lunes, 22 de septiembre de 2008

Liberalismo y crisis

Mientras el PP de Rajoy y sus chicos estaban celebrando su existencia, reconciliándose con Esperanza Aguirre, los socialistas estaban pensando cómo meterles el cuerno a los del PP.

Y efectivamente, ya han dado la consigna: "la culpa de la crisis la tienen los neocon y el liberalismo". Desde Reagan a Bush II y por simpatía Aznar y Rajoy.

Dos firmas habituales de Libertaddigital.com, defensores del liberalismo, José García Domínguez y Juan Carlos Girauta, en sus artículos "De voces y ecos" y "La mano visible", respectivamente, explican muy bien la falacia del argumento esgrimido resumido en:

- La intervención pública de los Estados Unidos con la socialización de las pérdidas de las sociedades financieras, no benefician al mercado sino que protegen las malas prácticas de un sector.

- Las funciones del Estado en el liberalismo son prevenir el fraude y el abuso, mediante instituciones de control, que evidentemente han fallado al permitir la concesión de estos créditos subprime y la salida a bolsa de estos valores, como si fueran activos.

- La ideología liberal, por tanto, va en contra de la desregulación del mercado que ha permitido estos desmanes, pero también contra la asunción de las deudas de estas empresas con dinero público de los impuestos de los ciudadanos, que en teoría se recaudan para dar unas condiciones mínimas a los ciudadanos (defensa, servicios públicos, ayuda a los más necesitados, como equilibrador de las clases más desfavorecidas, etc,...)

Siendo liberal, la responsabilidad moral del individuo ante su empresa, en su actuación, si pierde debe asumirlo, como si gana disfrutarlo.

Por lo cual estas medidas, nacionalizando las deudas de las grandes multinacionales financieras no serían medidas liberales, acaso, conservadoras o socializantes.

Que, aunque parecen positivas, si se entiende que los perjuicios de dejar caer el sector financiero serían peor para los ciudadanos en general que asumir sus deudas, pero que la realidad es al contrario, y la mayoría de las veces han resultado un timo para los ciudadanos y un foco de corrupción, como la nacionalización de RUMASA, la asunción de la deuda de las cooperativas de viviendas de la UGT, PSV-IGS, la quiebra de BANESTO, en el caso español, o cómo parece que va a ser esto de los americanos con la aseguradora AIG, y los bancos Fannie Mae y Freddie Mac.

Por otro lado, los Neocons, que han ido abandonando la administración Bush, hace meses, propugnarían lo contrario de lo que se está haciendo. Frente al Estado que lo asume todo, propugnan un Estado que se encarga de regular y controlar para evitar el monopolio, el abuso o el fraude. Y lo que recomendarían sería dejar que se hundieran las empresas con deudas, como hicieron en el caso de la crisis de las empresas tecnológicas que hubo a principios del siglo XXI, demostrando que no pasaba nada, si perdían los que habían arriesgado su dinero por humo.