miércoles, 23 de junio de 2010

Sin recompensa







La situación actual de crisis ha llegado al conocimiento de todos, pero ¿cómo ha sido?, cómo hemos llegado a este punto se preguntarán algunos:

Y dirán, la culpa es de los bancos por los créditos subprime, otros, que de la falta de control presupuestario, que se ha traducido en déficit, otros por la duplicación de costes debido a las autonomías, otros a la corrupción generalizada de los políticos, otros a la rapacidad de los ayuntamientos en el cobro del suelo para finaciarse, quizá ha sido el excesivo endeudamiento de los ciudadanos, o a la falta de financiación para las empresas, quizá por los excesivos impuestos, o como es una crisis mundial nosotros con nuestros cultivos casi exclusivos de construcción y turismo nos hemos quedado en una posición muy débil y así nos va, quizá sea la falta de un tejido empresarial más sólido, y no, la infinidad de empresas pequeñas y autónomos que mantienen el sistema con un esfuerzo que va llegando a sus límites, o quizá sea todo eso a la vez. ¿Y ahora qué?

Ha habido una campaña, que decía "Esto solo lo arreglamos entre todos" y proponía buenas noticias, ideas inspiradoras y demás con objeto de intentar influir en la confianza de la gente, de las empresas, y eso está bien.

Pero la confianza, pasa por ajustarnos todos, como ha ocurrido, y eso también está bien, pero pasaría por la revisión de los precios de alquileres, pasaría por la revisión de las tarifas de los servicios como electricidad y teléfono, pasaría por volver a ajustar los precios a lo que somos y podemos pagar, ya que, si un café valía 125 pesetas en 2001, por qué ahora vale 1,30, 216 pesetas, realmente hemos aumentado nuestros ingresos en esa relación, yo creo que no.

Crisis, en griego significa cambio, en castellano también, cambio brusco para bien o para mal, también escasez y carestía, así como situación dificultosa y complicada, y me pregunto cómo no hemos cambiado, de momento de presidente, ¡ese memo!, porque si para conducir un coche en momentos difíciles no dejamos al peor conductor, ni al borracho, ni al que no sabe, por qué lo hacemos con todo el Estado, dejando a una pandilla basurilla al frente. Si buscamos culpables, mirémonos en el espejo, y si queremos soluciones, busquémolas, esto lo arreglamos entre todos, pero en democracia, para luchar contra el enemigo, necesitamos a Churchill, no a Chamberlain.

Necesitamos un líder, con capacidad de mando, fiable, con conocimientos suficientes para liderar un equipo de gente con valor y sabiduría. ¿Alguien lo ha visto en España?. Yo no. Warning: se busca. ¡Rajoy tú no! Soraya mona, tú tampoco, ale, ale, pitas, pitas,...

Recompensa: ninguna, España es así.