miércoles, 5 de noviembre de 2008

They can change

Ellos pueden cambiar, tienen una democracia. Yo personalmente iba con MacCain, pero últimamente no acierto a percibir lo que la mayoría de la gente quiere, ni aunque sea evidente, como en este caso.

Ha ganado Barack Obama, abogado de Harvard y político del siglo XXI, frente a un héroe y político de la Guerra Fría, etapa que por lo visto, ha visto su fin, iniciándose un nuevo mundo, donde los derechos civiles se han llevado por delante la baja participación que acostumbraban los estadounidenses, donde las guerras que propugnaba George W. Bush no dan resultado, donde los gastos en defensa parece que van a dsiminuir (ya puede Europa invertir entonces, sino intervienen los americanos).

Con 47 años, huérfano de un economista de Harvard keniata y de una antropóloga estadounidense de Kansas, como Alicia, su vida se ha desarrollado desde Hawai, único estado useño (como dice Pio Moa) no continental, donde nació, luego en Indonesia, ya en la universidad en Los Angeles, después en Nueva York, después a Chicago, luego a Cambridge (Massachusetts) para estudiar en Harvard (como otros presidentes de Estados Unidos como el republicano George W. Bush, como el demócrata Kennedy, como Franklin D. Roosevelt, como el republicano Theodore Roosevelt, como el republicano Rutherford B. Hayes, o como John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos).

Obama, se declara cristiano, y ha convivido muchos años con musulmanes, aparte tuvo una intervención muy aplaudida en el Comité de asuntos públicos de Estados Unidos e Israel, el cual es un lobby a favor del Estado de Israel, las élites norteamericanas le apoyan, los medios de comunicación también, desde Europa, tanto las clases dirigentes como la opinón pública le es favorable.

El cambio se ha producido, un afroamericano va a ser el nuevo Presidente de los Estados Unidos, primera potencia mundial en este momento, el mundo está expectante esperando ver cómo resuelve la crisis económica, la situación internacional, cómo mejora la economía de su país y por consiguiente, la de los demás países occidentales.

¿También en España? Quizá si la economía internacional mejora, volverán a venir muchos turistas, quizá las inversiones americanas vuelvan si las relaciones bilaterales mejoran, quizá nuestros productos se exportarán mejor.

Pero lo que no puede ocurrir en España, es lo que hemos visto en las elecciones, que la gente vote por sus intereses reales, que los candidatos tengan en cada sitio que hablar de los intereses de cada lugar, que los candidatos sean elegidos por los votantes, compitiendo contra otros de gran valor, que McCain, candidato perdedor deje de ser el candidato del Partido Republicano, dejando paso a nuevos aires para la próxima ocasión, que el presidente electo y el candidato perdedor sean patriotas ambos y trabajen para todos, aceptando el perdedor la autoridad del ganador, que las reglas se cumplan después de más de 200 años sin problemas, con la alegría general, que la mayoría de los que trabajan para el gobierno actual vuelvan a sus trabajos anteriores, que los funcionarios sean temporales, no vitalicios y que los representantes de los otros dos poderes sigan siendo igualmente independientes, como hasta ahora, no como en España donde son sumisos al Ejecutivo. En fin, que exista una democracia de verdad, no como aquí.

PD: ¿Por qué ellos si pueden y nosotros no?
He visto a Pepiño Blanco, secretario general del PSOE, exultante desde Estados Unidos, hablando de coincidencia de valores y principios con Obama, y me ha parecido, aunque no le he creído, que los socialistas saben de imagen y de marketing político, cosa que el Partido Popular desconoce del todo, como todos sabemos, por lo que aunque el fondo político de los socialistas es como todos sabemos también, venden muchísimo mejor y al paso que vamos ni con crisis, ni con 192.000 parados más este mes, ni con todos los desaguisados que hacen y harán, conseguiremos que en España haya un cambio. ¿Quizá porque el cambio político que necesita España debe empezar en el PP? Yo así lo creo, quizá me equivoque, pero esta vez creo que no.