miércoles, 6 de mayo de 2009

Gente normal

Silvestre Paradox iba esta tarde paseando por Madrid, se encontró en San Bernardo con su amigo Avelino, iban tiesos, algo normal en ellos, estaban charlando sobre la posibilidad de traducir el lenguaje de los pájaros al castellano, aunque el mirlo tenía un acento que se hacía difícil de entender, en especial el mirlo blanco, tan común en el ambiente de los dos amigos.

Cuando estaban yendo por la calle San Bernardino, se encontraron con Max Estrella, que volvía de cobrar unos artículos, algo sobre literatura, para rellenar los periódicos que no tenían nada que decir de política y de la crisis económica estaba todo dicho.

Max les invitó a un vino en una taberna cercana, la gente del lugar les miraba con extrañeza, se podía decir que con desdén, estos personajes flacos, vestidos con traje marrón oscuro descolorido con chaleco, zapatos desgastados, gafas pequeñas y redondas no pegaban en el ambiente de la zona, llena de ejecutivos y ejecutivas agresivos con el ser humano, pero ovejunos en su trabajo, esa forma de mirar torva y con la nariz contenida a esos personajes que parecían viejos prematuros, bajitos y esmirriados, que además hablaban de unos temas incomprensibles como la clasificación de las especies de Linneo, que citaban a Plinio, a Eliano, incluso a Aristóteles, que se referían a Darwin como a un loco, y exclamaban ¡Pardiez! y se hablaban de usted. Muchos comentaban en voz alta, sin educación ninguna, que serían pobres de la zona, borrachos, gentuza, indignados que compartieran espacio con ellos, esa clase de gente, en su mega pija tabernita tradicional que estaba muy de moda.

El caso es que el dueño del bar, no solo estaba a gusto con ellos, sino que decidió invitarles varias rondas, aunque era la primera vez que los veía, le parecía estar ante gente importante, como estar en el pasado, en un recuerdo vago y difuso, como dentro de una leyenda, además, los tres amigos cada vez alzaban más la voz, con vehemencia más que hablar parecían dar discursos.

Uno de ellos, indignado por la falta de sensibilidad de los editores con su obra literaria, que no querían publicar, los otros por la poca repercusión que tenían sus revolucionarias teorías científicas. No obstante, mantenían un turno de palabra, una educación exquisita. El tabernero disfrutaba viéndoles, les escuchaba, mientras les ponía otra ronda de chatos.

Mientras iban entrando y saliendo fantasmas vivientes que hablaban de cosas insustanciales, que se reían de chistes sin gracia, hablaban solos paseando de un lado a otro, tenían las caras crispadas, algo que parecía muy extraño al trio estrafalario.

Mientras Avelino Diz de la Iglesia, estaba cada vez más distraído, y mandó callar a sus compañeros, y les preguntó ¿no oís por todos los lados el trino de aves tropicales?, ellos comenzaron a fijarse en su entorno, Max vió como todo el bar parecía estar lleno de modernistas, pero con aspecto de palurdos, de osos, por otro, no veía más que mujeres con un raro aspecto, lo que le desconcertó.

Mientras Silvestre se quedó mirando un cuadro que había en lo alto de la taberna, pero aparecían y desaparecían distintas estampas constantemente, indudablemente, alguien le había robado la idea de su Pila autoiluminada, pero eso era imposible, porque esa misma tarde se les había ocurrido, el ruido era ensordecedor, automóviles y carros ruidosos pasaban por la calle, pero no llevaban a nadie principal sino a mozos y mozas todos, ¿dónde está la orquesta que suena por todos los lados?.

Al principio pensaron que estaban soñando, pero no era posible, era real, entonces preguntaron al tabernero: ¿qué es todo esto?. Antonio, el tabernero asturiano rió, no se preocupen, es que el mundo se ha vuelto loco, pero aún me quedan ustedes, gente normal.

Elecciones generales ya

La vida es un ejercicio de humildad, primero, porque la vida es efímera, la muerte es nuestro sino, segundo, porque nuestras opiniones muchas veces se descubren equivocadas, así cuando yo consideraba a Patxi López, un simple escudero de Zapatero destinado a repetir la experiencia desastrosa de Catalauña, un Montilla de pacotilla, y a Basagoiti, un blando conformista, tipo Piqué, me he encontrado que estos dos políticos posibilistas, de perfil bajo, de declaraciones maleables y conciliadoras son los autores de un vuelco importante para la política española, que han dejado lloriqueando a los omnipresentes nacionalistas vascos, noqueados y asustados, a los que se creía omnipotentes y eternos en el poder autonómico vasco, a los "papás" de los chicos de la gasolina, a los capos de la cosa vasca, en la cuneta, en la rue, en la puta calle, y yo me alegro. Ahora, solo hace falta mano izquierda y mano dura para recuperar todos estos años perdidos, para descabalgar a tanto totalitario con piel de aldeano, a tanto estúpido con aspecto de yupi, a tanto nazi con pijama de rayas.

Y en el resto de España, yo me tomaría una caña con Zapatero para que me comentara cómo le va en el paro, mientras iban llegando sus colegas, Caldera, Salgado, Corbacho, Aido... Y pediría una ronda de botellines para estos chavales, que caen simpáticos, pero que de gobernar no tienen ni puta idea, de currar tampoco, pero bueno habrá que buscarlos algún enchufe, pero que si no ponen en el currículum que han llevado al país al desastre igual algún incauto los contrata (¿pero de qué?) y mientras, esperamos a los jubiletas: Solbes, De la Vega, González que nos cuenten sus historias, de cómo se libraron de los grises, de cómo hacían panfletos en la clandestinidad, de cómo le va a otros colegas en el trullo y de los que han salido (Vera, Barrionuevo,...), ¡anda! por ahí vienen los pijos del PP, que tampoco han encontrado curro, pero que vienen de ver del trullo a sus colegas del Gurtel.

Y mientras, los españoles respirando tranquilos, porque saben que en el gobierno tienen a gente preparada y honrada que saben lo que se traen entre manos, animando a todos, pero todos, a trabajar, porque lo que no hace uno mismo, no lo va a hacer nadie por tí, pero si pones a los últimos pringaos, a los zoquetes de la clase, a los colegas del botellín a manejar los presupuestos familiares y del Estado, a los que roban las motos, a los que faltan a todas las clases, lo menor que puede ocurrir es que se gasten una pasta invitando a los amigos, que si Sgae, que si subvenciones para el cine que no ve nadie, que si 200 euros para tí, que si 200 kilos para mí.

¡Ojalá fuera ficción, ojalá mi baja opinión de estos inútiles fuera equivocada! Y no tendría el menor problema en rectificar y ser humilde, me he equivocado, pero no tengo todas conmigo y como no hagamos algo rápido, vamos al desastre. ¿Unas elecciones generales ya?

He encontrado el sitio perfecto para nuestros colegas, en el sindicato, jornada partida en varios cafés, no hace falta saber de nada en concreto, tampoco pasa nada cuando no hacen nada, nadie lo va a notar, y bueno, así pueden seguir tomando cañas.¡enhorabuena!