miércoles, 3 de agosto de 2011

No estamos tan mal

España, dice un chiste, es el país más rico del mundo, porque nuestros gobernantes llevan 500 años intentando hundirla y aún no lo han conseguido.

La razón para que el derrumbe no haya ocurrido se basa, en mi opinión, en que el pueblo español tiene por característica general el individualismo como forma de ser, lo que le permite vivir y dejar vivir sin inmiscuirse en la vida de los demás.

Asimismo, el español o española de bien, tiene como base de sus afectos a su familia, en primer lugar, y después, tanto lo sano como lo más vicioso en el ámbito social, en primer lugar amigos, luego compañeros, más tarde conocidos, y demás, en este orden.

Llegando solo a este segundo nivel, el de los amigos, en casos de extrema necesidad la petición de auxilio cuando se ha rebasado el orden anterior, que suele bastar, pero a la hora de trabajar y encontrar oportunidades laborales o de negocio, puede ser requerido en primer lugar, también para las fiestas y el disfrute en general.

Con esto quiero decir, que el colchón, ayuda mutua, sistema de solidaridad suele funcionar generalmente, por otro lado, que en España, ese individualismo tiene una vertiente liberal, no por casualidad la palabra y el concepto como tal es de origen hispánico, también bandolero y la guerra de guerrillas, donde el Estado no somos todos, ni mucho menos, por lo cual, si hay que vivir fuera de la ley, se vive.

Algo que todo el mundo sabe, porque sino sería imposible hablar de 5 millones de parados sin revolución, nada que ver con los cursis del 15-M, porque de vez en cuando, el pueblo español se comporta, cuando se comporta como tal, cuando se cansa de aguantar el tipo hasta más allá de lo debido, estalla con muy mala leche, pero mala.

Nada de gilipolleces de casetas de información, ni capulladas de asambleas de bolcheviques medio lilas, y entonces, solo entonces amigos hay que tener miedo, porque aquí sí, no vale ser un rastafari en Majadahonda, ni un punki de Serrano, ni vale decir que estoy haciendo medidas sociales ni te lo van a preguntar, el diente le sale a cada uno por su sitio, y si para levantar una hipoteca, una familia, un trabajo, los seguros sociales, los botellines y el champán, hace falta perseverancia, mucho trabajo y mucha fe. Para cagarse en todo, y empezar el fregado se tarda, pero todo es ponerse.

Si esos capullos se creen indignados, que esperen un poquito, que sigan haciendo de las suyas y verán. Y la calle es del día a día, como en las guerrillas, no del que junta un ejército un mes o dos, de colgados y caraduras si no de tipos muchísimo más cabrones y con mucho más que perder.

Pero mientras no estemos tan mal, mientras no tengamos un Día de cólera, no estamos tan mal.