viernes, 8 de febrero de 2008

Choque de civilizaciones

Ayer, leía dos noticias en El País 8/2/2008, que dejan en evidencia la estupidez de la supuesta "alianza de civilizaciones", en dichas noticias se decía por un lado que un tribunal iraní había condenado a muerte a un individuo por el consumo reiterado y aceptado de alcohol, en la otra, leía que en Egipto se había encarcelado a cuatro personas con el virus del sida, por la suposición de ser homosexuales, además, si a esto añadimos, el tema del velo en Turquía, como paso probable para la asunción de los valores islámicos sobre la mujer, que se extienden por todos los países de religión musulmana, nos encontramos ante un choque evidente contra todos los valores que nuestra progresía considera principales en sus valores y que en general en la sociedad están aceptados que son: libertad individual para hacer y consumir lo que se quiera siempre que no atente contra la seguridad de los demás, libertad de opción sexual, igualdad de derechos de la mujer y el hombre, así como la condena a la pena de muerte, y la aceptación del delincuente como un producto de la propia sociedad.

Cómo pretenden convivir con unas sociedades e individuos que no sólo no aceptan nuestro modo de entender la sociedad, sino que además lo condenan tan desmesuradamente. No se sabe. Promueven luchas contra los obispos, acusándoles de un supuesto radicalismo, pero aceptan sin pestañear la absoluta intolerancia de estas sociedades musulmanas, sus leyes y sus individuos, que por otro lado estamos dejando impunemente que llenen nuestros países de sus escuelas anti-occidentales, anti-cristianas, pero sobre todo absolutamente en contra de cualquier postura que defienden las feministas, los colectivos homosexuales como el de Zerolo o en general contra cualquier idea de libertad que defienden los partidos de izquierda españoles.

Lo que están demostrando es la inconsistencia de sus posiciones en política exterior, de las que tanto presumen, de la absoluta debilidad de sus planteamientos respecto a la sociedad que proponen y sobre todo de la debilidad que demuestran, con un sentimiento de culpabilidad, post-hedonista, hacia los claros peligros ante los que se encuentran nuestros valores sociales, políticos y morales, basados en la tolerancia, la libertad, sobre todo de conciencia del individuo, frente a cualquier otro poder.