jueves, 14 de noviembre de 2013

Mi opinión no vale nada

Estaba pensando cuáles eran mis articulistas, mis tertulianos preferidos, y esto venía por mi primera intervención que he hecho hoy en Twitter contestando a Hermann Terstch sobre la foto de Artur Mas en Israel, y evidentemente Terstch es una persona suficientemente interesante para ser uno de mis favoritos, aunque casi nunca estoy de acuerdo con él.

Me gustaría ser tan duro como Pérez Reverte, tan fino como Javier Marías, tan taurino y sevillano como Antonio Burgos, tan aristocrático como Ussía, tan gastronómico como Carlos Herrera, tan político como César Alonso de los Ríos, tan perfecto como Hidalgo, ¡ay!, de tanto nivel intelectual como Federico J. Losantos, tan monárquico como Ansón, tan simpático como Juan Cruz, tan antipático como mi admirado Juaristi, con tanto conocimiento oculto y humano como Raúl del Pozo, tan panegirista o fabulista como Pedro J., tanto como tantos y tantos que admiro y leo, tan guay como Vallvey, Yanke, Samboal, Alcántara, S. Dragó, Montero, tan roja como aquella, tan facha como aquel, soy de todos, ésa es mi opinión.

Me encanta Girauta, García Domínguez, Molina, Leopoldo Abadía, Antonio Jiménez, Ignacio Camacho, Gistau, Carrascal, no me gusta como escribe Luis del Pino, Jesús Cacho, pero sí lo que dicen, como otros,...

Echo de menos a Jaime Campmany, a Umbral, a Camba (es que soy historiador), a Larra (es que soy princesa), a Gutiérrez, a Ortiz, a Cebrián (Juan Antonio), a muchos, yo me he criado con el ABC, echo de menos a Mingote, luego me pasé a El Mundo, luego trabajé leyendo en los medios de comunicación, me leía todo y a todos.

Libres hay pocos, que escriban bien muchos menos, por ello hay que admirarles. No obstante, hay muchas personas que opinan con criterio admirables. Yo, por supuesto, no soy libre, soy autónomo y vivo en España, soy un farsante y un sumiso. Dios me perdone, estoy perdido.

En este lugar, en este momento, me acuerdo de algunos más, y me alegro. Me alegro de no estar en su lugar, muertos.

Yo soy mayor, tengo 40 años, y como los jóvenes creo que vivimos entre zombies.uuuuuuuhhhhhhhhh