lunes, 9 de febrero de 2009

El primo

Alonso Muro, empezó su carrera política como concejal de un pueblo de Ávila, del cual guarda un buen recuerdo, aquella vez que fue a comer, parecían buena gente, después se presentó como diputado de la provincia de Soria, pero todavía no la conocía, ya que sus obligaciones en el partido se lo habían impedido, pero tenía muchas ganas, le habían hablado muy bien, que si Numancia y tal.

Ahora se presentaba a las elecciones europeas, iba a ser responsable de pesca, y aunque lo más cerca de la actividad fue aquella vez que comió unas gambas en el puerto de Marbella, no le creaba ninguna inquietud su desconocimiento, ya que había desarrollado con éxito sus anteriores funciones de experto en agricultura, más o menos con los mismos conocimientos, al final todo era saber estar, se decía.

Lo más divertido para él, todo un reto, eran las entrevistas de los medios, ya que ni los periodistas, ni él sabían nada de la actividad, por lo que se salía tan campante hablando de la reconversión de la flota, de la crisis endémica del sector, de los intermediarios, de los planes de ayuda, en fin lo de siempre, que si había que hacer un esfuerzo por parte de todos, que si nuestra labor está en modernizar el sector, ya se sabe.

En los medios políticos se le tenía por hábil negociador, en su familia se le tenía por un fenómeno, nadie esperaba que le fueran a detener por esos contratos que había adjudicado a su primo. ¡qué injusticia! Una persona que lo había dado todo por los ciudadanos.

El primo estaba siendo investigado por un asunto de drogas, y se habían grabado las conversaciones sobre el contrato de construcción del Residencial Dos Mares, en medio del puerto, qué cabrones, cómo no me han avisado los compañeros de Interior, ya no hay decencia.