro tema es dar a dedo dinero público sin méritos para ello o con méritos pero sin dejar opción a los competidores, para lo cual es necesario tener un conseguidor, con bigotes o sin ellos, como correa de transmisión entre tu interés y el que te lo puede satisfacer, un prescriptor, un contacto, pero pensar que eso ocurre en España es descabellado, ¡vamos, vamos! La gente no se da cuenta de que las casualidades existen, ya se sabe que el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo. Pepito hace una llamadita y el concursito o lo que haga falta está conseguido, ¿Quiénes somos los demás para juzgarlo? Nadie, no somos nadie, si fuéramos alguien o tuviéramos un amigo que fuera alguien, otro gallo cantaría.