La sensación de vivir en un sistema político, social y económico injusto genera primero una sensación de desasosiego, luego una sensación de hastío y por último rechazo a todas las instancias superiores, provocando la infelicidad como decía Punset en Viaje a la felicidad.
Kapuscinski diferencia en Lapidarium II la reacción del hombre de Occidente, del del Este así:
-¿las cosas van mal? ¡Hay que actuar, hacer algo para mejorarlas!
Reacción del hombre del Este:
-¿las cosas van mal? Cierto, ¡pero podrían ir mucho peor!
Y ahora me pregunto, ¿los españoles somos de Occidente o del Este? ¿tenemos alma rusa? una civilización sin forma, o quizá como dice Laín que decía de España Unamuno:
No es tu reino, ¡oh mi patria!, de este mundo
O quizá somos una cosa intermedia:
-¿las cosas van mal? Cierto, ¡pero podrían ir mejor! ¡Dios proveerá! y cada uno a lo suyo.