viernes, 1 de febrero de 2008

Política, Iglesia y tal

La Iglesia Católica tiene muchas virtudes, indudables en la asistencia social, en la calidad educativa, en su valor como conservadores y mecenas de obras de arte, monumentos históricos, tradiciones populares, en valores, en personas, en teólogos, monjas, obispos y clérigos en general y muchísimas cosas más que conozco y no conozco, pero se empeña muchas veces en ser omnipresente en la vida pública, quizá entrando a trapo a los socialistas, que conocen muy bien sus defectos, conocen la imagen, muchas veces injusta, otras no, de intransigencia en temas morales muy sensibles a la opinión pública, los cuales provocan amplias resistencias en gran parte de la gente, más cuanto más jóvenes.

La imagen de lejanía con la sociedad, agravada más aún, ya que la imagen pública dada es a través de la Conferencia Episcopal, no a través de las muchas acciones, actos y eventos públicos de la Iglesia como procesiones, misas, actos múltiples de mucho más valor, etc,...

Por otro lado, el constante deseo del PSOE y sus asociados (IU, PNV, Ezquerra Republicana, Chunta, CIU, etc,...) de identificar la cadena de radio COPE, principal medio de comunicación de la derecha española, política, social y liberal, no sólo del PP, con las posiciones más radicales de la Iglesia Católica, identificada, a veces injustamente, otras no, con grupos radicales e intransigentes de la misma, como el Opus Dei, como máximo exponente, perjudican gravemente las expectativas políticas del principal (no único, pero casi) partido del centro-derecha español.

No es que quiera opinar sobre cómo o qué debe hacer la Iglesia Católica, que es libre de ejercer su libertad perfectamente, sino constatar que muchos de los tópicos usados por la izquierda, perjudican más que ayudan, si se les sigue la corriente.

En mi opinión, la Iglesia debería hacer hincapié en lo religioso, como guía espiritual, en Cristo y su mensaje, en lo verdaderamente trascendente, si quieren en el pecado (pero en todos los pecados) y su redención, en la vida eterna, en relación a la vida pública, la clara relación entre Occidente y Cristianismo, la democracia, la libertad y la cultura cristiana, hacer comprensibles los ritos, los símbolos, como camino de salvación y en lo humano, más en la línea de la primera encíclica del Papa Benedicto XVI, que las líneas de actuación y pensamiento de San José María Escrivá de Balaguer y sus seguidores. La Iglesia es Católica, por universal, no es ni debe parecer una secta de gente que se cree más libre de pecado que el fariseo en el templo. Somos los publicanos o no seremos. La pérdida de fieles en las iglesias, pero el aumento en procesiones, a mi me hace pensar que la dimensión divina, espiritual y religiosa es buscada por muchas personas, pero no encuentran en la jerarquía eclesiástica una respuesta adecuada.

Determinadas actitudes morales, discursos y personas, relacionadas con la Iglesia, llevan a una religiosidad sin Iglesia, a una visión más protestante que católica, más individual que comunitaria, aunque parezca que la Iglesia con el ecumenismo atrae, en los países católicos están perdiendo practicantes, y en mi opinión tienen que ver más con el apartamiento de los fieles desde una interpretación como la del cura del pueblo que no deja a ir a un fiel por estar separado, esa condena sin redención a mujeres y hombres por distintos motivos, en si mismos traumáticos, para mi es un error. Cuando el Cristianismo, contiene un mensaje de salvación, no de condena social como parecen pretender algunos.

No obstante, este tema es complejo y tiene muchas visiones, ésta es mi simple opinión.

Un saludo