martes, 21 de octubre de 2008

Rizar el rizo

Dentro de las historias que circulan sobre la guerra civil y que he visto reflejadas en alguna película española deseosas de levantar los peores sentimientos subvencionadas por todos (queramos o no), al igual que este juez y el presidente del Gobierno, es la de los moros de Franco que pasaban a cuchillo a civiles y violaban a diestro y siniestro a nuestras mozas, sobre todo, claro, las chicas libertarias y rojas en general, para ahondamiento del resentimiento patrio.

Bien, pues ahora, resulta que el Gobierno marroquí cifra en 136 mil los moros, magrebíes y presuntamente marroquíes que murieron en la Guerra Civil española, y siguiendo con el pensamiento retroactivo que nos lanzan los políticos y jueces actuales, piden indemnizaciones, y se las darán, dándose la paradoja que los mismos que sirven para aumentar leyendas negativas del bando nacional, serán útiles para el reforzamiento de las posiciones multiculturalistas del socialismo español actual. (¿Será por ello, por lo que les interesa reavivar la memoria histórica de la Guerra Civil?).

Pero no solo eso, ya que, como sabréis, Marruecos, por entonces, no existía y que además, la mayoría de los que formaban las tropas de Franco, que no creo que fueran tantos (según he leído en la revista Clio, no fueron más de 50 mil y la mayoría provenían del Rif), o bien eran saharauis o bien de la zona norte del actual Marruecos, opositores en general al sultán, familiar del actual monarca marroquí, aumentando la paradoja, retroactiva y ficticia como mucho de lo que vemos, con el único objetivo de perjudicar la visión de España, de la derecha española y concretamente de los intereses electorales del partido que supuestamente la representa.

Por otro lado, me acordaba de la excelente novela de Agustín de Foxá, Madrid: de corte a checa, y allí se relata cómo ya en 1937, veía mucha gente la República y la Guerra Civil.

Recuerdo del libro una escena, en Francia, donde se encuentra el protagonista con un conocido que le aborda para confesarle cómo el miedo le convirtió en un monstruo y de porqué huía a México, y yo recordaba una escena que me han contando de otro sujeto similar, que había sido pistolero falangista, un señorito que iba tras las tropas para empezar la represión, con una cuadrilla similar a él, con odio y sed de sangre, que años después estaba solo en un bar alcoholizado, lleno de horror en el recuerdo y de ira y violencia en su comportamiento, con el desprecio de la mayoría de los vecinos y conocidos, incluidas las personas de ideología similar, ya que al sujeto, se le consideraba un hijoputa con todas las letras, fuera o no nacional o falangista, imagino que ya murió, ya que era mayor hace ya treinta y tantos años.

Es cierto, que este tipo de personajes, debieron salir impunes, aunque tampoco me extraña que acabaran con sus huesos en la cárcel o en alguna cuneta, ya que la violencia genera violencia y es recurrente.

Leía en Público, diario que pese a ser nuevo parece de otra época, atendiendo a su temática y portadas, que se había hecho llegar una lista de supuestos responsables, identificados políticamente como falangistas, que tiene en su poder Garzón, que siguen vivos, identificándose alguno por su apodo relativo al número de sus víctimas como decía el diario de uno conocido como el 501. Y aquí volveríamos al debate de las cifras de la represión y de esta represión, que yo catalogaría de irregular, con casos conocidos como el asesinato del padre de Sánchez Dragó o aquéllas donde estuvo presente mi abuelo, donde aparecía un mando con una cuadrilla en un vehículo, días después de ser liberada la población, sacando de la cárcel a todo aquel que consideraban fusilable, normalmente o responsables políticos o criminales (que yo creo que serían los menos, ya que éstos o habrían sido fusilados antes o habían escapado sabiendo lo que les esperaba), algún despistado y gente significada pero débil (maestros de escuela, algún militante conocido, gente de paso, y así )y que si no había nadie que intercediera por ellos, allí morían. Injusto, sin duda, que si las familias les quieren desenterrar, pues que lo hagan, que necesitan ayuda económica, que se la den, pero volver a hacer una Causa General, parece estúpido a estas alturas.

Pero aparte de eso, como leemos de Hércules, los muertos se revuelven en la conciencia de los asesinos, siendo muchos los que buscan el castigo, por no soportar los remordimientos, algo que imagino también debe sentir Santiago Carrillo (éste en cambio dirigente y supuesto responsable de una represión que yo catalogaría como regular, que técnicamente se denomina genocidio), pero no por ello, parece momento de ponerse a juzgar a estos ni a aquellos sujetos, ya que creo que en España tenemos cosas más importantes en las que pensar, sobre todo nuestros dirigentes y funcionarios públicos, que les pagamos para otra cosa.

Sobre todo, cuando vemos cómo el juicio a tres chicos, del perfil de los personajes violentos que antes hablábamos, que mataron a una mujer que dormía en un cajero rociándola de gasolina, hace ya tres años en Barcelona, están aún sin juzgar y que encima van a salir probablemente con penas pequeñas que además no cumplirán. ¡Justicia histórica, no me vengan con ésas! ¡Garzón lo que hace es política!