jueves, 11 de septiembre de 2008

Internacional: Marruecos

Ayer leí en El Mundo, una noticia terrible: "Un tribunal de Agadir, 500 kilómetros al sur de Rabat, ha condenado a un bloguero marroquí a dos años de cárcel por haber criticado en su blog algunos caprichos feudales de Mohamed VI.
Mohamed Erraji de 32 años que trabaja como corresponsal en Agadir de la pagina web 'Hespress.com' fue arrestado el jueves pasado por varios agentes de la policía judicial de este importante balneario marroquí y presentado por la tarde del lunes ante un tribunal que lo condenó el mismo dia."

Y me estoy acordando del libro de Jean-Pierre Tuquoi "El último rey. Crepúsculo de una dinastía" (1ª edición, 282 páginas, Barcelona, 2002) donde se hacía una descripción de la pobre realidad política de un país con una dinastía feudal, con un gobierno corrupto hasta el límite, con un estado policial sin escrúpulos, además de una economía concentrada en poquísimas manos, donde el rey Mohamed VI es el mayor accionista de todas las empresas relevantes, que por lo visto vive en un lujo, que ni los príncipes saudíes tienen, además de una falta de libertades total con especial atención a la libertad de expresión, que este caso y otros muchos demuestran.

Con demandas judiciales en los países europeos para callar cualquier crítica, como hicieron con el autor de este libro, pero que por suerte vivía en Francia, no en España, que en cuanto a libertad de expresión cada vez más se encamina a la dictadura marroquí.

Así que el "hermano pequeño" de nuestro Rey, como predecía Tuquoi es peor aún que su padre, y no deja que los pobres marroquíes sueñen con que dentro de dos generaciones podrán ver la libertad como decía este bloguero en sus escritos. ¡Libertad para Mohamed Erraji!

Este país fronterizo con España, con Ceuta y Melilla, por donde escapan muchos de sus ciudadanos en busca de oportunidades, evolucionará cuando tenga democracia, cosa que escasea dentro del mundo musulmán, donde muchos españoles como Felipe González disfrutan de los placeres medievales de "Las Mil y Una Noches", encima de la sangre y el sufrimiento de los millones de marroquíes.

No digamos, la infamia de la España de la Transición que abandonó cobardemente el Sahara español a ese régimen totalitario y que si no se evita acabarán regalando como esclavos a los españoles de Ceuta, Melilla y Canarias. ¿Hacemos ahora gracias sobre la Isla del Perejil? ¿a que no?