martes, 21 de octubre de 2008

Y después qué

España está dispuesta, después de 72 años a abrir tumbas, ¿para llenarlas de nuevo? No, todavía no, gracias a Dios, aunque después de oir a un taxista como Revilla, que parece ser el toque de realidad más kitsch que están dispuestos a escuchar nuestros políticos, no estaría tan seguro. Decía el taxista que pondría las fosas en la Puerta del Sol, para que nos enteremos, ozú.

El taxista radioyente de la SER, después de escuchar a los amigos de la democracia de PRISA, eso es lo que piensa, y si eso es lo que consigue con la Memoria Histórica, hacer odiar a la gente, a los demás, entiéndase a los del PP, a los de derechas en general, me ratifico en mi opinión que se corresponde con el dicho "la mierda cuando más se mueve, peor huele", y sino duele.

Zapatero con su acusado sentido de lo demagógico ha aventado los rencores de gente que hace años dejó de tenerlos, ha abierto los vientos de Pandora de sentimientos difusos, creados en muchos casos con el único objetivo de reforzar su posición electoral, y perjudicar a los adversarios, que se han dejado identificar por no oponer oposición a todas estas medidas educativas, culturales y propagandistas, a costa del presupuesto de todos los ciudadanos, para zaherir a una parte, que también había pasado página y que frecuentemente se siente ajena a esos hechos.

Ahora, el juez justiciero de causas perdidas se ha puesto a ello, y con él, los medios de comunicación izquierdistas acostumbrados a dar estopa sin límites, que si franquistas, que si fachas, que si herederos del franquismo sociológico, que si Aznar asesino, que si No a la Guerra, que si Nunca Mais. Y mientras Rajoy y sus chicas y chicos a por uvas, ¡muy bien chavales, seguid así! La Iglesia y sus ultras, que si el aborto, que si la ciudadanía, ¡fenomenal!.

A mi personalmente, me preocupa el futuro de la democracia y de la libertad de los ciudadanos, si sacan cadáveres de fosas, me da igual, pero si se ahonda en esta línea de descrédito a una amplia mayoría social, la capacidad de alternar el poder será historia, una historia corta, de cómo Aznar abandonó la política sin dejar aseguradas las libertades políticas, de cómo se consintió el trueque político acabando con la Justicia y el poder judicial, de cómo se alteran las reglas de juego sin problemas y de cómo la libertad de expresión muere a manos de los propios dirigentes del PP, como Gallardón, en el caso de la querella a Jiménez Losantos.

Pero aún estamos a tiempo, si los responsables de los medios y de los miedos piensan en los ciudadanos y no en sus prebendas políticas, aunque lo dudo mucho. Porque las sociedades se empiezan a quebrar con bravatas y chorradas, pero explotan con las crisis económicas y después qué.