miércoles, 23 de marzo de 2011

Resistencia antipática

Esta mañana estaba paseando y pensaba en los miembros de la Resistencia francesa que hemos visto en las películas, esos camaradas, héroes y heroínas con los que se identifica todo el mundo y he llegado a la conclusión de que para la mayoría de la gente en aquella época realmente resultarían antipáticos, porque hacer algo que comporte un riesgo alto como lo que ellos hacían y que además vaya contra las leyes vigentes, no gusta a las sociedades acomodaticias en las que vivimos, donde resistir resulta desagradable para el conjunto.

Con miradas de desaprobación, cuando no la denuncia como ocurre actualmente con el tabaco, así como marcaban a los judíos con la estrella de David y a partir de ese momento eran parias y el rechazo era generalizado, considerando que el Estado tenía sus buenas razones para actuar así, así como la mayoría de judíos obedecía creyendo que esa era la mejor actitud y que no les pasaría nada, y todo aquel que se resistía pasaba a ser una persona non grata, un problemático que iba buscando problemas y a otros como él.

Esta sociedad en la que vivimos, al igual que la de hace 80 años, es cobarde, parece adormecida, ya nos pueden decir una cosa y lo contrario, ya nos pueden decir que nos han dado la libertad con la democracia cuando es obvio que no pintamos nada, más que como figurantes y poniendo caras creemos opinar, siempre del lado del poder, ahora no a la guerra, ahora guerra que no es guerra, ahora terremotos, ahora las noticias y como con indiferencia, ahora no se fuma pues desaprobación, y mientras nada, paro, educación aborregada, vidas mecanizadas entre semana casa-metro-trabajo-casa-tv-dormir, hoy es viernes casa-coche-cenar-copas-casa-dormir la mona, y así pasan los días. Y sigue sin haber oposición, ahora son todos del mismo partido, el futuro de Un mundo feliz de Huxley ya está aquí.

Y la verdad prefiero que me miren con cara de desaprobación, porque eso significará que todavía no estoy muerto como nuestra sociedad y la mayoría de nuestros conciudadanos. ¡Buenos días, buenas noches tarugos!