jueves, 14 de agosto de 2008

Estampas madrileñas

Han comenzado la fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma, en Madrid, en el Madrid más castizo, el más fetén, desde las Vistillas a Embajadores, pasando por la calle Tabernillas y del Águila, donde tenían un negocio y vivían los tíos de Manuel, el personaje de La Busca (trilogía La Lucha por la vida) de Pío Baroja, al lado de la parroquia de San Pedro el Real, donde se encuentra la Virgen de la Paloma, que mañana día 15 de agosto, procesiona sacada por los bomberos y mucho público, también podemos ir otro año, a ver a San Cayetano, en la calle Embajadores, que también procesiona, el día 7 de agosto, coger una flor de su trono para que haya trabajo todo el año, y alrededor hay unas callecitas que decoran los vecinos, ponen barras los bares y asociaciones y quizá es el ambiente más castizo de todos, al lado de la plaza del Cascorro, con el monumento a Eloy Gonzalo, héroe madrileño de la Guerra de Cuba y la Ribera de Curtidores, donde se pone el Rastro y la plaza de Vara del Rey. San Lorenzo sale el día 10 de agosto, de la iglesia del mismo nombre , en pleno Lavapiés, también de fiesta, con lo tradicional, con los okupas y toda la pesca.

También se ponen muy bien las calles del Almendro y la Cava Baja, la Plaza del Humilladero y Puerta de Moros, la plaza de la Paja, con bares y chiringuitos, desde los modernetes, cada día más integrados en el paisaje, de hecho, todo el año suele estar lleno sábados y domingos, hasta los abueletes vestidos de chulapos y las asociaciones castizas que bailan chotis, toman bocadillos de panceta, gallinejas y entresijos, limonada y sangría y hablan así, de aquella manera, con cadencia y lentitud, llegados de todos los puntos de España, que han hecho y se han hecho a Madrid.

Con chulapas de todos los puntos del mundo, con lo más castizo venido de América Latina, con el reguetón, el pop, el flamenco o el rock que anuncian con carteles de fiestas en castellano, chino y árabe, pero sigue habiendo zascandiles, randas y saltimbanquis, paseando entre el tufo verbenero, a ver si se entretienen con alguien, disfrutando del alboroque y francachelas, y al final ahuecando el ala a sus chiribitiles, al catre cada uno en su cubil, que hay muchos por ahí.

En fin, cada día más turistas, porque Madrid, tiene mucha tela.

(Apunte para el Alcalde, que en vez de querellarse contra Federico, se ocupe de la limpieza de las calles, cada vez más sucias, de hojas, de papeles, de plásticos, de meados, de todo un poco, pero como él no debe andar por las calles, no se ha debido enterar. Está sucio el mobiliario urbano, los asquerosos contenedores de reciclaje, las plazas, los parques, desde Argüelles al Centro, desde Conde Duque a Cuchilleros, un asco. Muy bien la m-30 está guay, pero de las calles se ocupaba mejor Álvarez del Manzano.)