viernes, 7 de mayo de 2010

El intruso

Como todas las mañanas, él, llegaba a la oficina, se sentaba en un sitio que no era el suyo, abría un ordenador que tampoco era el suyo, y hacía una jornada en una oficina que no era la suya. Su trabajo nadie sabía en qué consistía, pero como si realmente tuviera algo que hacer parecía atareado.

La gente en la oficina al principio dió por hecho que era un compañero nuevo, pero poco a poco su silencio generó comentarios, y ya todo el mundo sabía que era un intruso, ¿pero qué hacer?

Al principio, todo el mundo estaba tranquilo, pero la molestia de tener una persona extraña en la oficina fue acrecentándose, hasta llegar a ser insoportable, cuando alguien se decidía a decirle algo, como que qué hacía allí, otros le decían que esperara que acabaría yéndose, entre la pena y el estupor el tiempo fue pasando, no era extrañeza, era perplejidad, quizá miedo, a ver si le iba a dar por hacer algo raro. ¿Algo más raro aún?

Pero como todo llega, hubo un día en que no llegó, la alegría y las plantas volvieron a florecer, ahora nadie se acuerda del intruso, pero como otras leyendas urbanas, ésta parece una invención, pero no es así, ésta verdaderamente ocurrió.

Bartleby no murió como nos cuenta Melville, yo lo he visto.

martes, 4 de mayo de 2010

Nadamente

Este adverbio inexistente, que mezcla mi hija entre solamente y nada más, que combina "De un solo modo, en una sola cosa, o sin otra cosa", con "no más", bien podría usarse para hablar de la situación de España, así podíamos responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo se hace política en España? ¿Cómo vamos a salir de esto como estamos?.

Pero este neologismo infantil, que actuaría de adverbio de modo y de cantidad, refleja nuestra situación, ya que "nada" como "No ser, o carencia absoluta de todo ser" o acaso, como "Cosa mínima o de muy escasa entidad" sería el modo y el camino de nuestros políticos y también la entidad de los mismos, tan mínimos que desaniman aún cuando pretenden decir grandes palabras, tan mínimos que sus reuniones o no reuniones dicen lo mismo, ver las noticias o no verlas resulta igual, quizá hasta mejor, en fin,...

Y puestos a comentar las palabras infantiles, no iría mal "pelilocos", refiriéndose a los periódicos, donde nos cuentan películas locas, como mínimo incomprensibles, donde lo que te puedes creer y lo que prefieres no creer aunque no puedas evitarlo, como poco lleva al desánimo.

Y por último, "portideportivo", ese sitio donde la sociedad va eliminar toxinas y estrés, aunque también puede ser el puerto donde llegamos para poder hacer de algo, un entretenimiento saludable, donde divertirse o emocionarse, viendo a los héroes modernos, montados en moto, en coche, con raquetas o dando patadas a un balón, con unos símbolos que antiguamente nos representaban y ahora queremos creer que lo hacen, en fin, sigamos viviendo nadamente,...