miércoles, 13 de agosto de 2008

Internacional: Rusia, Georgia, Abjasia y Osetia del Sur

El Cáucaso es una región natural situada en la linde entre Europa del Este y Asia occidental, entre el Mar Negro y el Mar Caspio, que incluye las propias montañas del Cáucaso y las tierras bajas circundantes.

En la vertiente sur o Cáucaso Sur o Transcaucasia coexisten dos estados independientes de religión cristiana, Georgia y Armenia y uno musulmán, Azerbaiyán. La vertiente norte o Cáucaso Norte o Circasia, que pertenece a la Federación Rusa, se divide en siete repúblicas autónomas: Chechenia, Osetia del Norte, Ingushetia, Kabardino-Balkaria, Karacháevo-Cherkesia, Adiguesia y Dagestán.

El nombre proviene del griego Kaukasos, nombre de un legendario pastor escita muerto por Cronos y que dio nombre a las montañas. En la mitología griega, el Cáucaso, o Kaukasos era uno de los pilares que sostienen al mundo. Se afirma también que Prometeo fue encadenado en estas montañas por Zeus.

Los rusos invaden Georgia, bien, ¿dónde están los de "no a la guerra"?, ay, durmiendo la siesta en Benidorm o Calafell o en San Xenxo o en Marbella, bien, tranquilos, que no han sido los americanos, no, han sido los rusos ex soviéticos, no tienen nada qué decir, vaya. Nuestro presidente del Gobierno y su ministro de Exteriores, Moratinos, no parece que sepan nada del asunto, nadie esperaba más de ellos. Nicolás Sarkozy, presidente de la República Francesa, intermedia en el conflicto.

Resumen de los hechos: Georgia, ahora estado independiente, antiguamente perteneciente a la Unión Soviética, pretende una zona del país llamada Osetia del sur, donde la mayoría de la población es pro rusa, que se ha declarado república independiente y quiere su anexión a Rusia, pero no es aceptado por los gobernantes georgianos.

En 1991, al poco de la caída del Muro de Berlín, hubo una guerra civil en Georgia, que se terminó hacia 1995 (esto no se estudiaba en ningún lado en España, supongo que ahora tampoco), Shevardnadze, que fue un dirigente soviético importante junto a Gorbachov, que era georgiano se hizo con la presidencia del país, que luego fue depuesto por los gobernantes actuales.

La población son unos 5 millones de habitantes, viviendo aproximadamente 1.300.000 en su capital Tiflis o Tbilisi, el 84% es propiamente georgiana y el resto grupos pequeños de origen en otras zonas o estados fronterizos, como azaríes, armenios y rusos. Apoyadas por Rusia, Abjasia y Osetia del Sur mantienen de facto independencia de Georgia.

Por lo visto, el gobierno actual pretende una recuperación del poder en dichas zonas y los rusos no han querido, en los conflictos anteriores ha habido matanzas, limpiezas étnicas, deportaciones forzosas y agravios en todas direcciones. Los franceses han mediado en el conflicto actual y hay un alto el fuego.

De Georgia, yo no sabía casi nada, salvo que Stalin era georgiano, pero no por ello dejó de hacer una gran carnicería con ellos, que su religión mayoritaria es el Cristianismo Ortodoxo, que antiguamente eran nombradas y conocidas zonas del país como la Cólquida e Iberia, véase el Vellocino de Oro de Robert Graves, a propósito de esto, que se confundía esta Iberia con la nuestra, y gracias a las noticias y a Wikipedia, he sabido que el heredero de la monarquía vivía en España, Jorge de Bagration y de Mukhrani, heredero del trono de Georgia y piloto de carreras. (1944 - 2008), hasta que murió en su país de origen.

Por cierto, gran parte de estos conflictos tienen su origen en la ingeniería social de Stalin, que quiso trasladar poblaciones, y organizarlas geográfica y políticamente de tal manera que se debilitase su componente nacional, como así fue hasta la caída del Telón de Acero, cuando se crearon toda esta serie de repúblicas ex soviéticas, pero con una gran conflictividad étinica derivada de estos ruinosos y criminales experimentos sociales de los comunistas.

Otros conflictos, en cambio, se remontan a lo largo de la historia por distintos motivos, por un lado, era una zona de paso vital en el comercio entre Oriente y Occidente, pasando por ahí la famosa ruta del Seda, que más bien eran rutas, por otro lado, teniendo en cuenta cómo era el comercio en la antigüedad, siendo más rápido siempre el marítimo, toda esta zona se encuentra entre el Mar Caspio y el Mar Negro, conectado con el Mediterráneo.

Asimismo, fue lugar fronterizo y de conflicto entre distintos pueblos e imperios, desde los Hititas a los Persas, desde los Griegos a los Romanos, los Rusos, los Soviéticos, los Turcos, los Otomanos, los Medos, todo el mundo, estuvo allí. Y por último, para liar más la cosa, ¡Petróleo y Gas natural!.

Los osetios del sur son unas 66.000 personas, y supongo que el conflicto tendrá más que ver por el territorio que imagino tendrá fuentes energéticas o materias primas, que por otra cosa. Los osetios tienen un idioma y una literatura que desconozco del todo. Comparten idioma y religión cristiana con los osetios del norte. Osetia del Norte-Alania es una república rusa del Cáucaso, Esta república, por la cual, en la antigüedad pasaba la ruta de la seda, cuenta con abundantes recursos minerales, como así también con una importante producción de petróleo y gas. Además también es conocida por los fatídicos atentados producidos en septiembre de 2004 a manos de terroristas chechenos en la ciudad de Beslán, donde aproximadamente 300 niños perecieron al explotar uno de los artefactos que controlaba el jefe del comando terrorista.

Sobre Abjasia, el panorama que tiene es todavía peor, resulta que la mitad de la población era georgiana, que huyó o fue objeto de limpieza étnica, pasando de 500.000 habitantes a menos de la mitad, donde de la mitad que quedan la mitad son cristianos y los otros musulmanes, ahora están apoyando la rebelión de Osetia del Sur, ya que comparten una situación de semi autonomía o semi independencia.

En fin, que Cronos, Zeus, Alá, Yahvé y todos los dioses del Panteón, los únicos y los diversos, nos cojan confesados y a los pobres habitantes de estas zonas los protejan, aunque lo tienen difícil, la verdad.

España como salvedad

Leo en El Mundo, que Mark Chapman, el asesino de John Lennon, seguirá entre rejas y que ya lleva 28 años, la justificación del tribunal de Nueva York es que a la opinión pública no le gustaría, y a la vez leo en Libertad Digital, que el etarra De Juana Chaos, el asesino múltiple y terrorista sin arrepentir que fue detenido a finales de los ochenta (varios años después que Chapman), condenado a 3.000 años se encuentra en libertad "habiendo cumplido su pena" (qué sarcasmo), y en paradero desconocido, ¿quizá preparando un futuro de terror para el País Vasco o para el resto de España, concretamente para los que les toque, que serán las futuras víctimas, que sin saberlo, se han quedado sin derecho a la vida o a la integridad física, sin derecho a un padre o una madre, sin derecho a vivir en libertad, sin derecho al trabajo, sin derecho a la PAZZZ (de Zapatero), sin derecho a dialogar, ni hablar, sin derecho a la vivienda, ni a la educación, en fin, un desastre, un desafuero total, una injusticia. ¿Quiénes son los responsables de todo esto?

En primer lugar, los terroristas sin duda, que son los que cometen los delitos, en su libertad, deciden lo peor, claro.

En segundo lugar, los que les alientan desde sus familias, desde su entorno, todo eso que se ha demostrado que cumplen una función apologética permanente, un delito de inducción al asesinato tan recurrente, que no dejaría lugar a dudas de su culpabilidad en ningún lugar del mundo, salvo España.

En tercer lugar, los políticos nacionalistas (todos, tanto vascos, como catalanes o gallegos), que con la justificación, con esa mixtificación de victimismo, educación en la confusión de la ciudadanía y en la generación e incubación del odio más injusto y estúpido, amparados por una libertad de expresión, que en cambio condena a gente decente, inteligente y absolutamente bienintencionada como Jiménez Losantos o intenta procesar a héroes ciudadanos como Francisco José Alcaraz, algo inconcebible salvo en España.

En cuarto lugar, a los socialistas españoles, a casi toda la izquierda y a sus representantes políticos, concretamente el PSOE, que, pese a ver sido algunos víctimas y seguir siéndolo otros, se empeñan en ver la legitimidad de mucho de los anteriormente citados con la excusa de un pasado antifranquista (como si ser antifranquista lo justificase todo), por la idea (quizá acertada) de que fomentándolos debilitan a la derecha y al centro derecha en sus posibilidades de llegar al poder (forzándolos a un discurso antipático muchas veces y apoyarles cuando lo necesitan o quieren), quedándose como partido único en todo el territorio nacional y seguro que en muchas comunidades y por su idea suicida de debilitar el Estado nacional, con la idea de debilitar al estado democrático-liberal, permitiéndoles políticas socialistas más a su gusto totalitario o como mínimo totalizante. Así como, frecuentemente debilitar la posición moral de las víctimas en pos de políticas a corto plazo, que les permitan gobernar con mayor comodidad.

En quinto lugar, a todas aquellas personas que se encargan de hacer cumplir la ley, sean jueces, fiscales, instructores, o de vigilancia penitenciaria que se pliegan a los deseos del poder gubernamental o la presión del entorno etarra, a cambio de tranquilidad para sus personas o familias o por un puesto de trabajo más cómodo o más ascensos laborales o simplemente tener el beneplácito de la presión que ejercen sobre ellos sus compañeros "ideológicamente" identificados con los socialistas o los nacionalistas o ser uno de ellos. Que incumplen sistemáticamente su deber moral con la sociedad a la que sirven, muchas veces su deber legal, que ignominiosamente desarrollan su trabajo en la administración de Justicia, cometiendo o permitiendo injusticias flagrantes y escandalosas, en cualquier lugar del mundo occidental, salvo en España.

En sexto lugar, a todos aquellos legisladores, que con su apatía, con sus complejos o con sus tejemanejes han permitido que se siga incubando el odio impunemente, que se siga alardeando de la utilidad política, social e individual que tiene el terrorismo, dejando al estado de derecho en un estado sin derechos para la mayoría de los ciudadanos pero garantistas de los derechos de los promotores y realizadores de atentados contra las libertades de los ciudadanos (de expresión, de libertad de residencia, de la integridad física y de un futuro en paz y libertad de la sociedad española en general, concretamente a los residentes en algunas comunidades autónomas, a unos colectivos concretos y a muchos de sus representantes, que es como decir, a la democracia en su totalidad).

En séptimo lugar, a los que ejerciendo su libertad de expresión, su ascendiente moral, su capacidad de influencia en la opinión pública, no dudan en cambiar sus interpretaciones de lo que tiene que ver con el nacionalismo y el terrorismo, a sabiendas de su falsedad, a cambio de mantener su puesto de trabajo y sus ingresos en los medios de comunicación, en un partido o asociación o en la universidad y por estar más a gusto en su entorno social y político, creando confusión intencionada, y con ello, inacción en la sociedad civil a la que deben su poder de influencia.

En octavo lugar, todos nosotros, la opinión publica, los votantes, los ciudadanos que por nuestra desidia, ignorancia o nuestra intencionada permisividad, también buscando la tranquilidad (falsa tranquilidad), y la comodidad en nuestro entorno social y familiar. Por nuestra apatía ante el sufrimiento ajeno, por nuestro miedo a ser una víctima más, por nuestra falta de valor en asumir nuestra responsabilidad ciudadana en lo que ocurre, que si ejerciéramos nuestro poder, ninguno de los antedichos podría actuar así impunemente.