miércoles, 18 de febrero de 2009

Patriotismo

Baroja define el patriotismo como "la verdad nacional, calmada por el deseo del bien y por la simpatía", cita que recoge Laín Entralgo en España como problema, y viendo la definición, no podemos más que observar que la gente que actúa hoy en la política española carece de todos o de alguno de estos elementos.

Así, podemos ver a los nacionalistas que directamente ocultan la verdad a sus ciudadanos y posiblemente a ellos mismos, con un ánimo enfermizo y corrupto muy alejado de un deseo del bien común y generalmente a cara de perro, con estilo victimista o iracundo, según.

Por otro lado, vemos a los políticos de PP y PSOE siempre en disputas nimias, en dimes y diretes, a ver quién es más chorizo si tú o yo, donde el deseo del bien común queda para las campañas y para anuncios altisonantes, en promesas vacías generalmente, donde la simpatía queda como una mueca falsa de tanto forzarla, por no hablar de la verdad que brilla por su ausencia (11-M, crisis desmentida durante meses, papel de las autonomías, deudas de la administración, etc,...)

Pasando por los medios, cada vez más preocupados por su cuenta de resultados y más lejos de la verdad, con posiciones enfrentadas y sin tregua entre bandos, muy alejados de la búsqueda del bien común la mayoría de ellos.

Y por último, los ciudadanos, escondidos en nuestra acomodaticia realidad, cada vez más frustrados, cada uno a lo nuestro y cada cual que se las apañe como pueda, alejándonos de sentir lo de los demás (sean vascos, catalanes, gallegos o de donde sean), y sólo de vez en cuando mostramos una posición conjunta para ver un partido de fútbol, un tenista o para compadecer la tragedia de una familia, pero sin darnos cuenta que nosotros, en nuestra opinión, en nuestra acción (sobre todo en el voto) está el poder de reconducir la realidad nacional a la verdad nacional sin falsedades para salir de esta crisis moral y económica que acabará si no hacemos algo con nuestro bienestar (los que todavía lo tengan), buscando de verdad el bien común y con una actitud de simpatía hacia lo nuestro, hacia lo de los demás, que cada vez es menor.