jueves, 11 de septiembre de 2008

Internacional: Italia, España y Estados Unidos

Leo la noticia en www.elmundo.es de la detención de un jefe de la Camorra en Barcelona, como otras muchas que hemos leído de la presencia de otras mafias en España.

El origen de la Mafia está en Sicilia (Italia), dominada por unos señores feudales durante siglos, que mantenían sojuzgado a un campesinado pobre y analfabeto, pero a finales del siglo XIX o principios del XX, los campesinos empezaron a rebelarse, para ello, los señores miembros de la aristocracia tradicional, dueños de la tierra, que generalmente vivían en las ciudades o incluso en Roma, alejados de sus posesiones, tenían de intermediarios a los llamados gabellotti, que como intermediarios hacían pagar los arrendamientos a los labriegos y cumplir la ley, que ellos imponían, poco a poco, mediante el uso discriminado de la violencia, con un lenguaje público en cada acto violento (todos hemos visto muchas películas al respecto), se hicieron con más poder, a través de una serie de alianzas y jerarquización, que les permitía controlar el territorio y la población.

Por la debilidad del Gobierno italiano, recién unificada la nación italiana, se apoyaron en estos grupos para sofocar el levantamiento de los campesinos, dotándoles de una imagen de oficialidad a los ojos de la población acostumbrados al gobierno despótico, de 1874 a los años 20 del siglo XX.

En los años 20, los fascistas italianos quisieron acabar con ella, pero ya habían crecido tanto en estructura como en las mentes de los ciudadanos, además debido a la gran emigración hacia Estados Unidos, habían cruzado el charco, algo que les vino bien tanto para integrarse en la sociedad norteamericana como para convertirse en una multinacional del contrabando y la extorsión, así como el control de otras actividades criminales.

De ese modo, una vez más en la II Guerra Mundial colaborando con el poder político militar, según se cuenta excarcelaron a Lucky Lucciano para facilitar, mediante la ayuda de la Cosa Nostra, el desembarco del Ejército Aliado en Italia.

Así, la mafia, que había crecido en Estados Unidos gracias al contrabando de alcohol, que prohibía la Ley Seca, se habían hecho con el control de los principales puertos estadounidenses y rutas marítimas, donde trabajaba la comunidad italiana mayoritariamente, volviendo a conseguir la influencia sobre el poder político, como ya les ocurría con las jerarquías políticas y estatales italianas, pasando a controlar actividades tan diversas como el juego, el contrabando de drogas, o el transporte internacional (importaciones y exportaciones).

Lo que al principio, el poder político creyó que podía utilizar, se convirtió en un poder oculto sobre el poder político y social, manejando hábilmente dinero, influencias, extorsión y asesinatos, para el desarrollo de su actividad criminal.

Algo parecido, ha ocurrido y ocurre en muchas partes del mundo, cuando los gobernantes quieren actuar despóticamente, sin el intermedio de la libertad de expresión o de la ley, y se establecen preferentemente en sociedades en proceso de cambio social y político (Japón, Rusia, China, Estados Unidos, España)

Un ejemplo español sería la ETA o Terra Lliure, que si bien fueron utilizadas como mamporreros o asesinos contra los disidentes del nacionalismo creciente, en la década de los 70 y 80, se han convertido en un poder omnímodo, y tan peligrosos, que desafían cualquier poder político, incluso se sientan a negociar de tú a tú, con el Gobierno español o los representantes de partidos políticos. Incluso, se sigue dando el caso de estupidez, de dirigentes políticos que creen todavía que son ellos los que manejan a los mafiosos y no al revés.

Y me pregunto, ¿por qué viven tantos miembros de la Mafia siciliana y la Camorra napolitana en España?

En mi opinión, es porque la sociedad italiana ha ido adquiriendo un rechazo hacia estas organizaciones y sus prácticas, las conocen y las sufren y por eso, tratan poco a poco de enfrentarse a ellas, como el caso del Juez Falcone, que murió en un atentado espectacular, pero que pese a todo sigue teniendo continuidad su lucha contra esa corrupción y lacra social. O en el caso estadounidense, que cuando quiere golpear a estas organizaciones moviliza su aparato policial y de inteligencia, desintegrando sin problemas el poder adquirido por estas organizaciones.

En cambio, en España, hay zonas, desde la Costa del Sol a las grandes ciudades (Madrid y Barcelona) donde campan con total libertad, con un claro conocimiento de nuestra debilidad, la poca presión social y policial que existe en contra de estas organizaciones, por el claro sentimiento de debilidad y desamparo de los ciudadanos, que pese a sospechar su origen delectivo atienden y sirven a estas gentes, sobre todo en locales de lujo, con cierta facilidad de corromper instituciones y personas, cuando no la clara asociación con otras mafias similares, como las ya descritas, que hoy controlan políticamente y socialmente pueblos y comunidades autónomas españoles, sin más problema que una opinión pública idiotizada por tanta demagogia, cuando no sumisa, como ocurre en el País Vasco y en otras zonas de España, como Andalucía, Galicia y Cataluña, entre otras. Cuanto más débil y corrupto es el poder político, atomizado y corrupto, más facilidades encuentran estas organizaciones criminales.