jueves, 21 de febrero de 2008

Los parias, la cultura y la derecha

El otro día leía un artículo de Juan Manuel Prada, que se titulaba La derecha y la Cultura (ABC 18-2-08), en él, el autor comenta que llamar titiriteros a Almodovar o a Sabina, no es correcto, ya que estos autores y otros como Victor Manuel o José Luis Cuerda, en cuanto autores, son muy valorables, y que si la izquierda les atrae más será por algún motivo, en cambio, la derecha carece del atractivo, para estos autores y para muchos otros, y habría preguntarse por qué.

Yo estoy de acuerdo en parte con él, pero creo, que fundamentalmente la crítica va por sus posiciones y opiniones políticas, por un lado tan interesadas, por otro con tan poco contenido intelectual, así como el asqueroso comportamiento bolchevique que tienen, satanizando, insultando y manipulando realidades evidentes, con objeto de usar su fama para influir en gentes que les siguen y les consideran importantes.

Asimismo, es verdad, que el PP, en concreto, carece de la empatía suficiente para lograr la participación tan comprometida de muchos artistas, creadores e intelectuales que les votan, tampoco buscan esa adhesión, aunque quisieran tenerla. Porque el PP, se comporta perfectamente en gestión económica, busca contar con los mejores profesionales, pero deja de lado habitualmente a todo un conjunto de profesionales de la comunicación e intelectuales varios, que con poco harían mejor papel que los supuestos expertos con los que cuenta, más dados a los círculos de relaciones, que a las masas, que son las que votan.

Por otro lado, el concepto de Cultura, que recoge aquí Prada, ya Gusttavo Bueno lo analizó en El Mito de la Cultura. De tal manera, que este concepto de cultura aparece a finales del siglo XIX, como concepto totalizador y denominativo, como de una diosa griega se tratara, donde uno dejaba de cultivarse individualmente en busca de la sabiduría, pasando a ser un concepto externo, al que uno se adhiere como a un equipo de fútbol, yo soy del Real Madrid, sin más. Por ir de vez en cuando a una exposición, por ir al teatro o conocer a tal autor, que ha escrito su última novela, pertenezco al mundo de la cultura.

También se convertía en un ente ideológico y sentimental, "La cultura" propia, que tanto les gusta a los nacionalistas, que tiene elementos totalizadores y totalitarios, es independiente del individuo, puede darse el caso de analfabetos totales que se creen "del mundo de la Cultura", así como elementos excluyentes, como hemos oído hace poco en relación a la cultura catalana, sólo la que se hace en catalán, o como "la gente de la Cultura es de izquierdas". Así la cultura como concepto totalitario se convierte en un factor ideológico de afirmación contra otros y de selección de una supuesta élite intelectual, mientras que los individuos libres intentamos cultivarnos como mejor podemos, intentando conocer y explicar los temas que ocupan los intereses humanos: política, la naturaleza humana, etc, o simplemente entretenernos y disfrutar con música, cine o literatura, pero alejados de "La Cultura", que dirigen gentes del nivel de Pepiño Blanco y Carmen Calvo, y que seleccionan coaccionando, energúmenos como los que atacan a Rosa Díez, María San Gil o Dolors Nadal, que tarde o temprano pertenecerán a ese fantástico grupo de la cultura.

En calidad de profesores universitarios por la vía de la endogamia ideológica, que paradójicamente les lleva a tener la sensación de que la cultura no es como antes, que ya no se respeta el papel de la Universidad como antes o que no se los escucha como se debería y antes hacían, quizá sin advertir que ellos son los que desprestigian la institución, los que han convertido un puesto para el debate intelectual y la investigación, para ayudar al desarrollo de disciplinas, en lugares yermos de entendimiento, basados en adhesiones ideológicas que no permiten la crítica, que a su vez reciclan en consignas que repiten unos "artistas" como papagayos, pensando que son "el mundo de la cultura".

De este modo, tampoco la derecha podrá tener, ni tomar parte de la Cultura, que eso es cosa de gente como Pau Donés de Jarabe de Palo, que no lee libros porque le harían perder su capacidad creativa, o del gran político Simancas, que se vanagloriaba de su madre analfabeta. Confundiendo sentimientos con otros valores como la formación, la educación, la preparación personal, frases hechas con creatividad. Sin desmerecer, sus lógicos y buenos sentimientos hacia su madre, o la capacidad del otro de hacer canciones pegadizas. Quizá, podríamos formular el tema de la Cultura con otros parámetros, distintos que la izquierda totalitaria quiere actuar, ya que lo que busca, es poder, controlar las mentes de la gente y decirles lo que es y no es cultura, algo marcado por los popes de la ceja, mientras que los demás, con el concepto de Hannah Arentd, pasarían a ser parias, excluídos de la sociedad, bufones útiles, mientras sean útiles, pero que se les puede expulsar, ignorar o destruir, según convenga.