jueves, 12 de febrero de 2009

Iglesia y sociedad II

¿Y cuáles son los temas que creo yo que debería tratar la propaganda de la Iglesia?

Dentro de la familia, nos encontramos habitualmente noticias sobre maltrato, generalmente en el ámbito de parejas (matrimonios o no), es evidente que una denuncia pertinente de cómo se debe combatir (recurriendo a la ley, que existe en España) y evitando que se produzca, haciendo partícipes también a los progenitores de la víctima (que normalmente es mujer) de la resistencia debida y condenando al maltratador (que normalmente es hombre, aunque puede ser al revés) y volviendo a hacer partícipe a su entorno en la represión de esa conducta (aparte de la legal), no escabulléndose en palabrería bienintencionada, a veces, ni eso (porque soportar eso, como una obligación que nos manda Dios, no es bienintencionando), incluyendo por ejemplo, como causa de anulación del matrimonio ese maltrato que por supuesto ni es amor, ni es cristiano y mucho menos es sagrado.

Otro tema relacionado con la familia es la educación, la educación religiosa, que por lo general e incluso en los colegios dirigidos por órdenes religiosas es muy deficitaria, donde se aprenden los mandamientos, los sacramentos, los fundamentos básicos del Cristianismo y lo demás se deja prácticamente a la Fe, sin más, algunas canciones, y en las Misas, que cada uno saque su aprendizaje, y esto es debido, para mí, a que casi no tienen gente preparada ni en Teología, ni en Filosofía con capacidad suficiente para enseñar, a que tampoco está muy estructurado ese conocimiento a transmitir (la mayoría de los manuales y material de apoyo en catequesis y tal, tienen un nivel bajísimo, penoso muchas veces), a que tampoco parece que hayan hecho un esfuerzo de adecuación de los contenidos a una sociedad más formada (aparte de infantilismos supuestamente hechos para la infancia, en dibujos animados y cosas así), a que tampoco hay una unidad de criterio aunque parezca lo contrario (por querer meter en el mismo saco al Opus y a Lefevre con la Iglesia misionera, y tratar de defender conductas históricas de la Iglesia más allá de lo posible, aparte de mantener las opiniones más diversas en casi todo depende con quién se hable y dónde esté)o cuando se deja a gente con pocas luces la interpretación de las Escrituras (muchas veces de escasísimo valor, a veces reiteraciones y a veces, chorradas). Así evidentemente se deja en manos de las familias la educación religiosa, que normalmente es la más valiosa, porque se trata de unas explicaciones, por lo menos, sinceras. Pero así, se pasa en realidad a tener gente que se considera cristiana y católica, por tradición, por intuición o por costumbre, pero a poco que le surja una divergencia se irá, como ya ocurre. En un trabajo, el absentismo reiterado te deja fuera del trabajo, en la religión no, puesto que se considera que es una creencia, una pertenencia sentimental, pero cada vez más distanciada la "guía espiritual" de los guiados.

Puestos a influir en la moral colectiva, no estaría de más condenar las conductas ruines de tanto jefe explotador o sin escrúpulos, como de empleados poco diligentes, como de compañeros ambiciosos, trepas, traicioneros, de tanta mala persona que se considera tocado por Dios, incluso de tanto conductor de comportamiento casi criminal, así como condenar negocios y al propio Estado que se lucran de forma dudosamente ética, desde cualquier perspectiva, como casinos, máquinas tragaperras, bingos o apuestas online. También excomulgando a narcotraficantes, mafiosos, etc,...

Por supuesto, dentro de lo que yo pediría a la propaganda de la Iglesia es que condenara insistentemente la pornografía infantil y la pedofilia, y además que fuera un ejemplo no permitiendo que nadie siga siendo clérigo con esas conductas e inclinaciones, como tantas veces hemos leído en la prensa.

También creo que hacen más la catedrales e iglesias, los edificios, las esculturas, la pintura, el arte en general por la Iglesia, que los miembros de la misma, porque creo que los que hacían esas obras tenían más Fe, que los que hoy las guardan y a veces, las explotan como forma de vida, como sus carguitos, sus despachitos, y sus celditas (aunque haya excepciones, por supuesto).

Y no se me ocurren más, pero seguro que las hay, porque la verdad, este no es mi tema, pero viendo cómo lo hacen de mal, no me he resistido a dar mi opinión.