viernes, 26 de noviembre de 2010

De lo supuestamente nuevo

Este verano me he ido leyendo sin prisa, el libro Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo de Rosa Sala Rose y como decía en otro blog, me ha sorprendido lo actual de muchos mitos del nazismo, pero no los he descubierto en los neonazis, lo que podría ser lógico si no en otros grupos de la sociedad y en un grado no desdeñable. Así que voy a intentar describir algunas de esas similitudes.

Algo general de nuestra sociedad actual es la pérdida de la concepción singular del ser humano en la naturaleza y en el cosmos, pensamiento que viene de los filósofos y naturalistas del siglo XVIII, así nos incluíamos en la cadena con los demás seres, esto es nos acercábamos a las bestias y la naturaleza se impone a cualquier valoración ética de la tradición judeocristiana.

Por otro lado, la ciencia se convierte en una pseudo religión, y de ahí, en verdad única, para muchos hoy en día. Hasta aquí nada que no sepamos todos que ocurre, solo que ya les ocurrió a los nazis y es base y principio de su perversión hacia el racismo.

El primer aspecto que me llamó mucho la atención fue el movimiento de Artamanes, que eran una serie de grupos naturistas juveniles, que promulgaban una vuelta a lo rural, absoluta abstinenecia de alcohol y nicotina, entre otras características, pero estas que he señalado son las que sintonizan bastante con mucha gente actual que se cree muy moderna y generalmente son muy de izquierdas. También claro, está el culto al cuerpo, a la salud, y junto a ese culto el consiguiente rechazo de todo lo distinto a su ideal, que muchas veces quieren imponer.

Otro aspecto, común en los nazis a muchos izquierdistas actuales es el rechazo al liberalismo, al capitalismo, que muchas veces también es antisemitismo, vía antiamericanismo.

Otra característica que me llama la atención es el anticristianismo nazi, como modo de superar trabas morales, que coincide con muchos movimientos actuales que tienen como principal característica ese anticristianismo que supuestamente les limita y les hace sentirse culpables, sentimiento que necesitan hacer desaparecer de sus vidas, pero que desemboca en un cierto nihilismo, disfrazados de pensamientos supuestamente filantrópicos hacia el universo, que con su dejación y amoralidad, pretenden convertir el mundo en una Arcadia feliz, sin guerras, sin pobreza, sin hacer nada...O peor, haciendo todo lo contrario.

Porque otro aspecto que creo que es actual y coincidente es la hipocresía más absoluta en esos discursos donde se puede hacer lo contrario a lo que se predica o se puede predicar asuntos contrapuestos sin despeinarse y creyendose moralmente superiores al resto de personas, por el hecho de pertenecer a una casta de elegidos con la razón, mientras los demás ignorantes solo nos importan nuestros intereses o quizá estamos confundidos en supersticiones, o ambas cosas a la vez.

El tema merece más atención y un análisis más profundo que yo no voy a hacer, únicamente quería resaltar el gran valor de este libro y su interés, y algunos aspectos curiosos que me han sorprendido del libro.

Un saludo

jueves, 25 de noviembre de 2010

Del fracaso, la lucha y el éxito

El otro día, leía en un confidencial en Cotizalia.com, donde la autora Sonia Franco hacía un relato de cómo se diferencia España de Estados Unidos a la hora de fracasar, así en USA, entienden que el fracaso es una escuela en el emprendimiento empresarial y cuentan con inversores para poner en marcha nuevas ideas, nuevas empresas, valorando la experiencia adquirida con el fracaso. ¿Y en España? pues lo contrario, además del dinero que pierdes y del que te costará recuperarte un tiempo más o menos largo. Por lo que si vuelves a arriesgar a montar algo será sobre seguro, o no será, si has salido suficientemente escaldado. Otro día cuento qué he aprendido en este fracaso.

Una vez superado el primer paso de fracasar, conviene volver a pensar en la lucha, uno puede valorar hacer una oposición, aunque no parece que sea el mejor momento, ya que después de competir contra cienmil resulta que no te pagan, suspenden pagos o no sacan la plaza, y puede que te haya resultado el año o años de estudio tan poco rentable como la actividad empresarial.

Puedes pensar en montar otra cosa, tú solo y desde casa, sin inversión y tal, que aunque parece un poco chungo puede ser lo mejor. O directamente puedes optar por montar de verdad una gran empresa, eso es lo que hace falta, a lo grande como los americanos del norte ¡con dos...! Allá cada uno, yo de momento me lo voy a pensar.

Y tras los fracasos y la lucha, puede que tengas éxito, y estaba intentando pensar en españoles de ese tipo, quizá Juan José Hidalgo o Amancio Ortega, como dos buenos ejemplos.

Aunque los tiempos no son los mismos, ahora yo creo que son peores, sobre todo por la complejidad legal, por la cantidad de impuestos y aún con todo esto, la desprotección real del empresario. Pero como dice este proverbio "La gloria no consiste en no caer nunca sino en levantarte cada vez que te caes." y además este otro proverbio judío: "El que no puede sobrellevar lo malo no vive para ver lo bueno."

Un saludo.