viernes, 24 de octubre de 2014

Una carrera truncada

Pobre Nicolás. Estos días he leído y escuchado, la noticia de la detención de un chico de 20 años que llevaba tiempo haciéndose pasar por un directivo de una compañía o por asesor del Gobierno de España, y que entre tanto, cobraba comisiones presuntamente de empresas que querían resolver algún tema o de inversores que confiaban en él, y sus contactos. Hasta ahí, sólo tenemos un fenómeno de la farsa y un timador precoz.

Andando los días se le atribuyen verdaderos contactos, era demasiado para un farsante solitario. Pero, cuando veo las fotos con Aznar, en la audiencia de Felipe VI en su proclamación en el Palacio Real, en la mesa de conferenciantes con importantes empresarios y políticos, pienso que la presencia de este chico y que dé el pego, es consecuencia del tipo de gente que tenemos en nuestras "élites", engolados capullos, analfabetos soberbios, trepas, amorales, inmorales, algunos muy listos, otros muy inteligentes, y muchos unos mediocres con buenos contactos.

Y me da pena, ¡con lo que podía haber llegado este chico!, cuando hubiera terminado la carrera: presidente de una Caja de Ahorros, Ministro de Economía, de Sanidad o quizá consejero de cualquier gran compañía nacional o internacional o presidente del Gobierno, o del Parlamento Europeo, quizá del FMI o del BCE, como mínimo consultor senior de una agencia de rating financiero, o de una consultoría internacional de grandes negocios, encargado de las firmas dedicadas a los mercados del petróleo, de los diamantes, de las armas, de las medicinas contra el ébola, en fin, el mundo estaba esperándole.

Pero un mal paso, ha interrumpido su meteórica carrera, y no es fácil que llegue más allá de una subsecretaría, o de intermediario de medianas inversiones. ¡Una verdadera pena!, ¡la familia está destrozada! En vez de estar orgullosos del chaval, por sus intervenciones en televisión y radio, en vez de disfrutar de los viajes y casas que habría adquirido gracias a su clarividente capacidad de inversión y ahorro, en vez de poder disfrutar de unas fiestas pagadas con tarjetas black, se ve abochornada y no salen a la calle, para que los vecinos no sonrían en su cara.

Y él, desde su cuarto, llamando a los contactos para preguntar qué ha pasado, para justificarse, pero ya no le cogen el teléfono como antes, si acaso, un mensaje:
eres un machote. Yo estaré ahí siempre, al final la vida es resistir y que alguien te ayude, tampoco hacen falta muchos. Un abrazo y otra vez gracias.Esperemos todo se confirme. Un abrazo y a Luis otro. Mariano.


A veces, en la desesperación, se dice a sí mismo, voy a tirar de la manta, y que caiga quien caiga, pero otras, recuerda las advertencias y se dice a sí mismo, resiste Nicolasín, que tú no eres como los demás, eres un elegido, como Miguel, como Juan, como todos los grandes que hemos llegado a la cúpula del poder, por nuestra valía, al final, volveré a codearme con quien me merezco. Como Rodrigo, como Pepiño, que siempre están arriba, pase lo que pase.

Por último, con una congoja que no me deja hablar, pensando en Isabel y Maite, que pueden entrar en la cárcel esta semana, me pregunto quiénes eran esos tres de los 86 de las tarjetas opacas de Caja Madrid, que no las usaron, qué clase de gente es ésa, que no saben aprovechar las oportunidades que se les brindan, serán unos fracasados, o peor, unos desalmados, que no quieren lo mejor para su familia. Me gustaría conocerlos, identificarlos, para poder ver, qué clase de gente ha llegado a lo más alto con escrúpulos de ciudadano medio, cómo han sido los controles y en qué han fallado, para que haya tres honrados en Bankia. Si alguien puede investigarlo, que lo haga. ¡¡Ánimo Oleguer!!