martes, 11 de noviembre de 2008

Caidos por España


Si caidos por España, por prestar servicio a las órdenes de nuestros valores, nuestro ordenamiento, nuestras leyes, nuestros gobernantes, por un sueldo, por una vocación, por un tiempo, para siempre.

Cuando la pena nos alcanza,
por un hermano perdido.
Cuando el adiós dolorido,
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos
con la certeza que Tú:
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz

Y han caido estos militares, porque el mundo occidental tiene una guerra contra los talibanes, contra los fundamentalistas islámicos en Afganistán, y en otros puntos del planeta, porque aunque parezca extraño, muchos de los terroristas que actúan en Occidente (incluido algún etarra) se han formado en campamentos en ese lugar, cerca de la frontera con Pakistán, en las montañas, en ese lugar inhóspito, pobre y casi desierto donde se esconde Bin Laden, donde la más alta tecnología militar no puede sustituir al soldado.

Donde las armas son moneda corriente, donde usarlas contra cualquiera es habitual, donde hemos visto cómo mataban a unas mujeres porque se dedicaban a la prostitución o se sospechaba, donde se aplica la ley más salvaje en nombre del Islam, donde la guerra es la forma de vida de muchos habitantes y otros tantos voluntarios de la muerte salidos de Ceuta o de California, de Irak o de Siria, de todos los lugares del mundo para morir matando, como hicieron el otro día con nuestros soldados, que tienen orden de casi no hacer nada, salvo que no haya más remedio, si estamos en guerra, ¿por qué no hacemos la guerra, si ya estamos en ella?

Homenaje a los que dieron su vida por España:

Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubicaron
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fiieles al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes lucharon,
y como héroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino,
querer a España su pasión eterna,
servir en los Ejércitos su vocación y sino.
No quisieron servir a otra Bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron morir de otra manera.

En un cuartel, preparan los desfiles, la música sonando mientras ensaya la banda, maniobras, preparan el equipo, se divierten en la cantina, leen, charlan, pasan el tiempo, hacen deporte, piensan qué hacer después del ejército, quizá montar algún negocio, quizá trabajar en su especialidad, muchos mecánicos, otros electricistas, contentos de su oficio actual, orgullosos de ser lo que son.

Y mientras, los demás dejamos que anden mancillando nuestros símbolos, mientras ellos dan su vida por ellos. Que cualquier revolucionario de cafetería de univerisdad, se crea mejor que estos chicos, que cualquier resentido de cualquier partido haga bromas, que cualquier actorzuelo insulte a nuestro país, que nuestros políticos pongan una excusa cualquiera y luego muy compungidos salgan en la foto. O empezamos a cultivar nuestra estima nacional o dejaremos que se caigan los pedazos en nuestros pies, a la vista de todos en la tele, "salvados" por algún cretino graciosillo.